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Milagros a lo largo del mapa: Historias de sanación, protección y el poder de Dios

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Noticias a través del mundo

La oficina de Misiones Globales tiene una perspectiva única de las formas milagrosas en que Dios obra en y a través de las iglesias de la Biblia Abierta en todo el mundo. Aquí presentamos cuatro poderosos testimonios reales de la sanación, protección e intervención divina de Dios en diferentes partes del mundo: Nicaragua, Cuba, Ucrania y Nigeria.

La bebé Esther Paola

Tenemos el maravilloso testimonio de una niña, Esther Paola Sánchez, que acaba de cumplir dos meses. Cuando Esther tenía apenas un mes, estuvo hospitalizada dos semanas, le hicieron muchas pruebas y al final le diagnosticaron una cardiopatía congénita. Los médicos comunicaron a sus padres que era necesaria una operación y que la bebé Esther no podría salir del hospital sin ella. Toda la iglesia se volcó a orar por su sanidad. A los dos días de haber orado por ella, los médicos le hicieron un examen preoperatorio y ¡descubrieron que la bebé ya no tenía nada malo! ¡Gloria a Dios! Ahora la bebé Esther está en casa y libre de toda enfermedad. Los padres están gozosos y alaban al Señor por la sanación de su bebé. Cristo nos sana y nos libera de toda enfermedad. ¡Aleluya! 

El pastor Freire, de buen ánimo en el hospital.

Rafael Freire, uno de nuestros pastores, enfermó gravemente y fue hospitalizado con deshidratación severa, hipotensión arterial peligrosa y una frecuencia cardíaca de más de 200 latidos por minuto. Durante su estancia en el hospital, las pruebas diagnósticas revelaron que había padecido toda su vida una cardiopatía congénita denominada tetralogía de Fallot (TOF), consistente en cuatro anomalías cardíacas que provocan una disminución del oxígeno en la sangre, causando un color azulado en la piel, dificultad para respirar y fatiga. Esta enfermedad suele descubrirse en la infancia y requiere cirugía para corregir los problemas. Sin cirugía, la esperanza de vida con TOF es de sólo veinte años. De forma sorprendente, el pastor Rafael descubrió el diagnóstico a los cincuenta y siete años. Para gloria de Dios, este pastor ministró durante treinta años en terrenos difíciles y montañosos de Cuba sin presentar ningún síntoma ni decoloración de la piel. En la sala de cuidados intensivos, Dios obró otro milagro: ¡en sólo diez días se recuperó totalmente! Damos gracias a Dios por su toque sanador y sustentador en la vida del pastor Rafael.

Un vistazo a la destrucción causada por el KAB.

El 13 de marzo de 2025, una KAB (bomba guiada por láser) voló hacia nuestra ciudad a pleno día. Vivimos en primera línea de combate, por lo que los bombardeos son habituales, pero los diurnos resultan sorprendentes. Esta bomba tenía como blanco la clínica médica privada en la que trabajan mi esposa, Oksana, y mi hijo mayor. El artefacto cayó y detonó junto a la clínica. La forma en que explotó fue un milagro: en lugar de detonar en el suelo, impactó contra un gran árbol y explotó en el aire, por lo que los daños totales fueron mínimos. De haber explotado en el suelo, el daño habría sido catastrófico. La clínica permaneció intacta, pero las ventanas se hicieron añicos y el techo suspendido se vino abajo.

Un coche en llamas delante de una tienda destruida.

El Señor nos protegió de muchas otras maneras milagrosas. Aquel día, una empleada de la clínica que se dirigía a otra sala se quedó frente al escritorio de mi esposa y, gracias a ello, resultó ilesa cuando se hizo añicos el cristal. El techo de la clínica cayó sobre mi esposa y la de otros empleados, pero nadie resultó herido de gravedad. Aunque nuestro hijo siempre sale del trabajo a una hora determinada todos los días, ese día salió quince minutos antes de lo habitual. De haber salido a su hora habitual, habría estado en el exterior, en el epicentro de la explosión, y solo podemos imaginar lo que podría haberle ocurrido. Otras personas que se encontraban en la calle sobrevivieron; las fotografías de la zona muestran el milagro que esto representa. Mi amigo, un sacerdote ortodoxo, conducía por la ciudad cuando se detuvo a una cuadra de la clínica para tomar un café. Apenas llegó, explotó la bomba. Si no se hubiera detenido a tomar un café, habría pasado por el lugar de la explosión. Estos son solo algunos de los testimonios que me convencen de que, incluso en estos tiempos difíciles, Dios está con nosotros. 

Nwanase John

A lo largo del año 2023, noté un bulto en la parte delantera del cuello que se movía hacia delante y hacia atrás al tragar. Tras una exploración física y tomografías, en una clínica confirmaron que se trataba de un bocio. Durante dos años seguí teniendo molestias. En marzo de 2025, mientras estaba en el trabajo, de repente sentí que me ahogaba. Intenté aclararme la garganta varias veces. Cuando me sobé el cuello, noté que el bocio había desaparecido. Estaba confusa y seguí frotándome el cuello, sin creer lo que sentía (en realidad, ¡lo que no sentía!). Alabado sea Dios, ¡el bocio había desaparecido! Estoy muy agradecida y le doy a Dios toda la gloria por este milagro de sanación.

Estos testimonios nos recuerdan que los milagros no siempre suceden con luces relampagueantes, sino que a menudo llegan de forma silenciosa, inesperada y siempre de una manera profundamente personal. Que estas historias alienten su corazón y fortalezcan su fe, impulsándole a creer que el Dios de los milagros sigue actuando, ¡quizá incluso hoy mismo en su vida!


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