Hace años, tomé el examen «Conozca sus Fortalezas» (Strengths Finder), diseñado para ayudar a una persona a identificar sus dones predominantes. La palabra «Exitosa» encabezaba la lista de mis resultados, lo que me hizo sentir incómoda. Debatía con mi malestar, sin saber por qué me sentía así, hasta que Dios fue abriendo mi entendimiento. Desde mi juventud, había forjado mi vida hasta saturarla, acumulando un largo currículum de logros, ninguno de los cuales me producía satisfacción. En cambio, Dios despertó en mi un hambre caracterizada por lo sobrenatural. Una definición de sobrenatural es: «por encima, más allá y mucho más alto y grande que lo natural». Yo anhelaba ver cosas que superaran lo que yo podía realizar con mis propias fuerzas y ser testigo del poder de Dios en mi vida cotidiana.
Desde entonces, Dios me ha enseñado a renunciar a la productividad y al afán de superación, en cambio me llevó a descubrir Su voluntad y sabiduría al caminar en amistad con Él. Incluso más que antes, mi corazón anhela experimentar instantes de ministerio que inspiren admiración por la magnificencia de Dios. Durante el verano, nuestra iglesia tuvo el honor de experimentar algunos de estos instantes en nuestro programa de alcance comunitario en Asbury Park. Mientras relato nuestra historia, compartiré también las cinco lecciones que aprendimos al alcanzar a nuestro vecindario.
1. Podemos asociarnos con Dios para ver cumplidos Sus deseos.
Nuestro equipo se había reunido en forma habitual para la reunión semanal de oración cuando Dios nos habló: «Quiero este barrio. ¿Engrandecerán Mi Nombre en Asbury Park?». Sentimos el peso de la responsabilidad de esta invitación. Durante un año, organizamos cenas semanales en el sótano de nuestra casa ministerial. Docenas de personas habían encontrado una comunidad y un sentido de pertenencia en ese lugar. Algunos ya habían conocido a Jesús, pero Dios quería que echáramos más lejos la red. Nadie en el equipo había imaginado trasladar nuestras cenas de los jueves por la noche al parque durante el verano. Pero Dios había escuchado nuestro clamor: «Dios, haz lo que te dicte tu corazón. Rogamos que se haga tu voluntad en esta región y que Jesús sea glorificado». Y aquel día, Él nos dio a conocer otra parte de su plan para nuestra región.
2. No tenemos que esforzarnos.
Como es natural, consideramos la invitación que Dios nos hizo e imaginamos posibilidades de cómo reunir a la comunidad en el parque de nuestro vecindario. Tuvimos en cuenta eventos anteriores que tuvieron éxito, en los que se utilizaron rifas y premios de incentivo o entretenimientos como castillos inflables. Recurrimos de nuevo a la oración y Dios nos reveló más de su plan. Él lo quería sencillo. Mientras orábamos, Dios nos dio visiones de las diferentes estaciones en el parque: Manualidades temáticas para relatar la historia de la creación, comida para llenar los estómagos, un área con niños despreocupados y jugando, alabanza enérgica y un lugar para bautismos. ¡Dijo que nos preparáramos para que la gente se salvara y bautizara!
3. Dios tiene un almacén de provisiones.
Aunque el plan de Dios era relativamente simple, no contábamos con las finanzas ni con los voluntarios para cumplir con la visión de llevar cenas al parque cada dos semanas durante el verano. Dios nos aseguró que Él sería fiel para proveer todo lo que necesitáramos para servir así a la comunidad. Decidimos abrazar Su plan creyendo que Él abriría el camino.
4. Dios ama la colaboración.
Dios nos inspiró de forma maravillosa para llegar a muchos individuos y grupos, invitándoles a unirse con nosotros para alcanzar el Barrio Five Points en Toledo. Más de una docena de iglesias estuvieron presentes, ocupando puestos de voluntarios y donando alimentos y suministros. El Gran Cuerpo de Cristo se unió verdaderamente, en torno a Jesús y Su misión.
5. Amor + Poder + Evangelio = Jesús recibe Su recompensa
En el año 2023, cuando iniciamos nuestras cenas en la sede del ministerio, Dios nos dio un versículo como fundamento:
«Vivan una vida llena de amor, siguiendo el ejemplo de Cristo. Él nos amóy se ofreció a sí mismo como sacrificio por nosotros, como aroma agradable a Dios» (Efesios 5:2, NTV).
Dios deseaba que este aroma se elevara al Cielo, el olor de un pueblo caminando en amor sacrificial. Y como resultado, Su pueblo llevó ese amor al parque. Compartimos las Buenas Nuevas de Jesús, que dio su vida para que todos pudieran obtener la salvación, ser sanos y libres. Muchos aceptaron la invitación de aceptar el regalo de Jesús, entregándole sus vidas. Las personas recibieron la sanidad en sus cuerpos y la liberación de las ataduras. Muchos experimentaron personalmente el poder del Espíritu Santo. Veinticuatro personas decidieron seguir a Jesús a través del bautismo en agua.
La lluvia de Dios cayó ese verano sobre Asbury Park. Era Su plan, Su provisión, Su gloria. Fue la recompensa de Jesús. Dios quiera que todos vivamos diariamente a la expectativa de las cosas que están más allá de lo que podríamos hacer con nuestra propia capacidad, asociándonos con Dios y viendo cómo Su fama se extiende por toda la tierra.
Sobre la autora
Sarah Williams
Sarah Williams y su esposo, George, han servido juntos en el ministerio desde que se casaron en 2006. Su trayectoria comenzó como misioneros urbanos, lo que los llevó a fundar y pastorear conjuntamente la Iglesia CityLight Church. En 2016, Sarah fundó el «Centro de Transformación» (Transformation Center), donde ella y su equipo han ayudado a cientos de personas a encontrar la plenitud y la libertad en Cristo. Su pasión es que Jesús reciba Su recompensa a través de la salvación, la sanidad y la liberación de las personas. El equipo del Centro de Transformación les da la bienvenida a los ministros que deseen reservar una estadía para recibir ministración personal o para visitarlos y unirse a ellos para alcanzar a la comunidad.