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Cuando los veo, me veo a mí
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4 years agoon
Por Gus Duarte
Nací en 1968 y me crié en Cuba en una familia muy disfuncional, sin figura paterna y sin valores cristianos. A una edad joven, me mandaron a un colegio internado, estudié, y me gradué como especialista en trabajos arquitectónicos. Después de graduarme, para cumplir con mi servicio militar obligatorio, fui mandado a una guerra en Angola en el sur de África por 18 meses.
En 1990 me casé con Norja, pero estuve enojado y miserable. Pasé el primer mes de mi matrimonio borracho; tomaba todo el día. Después del nacimiento de mi primera niñita, perdí a mi familia por mi abuso de alcohol e infidelidades. Mi esposa vino a fe en Cristo y empezó a orar por mí. Un día, un señor mayor que se llamaba Chico me dijo, “Algún día, te voy a ver predicando el evangelio”.
Me reí de él y le dije, “Debes estar loco”.
Una vez cuando estaba borracho, ni siquiera llevando zapatos, un misionero que estaba de visita en Cuba me vio en la calle y dijo que quería orar por mí. Dije, “Bien”. Estaba bien borracho y oré para aceptar al Señor, pero en ese momento, no hice ningún cambio en mi vida.
Mi esposa y yo volvimos a casarnos y ella seguía orando por mí por cinco años. En 1995, nos mudamos a Jamaica. Mi esposa me convenció ir a la iglesia. Iba, me paraba a lado de la puerta en el fondo de la iglesia, y me aseguraba de montar mi bicicleta y salir antes de que el pastor pudiera despedir el culto y alguien me viera. Un día Chico sí me vio y me dijo, “¡Ya te dije”! Pero yo no me veía a mí mismo como cristiano.
En 1998 nos mudamos a los Estados Unidos con la esperanza de escapar la rutina en el cual nos encontramos. Intentaba dejar de tomar, pero fracasé cada vez. Mi salud estaba fallando. Estaba tomando otra vez y mi hígado se estaba ensanchando. Mi esposa dijo, ¿Por qué no vas a la iglesia? No sé cuánto tiempo más puedo durar así”.
Esa semana estaba en la parta trasera de la iglesia de nuevo y el pastor dio una llamada al altar invitando a la gente llegar a conocer al Señor. Dije, “Señor, si realmente eres como estas personas locas dicen que eres, y si quieres tenerme a mí, tienes que sanarme. Lo he intentado solo. No sé qué hacer”.
No escuché ninguna voz; fue silenciosa. Pero un poco después de esa noche, un amigo me invitó a tomar una copa, y no pude. Sabía que algo había cambiado. En ese momento mi corazón estaba tan duro. Nunca mostraba ninguna emoción. No había llorado desde que era un niño pequeño, porque si lloraba mi mamá me pegaba.
Le pregunté al pastor, Ángel González, “¿Qué es lo que me está pasando? Algo no está bien”.
El pastor dijo, “He recibido confirmación del Señor que Él va a hacer algo contigo.”
Empecé a tener una pasión por leer la Biblia. Un día empecé a reírme de unos hombres en la iglesia que estaban llorando. Burlaba de ellos porque había llegado a creer que los hombres verdaderos no lloran, pero luego empecé a llorar y llorar y llorar. Tocaba la batería en la iglesia y podía ver las lágrimas cayéndose en los tambores mientras lloraba como un bebé. El sentimiento fue increíble. Le pregunté al pastor lo que estaba pasando. Podía “sentir” algo en actualidad.
El pastor me dijo, “El Señor ha sanado tu cuerpo, ahora está sanando tu alma”. Me dijo de comprar un diario, diciendo, “Sé que el Espíritu Santo te va a hablar y tienes que anotarlo en seguida para que no lo olvides”.
De ese día en adelante, tuve una pasión para predicar; tengo que predicar.
Mi esposa y yo fielmente asistimos a la iglesia Puerta de Esperanza en Miami, Florida con el Pastor González. Empecé a servir allí y a estudiar la Escritura. Pronto empecé a sentir el llamado de Dios sobre mi vida para ser pastor.
Después de un año le dije al pastor, “Quiero ser un pastor como usted”. Mi esposa sentía lo mismo. Un día, estaba caminando por el pasillo de la iglesia cuando un hombre delante de mí dio la vuela y dijo, “¿Quién está caminando detrás de mí? Tengo una palabra del Señor para él.” Entonces dijo, “El Señor te va a usar”.
“¿Por qué a mí?” pregunté.
“No se trata de ti; se trata de tu corazón”, contestó.
Un par de años después el Señor habló a mi esposa en una conferencia de mujeres, “Tienes miedo,” dijo. “No tengas miedo. He llamado a tu esposo; te he llamado a ti”. In 2000 empecé a sentir esa pasión más y más y me involucré más en la iglesia. Estudié con INSTE.
Por 12 años había servido con el Pastor González, durante ese tiempo él era mi mentor y me ayudaba entender mi llamado. En aquel tiempo tenía dos hijas. Mi familia entera servía que cualquier capacidad que podíamos. Era decano, presidente del departamento de hombres, maestro de la escuela bíblica, y baterista. Visitamos a la gente en el hospital, limpiamos, y mantuvimos a la iglesia mientras estábamos pegados a nuestro pastor, absorbiendo sus destrezas de liderazgo. En 2007 me gradué del Segundo Nivel de INSTE y servía como el coordinador de la convención hispana en Miami en 2012.
Después serví como evangelista y maestro durante cuatro años en el área de Tampa Bay mientras servíamos como copastores de una iglesia. Después de mucha oración el Señor nos mudó a Des Moines en 2014. En 2017 el Señor empezó a abrir puertas para mi esposa, mi hija, y tres hermanos para comenzar una obra en el sur de la ciudad de Des Moines. Ahora se conoce como Casa de Oración y Restauración. En enero de 2020, Dios me permitió formar parte de un viaje de los Hombres de Visión a Costa Rica.
Mi familia y yo seguimos sirviendo a Dios con la visión de alcanzar a la comunidad hispana para Cristo y traer esperanza a las calles del lado sur de Des Moines. Nos enfocamos en proveer comida y productos higiénicos a las personas sin hogar y en preparar a los líderes jóvenes para la obra de Dios.
La gente me pregunta acerca de mi pasión para alcanzar a la gente con el evangelio. Mi pasión viene del Señor. Cuando era más joven, pasé por tiempos difíciles. Dios me rescató. Me salvó y llenó mi corazón más y más y más. Cuando veo a las personas adoloridas, me veo a mí. Cuando veo a los adictos de hogares rotos, me veo a mí. Cuando veo a los solitarios, me veo a mí. Cada día el Señor ha aumentado mi pasión para alcanzar a ese tipo de persona. Haré cualquier cosa para alcanzar a estas personas.
Sombre el Autor
Gus Duarte y su esposa, Norja, sirven como pastores de Casa de Oración y Restauración en Des Moines, Iowa. Tienen dos hijas, Claudia, que está casada con cuatro hijos y sirve en la iglesia a tiempo completo, y Nicole, que sirve en la Guardia Nacional de los Estados Unidos.
Aaron Keller, director nacional del ministerio de los Hombres de Visión (MOVE por sus siglas en inglés) dijo, “El Pastor Gus fue a nuestro viaje de MOVE a Costa Rica. No hay muchos hombres que trabajaban más fuerte que Gus Duarte y de hacerlo con destreza. No era hasta que él hablara de que sabía que no era un simple trabajador. Él predicó y lo hizo con el fuego del Espíritu Santo. Al final de nuestra reunión de dedicación, mientras la mayoría de los hombres estaban cansados y listos para regresar a casa, miré y Gus estaba llevando al Señor a dos señoritas que trabajaban en el hotel donde nos hospedábamos. Él está constantemente impulsado por la voluntad de Dios.”
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Únete a la familia y difunde las Buenas Nuevas
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3 weeks agoon
November 1, 2024By
Rob BrayLa Iglesia Espíritu y Verdad nació como un sueño en medio del trasfondo turbulento de enero de 2021, durante la pandemia de COVID-19. A pesar de los desafíos a los que se enfrentaba el mundo, nosotros nos encontramos prosperando, arraigados en la convicción de que los planes de Dios siempre prevalecen. Como decimos en nuestro sitio web, nos apasiona ayudar a las personas a «encontrar la libertad en la plenitud» tanto del Espíritu como de la Palabra. Esta visión fundamental nos ha sostenido en tiempos de incertidumbre y nos ha impulsado a avanzar.
Sin embargo, a pesar de todos nuestros logros, llegamos a un punto en el que nos sentíamos como si estuviéramos en una isla: Creciendo, sí, pero sin la cobertura, la capacitación, el asesoramiento y el cuidado que toda iglesia necesita para florecer a largo plazo. En 2022, en la primera conferencia de MOVEMENT, Dios habló directamente a mi corazón, me dijo que la Iglesia Espíritu y Verdad estaba destinada a ser parte de la familia de las iglesias de la Biblia Abierta. Este llamado fue un momento decisivo para nuestro ministerio. En 2023, obtuve mi credencial a través de las Iglesias de la Biblia Abierta, y en febrero de este año (2024), nos afiliamos de manera oficial a la región Mountain Plains de las Iglesias de la Biblia Abierta. Desde entonces, hemos recibidos inmensas bendiciones.
Formar parte de Biblia Abierta ha sido transformador para nosotros. Hemos recibido una gran inversión, formación y apoyo. La Biblia Abierta nos ha ayudado a apuntalar aspectos esenciales de nuestro ministerio: Liderazgo, organización, dotación de personal, presupuesto, instalaciones y mucho más. El crecimiento ha sido extraordinario: El año pasado duplicamos nuestro tamaño, pasando de sesenta a ciento veinte asistentes regulares. Creo que este crecimiento es un testimonio tanto de la cobertura espiritual de la Biblia Abierta como de los alcances que realizamos guiados por el Espíritu Santo. Nuestra iglesia tiene una cultura basada en un estilo de vida de evangelización y hospitalidad en la que todos nuestros miembros son testigos y anfitriones. Además, hemos realizado alianzas estratégicas con otros ministerios.
Una de las alianzas más emocionantes que tenemos es con Every Heart Tours, un ministerio dirigido por estudiantes universitarios de Michigan, apasionados y amantes de Jesús. Estos estudiantes pasan una semana con nosotros, participan en alcances de adoración al aire libre y en la «búsqueda del tesoro profético». Si no estás familiarizado con este término, una «búsqueda del tesoro profético» es una manera de evangelizar en la que los participantes piden al Espíritu Santo que les revele detalles específicos sobre las personas que van a conocer, y luego van a la comunidad para encontrar estos «tesoros». Es una hermosa aventura guiada por el Espíritu Santo que nos permite unirnos a Dios y ministrar a la gente de nuestra ciudad de una manera única. Gracias a estas búsquedas del tesoro, hemos visto muchas vidas ser tocadas y transformadas.
Uno de los testimonios más poderosos de estos alcances ocurrió este verano (2024). Contamos con un equipo con ministerio profético que dieron palabras específicas a la gente mientras adorábamos en la plaza Old Town de Fort Collins. ¡Predicamos el evangelio con valentía, y al final de la noche once personas tomaron la decisión de ser bautizados! Nos dirigimos al Río Poudre y fuimos testigos del poder sobrenatural de Dios cuando se sumergieron en el agua y salieron renovados. Fue un momento parecido al de la iglesia primitiva, donde «el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos» (Hechos 2:47, RVR-60).
Por supuesto, el ministerio no siempre es fácil. Nos hemos enfrentado al rechazo y a la oposición. Pero nos mantenemos firmes en la verdad de Romanos 1:16: «Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree.». La cosecha es abundante, y hemos visto esta realidad manifestarse ante nuestros ojos. Mientras continuamos haciendo alianzas con ministerios, dando pasos de fe y predicando el evangelio, confiamos en que Dios continuará trayendo más personas a Su reino.
La travesía que hemos recorrido con la Biblia Abierta ha sido un testimonio de la fidelidad de Dios. Lo que comenzó como una pequeña iglesia en el norte de Colorado se ha convertido en una comunidad vibrante que refleja el corazón de Dios para su pueblo. Seguimos comprometidos con la difusión de las Buenas Nuevas y asegurándonos de que el alcance y la evangelización estén en el corazón de nuestro ministerio. Familia de la Biblia Abierta la cosecha está lista, ¡vamos a recogerla!
Sobre el autor
Rob Bray
Rob Bray es un líder empresarial y ministerial con más de una década de experiencia tanto en el ámbito de los negocios como el de la iglesia. Es el fundador y pastor principal de la Iglesia Espíritu y Verdad, una Iglesia de la Biblia Abierta en la región de Mountain Plains. Rob ha catalizado compañías exitosas, desarrollado ministerios saludables y ha sido orador en influyentes conferencias, talleres y eventos. La experiencia y la pasión de Rob lo han convertido en un asesor y entrenador de confianza para líderes y empresarios que buscan avances en múltiples aspectos, como la vida, el matrimonio y los negocios. Rob y su esposa Bethany viven en su granja en Fort Collins, Colorado, con sus seis hijos: Nehemiah, Nora, Noelle, Neely, Nayla y Nicholas. En su tiempo libre, disfrutan del senderismo, el surf de remo y el snowboarding.
En el quinto día de la creación, nuestro maravilloso Dios se manifestó de una manera totalmente nueva. Comenzó a crear las criaturas vivientes que caminan entre nosotros. Esta expresión de Su creación se ha manifestado a lo largo de la historia; desde la paloma de Noé hasta el asno de Balaam, desde la ballena de Jonás hasta los leones de Daniel, Dios ha seguido utilizando a los animales en Su gran plan y propósito.
Podemos seguir utilizando estos animales como metáfora del amor y la dirección de Dios. Un ejemplo notable procede del libro de Bob Sjogren titulado Cat and Dog Theology (Teología del perro y del gato): «Un perro dice: ‘Tú me acaricias, tú me alimentas, tú me proteges, tú me amas, tú debes ser Dios’. Un gato dice: ‘Tú me acaricias, tú me alimentas, tú me proteges, tú me amas, yo debo ser Dios’».
Por muy cierto que esto sea, cuando se rompen los moldes ocurre algo maravilloso.
En nuestra familia hemos experimentado de forma reciente un fenómeno interesante en lo que se refiere a nuestras mascotas. Para entender mejor la historia, hay que conocer a nuestros animales. Ralphie es un perro Maltipoo joven y enérgico. Jamás ha conocido a un extraño al que no quisiera. Es dulce, leal y, en muchos sentidos, el compañero ideal.
A continuación, tenemos a nuestra chihuahua, Sally. Encontramos a Sally vagando por nuestro vecindario en 2014 sin identificación ni microchip. Era evidente que la habían maltratado y, cuando la llevé al veterinario, le detectaron tantos problemas que me aconsejaron: «No te molestes en encontrar a su dueño».
Cuidamos a Sally y dos semanas después era legalmente nuestra. Aunque es cariñosa con nosotros y nuestros hijos, hasta el día de hoy, si levanto la mano para acariciar su cabeza, reacciona con un gesto de dolor como si fuera a pegarle (cosa que nunca he hecho ni pienso hacer).
La naturaleza singular de Ralphie y Sally se manifiesta en nuestro paseo nocturno por el barrio.
Ralphie hace todo lo posible por tirar de la correa y correr hacia delante. Está tan desesperado por guiar a quien le sujeta la correa que casi se ahoga con el collar (hemos tenido que cambiar al arnés). No se da cuenta de que sólo pesa dos kilos y medio, y sus tirones no cambian en nada la dirección en la que vamos.
Sin embargo, a Sally hay que llevarla prácticamente a rastras durante todo el paseo. Es tímida y teme dar un paso del que no esté segura.
Es todo un espectáculo tener perros tan distintos que reaccionan ante lo mismo en forma diferente.
Presenciar este fenómeno me hizo reflexionar, y no pude evitar pensar en las diversas formas en que respondemos en nuestras vidas a la guía del Espíritu Santo.
Muchas personas son como Ralphie. Tratan de decirle a Dios a dónde quieren ir sin tener en cuenta Su guía. Prefieren ahogarse en su propia voluntad que escuchar lo que Él tiene que decir. Otros son como Sally y les cuesta confiar plenamente en el Señor. Para que se muevan, el Espíritu Santo debe prácticamente arrastrarlos al siguiente lugar.
Aunque parezca una premisa sencilla, muchos seguidores de Dios caen en estos polos opuestos. Las personas pierden sus destinos cuando actúan como Ralphie y Sally.
Pero tenemos otra mascota en casa de la que no les he comentado. Se llama César y es un gato viejo y sabio. Lo adquirimos el año que nos casamos, y en cada oportunidad que ha tenido ha hecho honor a su noble nombre. Hace algunos años, en nuestros paseos nocturnos con los perros, César empezó a hacer algo asombroso.
Por voluntad propia, nos seguía en nuestros paseos. Sin necesidad de correa. Sin que tuviéramos que persuadirle. Simplemente nos seguía cada noche con el único propósito de estar con nosotros. De vez en cuando teníamos que llamarlo por su nombre, pero siempre estaba cerca.
Creo que en un mundo lleno de Ralphies y Sallys, Dios preferiría que fuéramos como César. El Señor no quiere que le digamos adónde vamos, sino que dejemos que Él nos guíe, y ciertamente no quiere arrastrarnos de un lugar a otro. Prefiere que le sigamos voluntariamente, deseosos de permanecer en su presencia.
En Mateo 8:18-22, vemos a dos hombres que expresan su deseo de seguir a Jesús. El primero se muestra demasiado ansioso, sin saber en qué se está metiendo. Jesús le da una advertencia severa, explicándole que no sabe lo que está pidiendo. El segundo, duda y dice que primero tiene que enterrar a su padre. Nunca nos enteramos del destino de ninguno de los dos hombres, pero espero que ambos hayan renunciado a sus tendencias naturales y hayan aprendido a seguirle fielmente.
El pasado mes de marzo, tras dieciséis años de ser nuestro gato, César murió en paz, pero no antes de que hubiéramos conseguido una gatita llamada CJ. CJ está llena de vida y es muy juguetona. Siempre estuvo tan intrigada por nuestro viejo amigo César que empezó a seguirle a todas partes, aunque fuera a dar un paseo por el barrio.
De manera indirecta, César hizo de nuestra joven gatita un discípulo, que ahora nos sigue todas las noches en nuestros paseos. Aunque Ralphie quiera ser agresivo o Sally tímida, ahora tenemos a CJ siguiéndonos a todas partes…
No importa si luchas por ser demasiado agresivo en tu viaje con Dios o si estás demasiado asustado para dar el siguiente paso, creo que todos podemos crecer al aprender a ser guiados. Si nos mantenemos cerca de Jesús, no nos quedará más remedio que cumplir Su destino para nuestras vidas.
Sobre el autor
Bill Francavilla
Bill Francavilla es el pastor principal de Living Hope, una iglesia de la Biblia Abierta en Williamsburg, Virginia. Después de vivir en Virginia casi toda su vida, asistió a Lynchburg College, donde estudió historia y teatro. Bill recibió su maestría en estudios teológicos en la Universidad Liberty en 2017. Ha participado de forma activa en misiones en México, República Dominicana y Cuba. Él y su esposa, Jessica, tienen cuatro hijos: Alex, Liam, Rita Grace y Gino.
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Cinco lecciones que aprendí al tratar de alcanzar un vecindario
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3 weeks agoon
November 1, 2024Hace años, tomé el examen «Conozca sus Fortalezas» (Strengths Finder), diseñado para ayudar a una persona a identificar sus dones predominantes. La palabra «Exitosa» encabezaba la lista de mis resultados, lo que me hizo sentir incómoda. Debatía con mi malestar, sin saber por qué me sentía así, hasta que Dios fue abriendo mi entendimiento. Desde mi juventud, había forjado mi vida hasta saturarla, acumulando un largo currículum de logros, ninguno de los cuales me producía satisfacción. En cambio, Dios despertó en mi un hambre caracterizada por lo sobrenatural. Una definición de sobrenatural es: «por encima, más allá y mucho más alto y grande que lo natural». Yo anhelaba ver cosas que superaran lo que yo podía realizar con mis propias fuerzas y ser testigo del poder de Dios en mi vida cotidiana.
Desde entonces, Dios me ha enseñado a renunciar a la productividad y al afán de superación, en cambio me llevó a descubrir Su voluntad y sabiduría al caminar en amistad con Él. Incluso más que antes, mi corazón anhela experimentar instantes de ministerio que inspiren admiración por la magnificencia de Dios. Durante el verano, nuestra iglesia tuvo el honor de experimentar algunos de estos instantes en nuestro programa de alcance comunitario en Asbury Park. Mientras relato nuestra historia, compartiré también las cinco lecciones que aprendimos al alcanzar a nuestro vecindario.
1. Podemos asociarnos con Dios para ver cumplidos Sus deseos.
Nuestro equipo se había reunido en forma habitual para la reunión semanal de oración cuando Dios nos habló: «Quiero este barrio. ¿Engrandecerán Mi Nombre en Asbury Park?». Sentimos el peso de la responsabilidad de esta invitación. Durante un año, organizamos cenas semanales en el sótano de nuestra casa ministerial. Docenas de personas habían encontrado una comunidad y un sentido de pertenencia en ese lugar. Algunos ya habían conocido a Jesús, pero Dios quería que echáramos más lejos la red. Nadie en el equipo había imaginado trasladar nuestras cenas de los jueves por la noche al parque durante el verano. Pero Dios había escuchado nuestro clamor: «Dios, haz lo que te dicte tu corazón. Rogamos que se haga tu voluntad en esta región y que Jesús sea glorificado». Y aquel día, Él nos dio a conocer otra parte de su plan para nuestra región.
2. No tenemos que esforzarnos.
Como es natural, consideramos la invitación que Dios nos hizo e imaginamos posibilidades de cómo reunir a la comunidad en el parque de nuestro vecindario. Tuvimos en cuenta eventos anteriores que tuvieron éxito, en los que se utilizaron rifas y premios de incentivo o entretenimientos como castillos inflables. Recurrimos de nuevo a la oración y Dios nos reveló más de su plan. Él lo quería sencillo. Mientras orábamos, Dios nos dio visiones de las diferentes estaciones en el parque: Manualidades temáticas para relatar la historia de la creación, comida para llenar los estómagos, un área con niños despreocupados y jugando, alabanza enérgica y un lugar para bautismos. ¡Dijo que nos preparáramos para que la gente se salvara y bautizara!
3. Dios tiene un almacén de provisiones.
Aunque el plan de Dios era relativamente simple, no contábamos con las finanzas ni con los voluntarios para cumplir con la visión de llevar cenas al parque cada dos semanas durante el verano. Dios nos aseguró que Él sería fiel para proveer todo lo que necesitáramos para servir así a la comunidad. Decidimos abrazar Su plan creyendo que Él abriría el camino.
4. Dios ama la colaboración.
Dios nos inspiró de forma maravillosa para llegar a muchos individuos y grupos, invitándoles a unirse con nosotros para alcanzar el Barrio Five Points en Toledo. Más de una docena de iglesias estuvieron presentes, ocupando puestos de voluntarios y donando alimentos y suministros. El Gran Cuerpo de Cristo se unió verdaderamente, en torno a Jesús y Su misión.
5. Amor + Poder + Evangelio = Jesús recibe Su recompensa
En el año 2023, cuando iniciamos nuestras cenas en la sede del ministerio, Dios nos dio un versículo como fundamento:
«Vivan una vida llena de amor, siguiendo el ejemplo de Cristo. Él nos amó y se ofreció a sí mismo como sacrificio por nosotros, como aroma agradable a Dios» (Efesios 5:2, NTV).
Dios deseaba que este aroma se elevara al Cielo, el olor de un pueblo caminando en amor sacrificial. Y como resultado, Su pueblo llevó ese amor al parque. Compartimos las Buenas Nuevas de Jesús, que dio su vida para que todos pudieran obtener la salvación, ser sanos y libres. Muchos aceptaron la invitación de aceptar el regalo de Jesús, entregándole sus vidas. Las personas recibieron la sanidad en sus cuerpos y la liberación de las ataduras. Muchos experimentaron personalmente el poder del Espíritu Santo. Veinticuatro personas decidieron seguir a Jesús a través del bautismo en agua.
La lluvia de Dios cayó ese verano sobre Asbury Park. Era Su plan, Su provisión, Su gloria. Fue la recompensa de Jesús. Dios quiera que todos vivamos diariamente a la expectativa de las cosas que están más allá de lo que podríamos hacer con nuestra propia capacidad, asociándonos con Dios y viendo cómo Su fama se extiende por toda la tierra.
Sobre la autora
Sarah Williams
Sarah Williams y su esposo, George, han servido juntos en el ministerio desde que se casaron en 2006. Su trayectoria comenzó como misioneros urbanos, lo que los llevó a fundar y pastorear conjuntamente la Iglesia CityLight Church. En 2016, Sarah fundó el «Centro de Transformación» (Transformation Center), donde ella y su equipo han ayudado a cientos de personas a encontrar la plenitud y la libertad en Cristo. Su pasión es que Jesús reciba Su recompensa a través de la salvación, la sanidad y la liberación de las personas. El equipo del Centro de Transformación les da la bienvenida a los ministros que deseen reservar una estadía para recibir ministración personal o para visitarlos y unirse a ellos para alcanzar a la comunidad.