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Cuando los veo, me veo a mí
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4 years agoon
Por Gus Duarte
Nací en 1968 y me crié en Cuba en una familia muy disfuncional, sin figura paterna y sin valores cristianos. A una edad joven, me mandaron a un colegio internado, estudié, y me gradué como especialista en trabajos arquitectónicos. Después de graduarme, para cumplir con mi servicio militar obligatorio, fui mandado a una guerra en Angola en el sur de África por 18 meses.
En 1990 me casé con Norja, pero estuve enojado y miserable. Pasé el primer mes de mi matrimonio borracho; tomaba todo el día. Después del nacimiento de mi primera niñita, perdí a mi familia por mi abuso de alcohol e infidelidades. Mi esposa vino a fe en Cristo y empezó a orar por mí. Un día, un señor mayor que se llamaba Chico me dijo, “Algún día, te voy a ver predicando el evangelio”.
Me reí de él y le dije, “Debes estar loco”.
Una vez cuando estaba borracho, ni siquiera llevando zapatos, un misionero que estaba de visita en Cuba me vio en la calle y dijo que quería orar por mí. Dije, “Bien”. Estaba bien borracho y oré para aceptar al Señor, pero en ese momento, no hice ningún cambio en mi vida.
Mi esposa y yo volvimos a casarnos y ella seguía orando por mí por cinco años. En 1995, nos mudamos a Jamaica. Mi esposa me convenció ir a la iglesia. Iba, me paraba a lado de la puerta en el fondo de la iglesia, y me aseguraba de montar mi bicicleta y salir antes de que el pastor pudiera despedir el culto y alguien me viera. Un día Chico sí me vio y me dijo, “¡Ya te dije”! Pero yo no me veía a mí mismo como cristiano.
En 1998 nos mudamos a los Estados Unidos con la esperanza de escapar la rutina en el cual nos encontramos. Intentaba dejar de tomar, pero fracasé cada vez. Mi salud estaba fallando. Estaba tomando otra vez y mi hígado se estaba ensanchando. Mi esposa dijo, ¿Por qué no vas a la iglesia? No sé cuánto tiempo más puedo durar así”.
Esa semana estaba en la parta trasera de la iglesia de nuevo y el pastor dio una llamada al altar invitando a la gente llegar a conocer al Señor. Dije, “Señor, si realmente eres como estas personas locas dicen que eres, y si quieres tenerme a mí, tienes que sanarme. Lo he intentado solo. No sé qué hacer”.
No escuché ninguna voz; fue silenciosa. Pero un poco después de esa noche, un amigo me invitó a tomar una copa, y no pude. Sabía que algo había cambiado. En ese momento mi corazón estaba tan duro. Nunca mostraba ninguna emoción. No había llorado desde que era un niño pequeño, porque si lloraba mi mamá me pegaba.
Le pregunté al pastor, Ángel González, “¿Qué es lo que me está pasando? Algo no está bien”.
El pastor dijo, “He recibido confirmación del Señor que Él va a hacer algo contigo.”
Empecé a tener una pasión por leer la Biblia. Un día empecé a reírme de unos hombres en la iglesia que estaban llorando. Burlaba de ellos porque había llegado a creer que los hombres verdaderos no lloran, pero luego empecé a llorar y llorar y llorar. Tocaba la batería en la iglesia y podía ver las lágrimas cayéndose en los tambores mientras lloraba como un bebé. El sentimiento fue increíble. Le pregunté al pastor lo que estaba pasando. Podía “sentir” algo en actualidad.
El pastor me dijo, “El Señor ha sanado tu cuerpo, ahora está sanando tu alma”. Me dijo de comprar un diario, diciendo, “Sé que el Espíritu Santo te va a hablar y tienes que anotarlo en seguida para que no lo olvides”.
De ese día en adelante, tuve una pasión para predicar; tengo que predicar.
Mi esposa y yo fielmente asistimos a la iglesia Puerta de Esperanza en Miami, Florida con el Pastor González. Empecé a servir allí y a estudiar la Escritura. Pronto empecé a sentir el llamado de Dios sobre mi vida para ser pastor.
Después de un año le dije al pastor, “Quiero ser un pastor como usted”. Mi esposa sentía lo mismo. Un día, estaba caminando por el pasillo de la iglesia cuando un hombre delante de mí dio la vuela y dijo, “¿Quién está caminando detrás de mí? Tengo una palabra del Señor para él.” Entonces dijo, “El Señor te va a usar”.
“¿Por qué a mí?” pregunté.
“No se trata de ti; se trata de tu corazón”, contestó.
Un par de años después el Señor habló a mi esposa en una conferencia de mujeres, “Tienes miedo,” dijo. “No tengas miedo. He llamado a tu esposo; te he llamado a ti”. In 2000 empecé a sentir esa pasión más y más y me involucré más en la iglesia. Estudié con INSTE.
Por 12 años había servido con el Pastor González, durante ese tiempo él era mi mentor y me ayudaba entender mi llamado. En aquel tiempo tenía dos hijas. Mi familia entera servía que cualquier capacidad que podíamos. Era decano, presidente del departamento de hombres, maestro de la escuela bíblica, y baterista. Visitamos a la gente en el hospital, limpiamos, y mantuvimos a la iglesia mientras estábamos pegados a nuestro pastor, absorbiendo sus destrezas de liderazgo. En 2007 me gradué del Segundo Nivel de INSTE y servía como el coordinador de la convención hispana en Miami en 2012.
Después serví como evangelista y maestro durante cuatro años en el área de Tampa Bay mientras servíamos como copastores de una iglesia. Después de mucha oración el Señor nos mudó a Des Moines en 2014. En 2017 el Señor empezó a abrir puertas para mi esposa, mi hija, y tres hermanos para comenzar una obra en el sur de la ciudad de Des Moines. Ahora se conoce como Casa de Oración y Restauración. En enero de 2020, Dios me permitió formar parte de un viaje de los Hombres de Visión a Costa Rica.
Mi familia y yo seguimos sirviendo a Dios con la visión de alcanzar a la comunidad hispana para Cristo y traer esperanza a las calles del lado sur de Des Moines. Nos enfocamos en proveer comida y productos higiénicos a las personas sin hogar y en preparar a los líderes jóvenes para la obra de Dios.
La gente me pregunta acerca de mi pasión para alcanzar a la gente con el evangelio. Mi pasión viene del Señor. Cuando era más joven, pasé por tiempos difíciles. Dios me rescató. Me salvó y llenó mi corazón más y más y más. Cuando veo a las personas adoloridas, me veo a mí. Cuando veo a los adictos de hogares rotos, me veo a mí. Cuando veo a los solitarios, me veo a mí. Cada día el Señor ha aumentado mi pasión para alcanzar a ese tipo de persona. Haré cualquier cosa para alcanzar a estas personas.
Sombre el Autor
Gus Duarte y su esposa, Norja, sirven como pastores de Casa de Oración y Restauración en Des Moines, Iowa. Tienen dos hijas, Claudia, que está casada con cuatro hijos y sirve en la iglesia a tiempo completo, y Nicole, que sirve en la Guardia Nacional de los Estados Unidos.
Aaron Keller, director nacional del ministerio de los Hombres de Visión (MOVE por sus siglas en inglés) dijo, “El Pastor Gus fue a nuestro viaje de MOVE a Costa Rica. No hay muchos hombres que trabajaban más fuerte que Gus Duarte y de hacerlo con destreza. No era hasta que él hablara de que sabía que no era un simple trabajador. Él predicó y lo hizo con el fuego del Espíritu Santo. Al final de nuestra reunión de dedicación, mientras la mayoría de los hombres estaban cansados y listos para regresar a casa, miré y Gus estaba llevando al Señor a dos señoritas que trabajaban en el hotel donde nos hospedábamos. Él está constantemente impulsado por la voluntad de Dios.”
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Papúa Nueva Guinea: Un testimonio de la fidelidad de Dios
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3 days agoon
December 20, 2024En el mes de septiembre de 2024 el exmisionero Mark Brandt y yo nos encontramos en el aeropuerto de San Francisco para volar a Papúa Nueva Guinea. Viajamos allí para participar en la conmemoración del cincuentenario aniversario de las Iglesias de la Biblia Abierta y asistir a la Convención Nacional en la base misionera Ivingoi de la Biblia Abierta en las Tierras Altas Orientales.
Tras tres vuelos diferentes y algunos retrasos inesperados, Mark y yo llegamos al aeropuerto de Goroka (Papúa Nueva Guinea). El director de campo, Joshua Essy, y varios miembros de la Junta Nacional de las Iglesias de la Biblia Abierta estaban allí para recibirnos.
Subimos a tres vehículos diferentes e incluso contamos con un vehículo de escolta de la policía cuando comenzamos nuestro viaje de cuatro horas por la carretera montañosa que nos llevaría a la base misionera de Ivingoi. Cuando llegamos, la entrada principal estaba rodeada de cientos de personas de pie a ambos lados de la carretera para darnos la bienvenida. En realidad, uno no se considera digno de semejante recibimiento, pero nos sentimos muy honrados. Cuando Mark salió de su vehículo, la gente se agolpó para saludarle porque hacía veintitrés años que no había regresado a Papúa Nueva Guinea. Fue impresionante ver cuánto le amaban a él y a su familia.
La Convención Nacional y la celebración del cincuentenario aniversario comenzaron el lunes por la tarde y contaron con la asistencia de más de 2.000 personas, las que tuvieron que sentarse en el suelo alrededor de la plataforma porque no había un edificio lo suficientemente grande para acomodar a todos.
Al contemplar esta gran multitud del pueblo de Dios, pensé en el Salmo 89:1 que dice: «Oh Señor, por siempre cantaré la grandeza de tu gran amor; por todas las generaciones proclamará mi boca tu fidelidad.» (NVI). Dios es fiel para bendecir y mantener su obra. Ahora, hemos podido presenciar el fruto de esa fidelidad en las miles de vidas que han sido transformadas por el poder del Evangelio, en Papúa Nueva Guinea.
El martes celebraron una ceremonia especial para dar la bienvenida a todos los dignatarios del gobierno local, empresarios e invitados internacionales.
Al día siguiente visitamos la clínica de la misión de la Biblia Abierta, cuyo personal y ambulancias son financiados por el gobierno de Papúa Nueva Guinea. Hace varios años atrás, Misiones Globales envió fondos para construir una nueva maternidad. Hoy, la clínica atiende a más de 20.000 pacientes al año; es la única consulta médica en cientos de kilómetros y está rodeada por varios pueblos.
Actualmente tenemos treinta y siete Iglesias de la Biblia Abierta en Papúa Nueva Guinea, y se están iniciando cinco nuevos alcances. El crecimiento y la expansión de la obra de la Biblia Abierta allí es un tribute maravilloso a todos los misioneros, enfermeros, enfermeras y nacionales que han sacrificado tanto y han superado con creces el llamado al servicio del Señor. Ahora, con un fundamento tan sólido, el trabajo de las Iglesias de la Biblia Abierta en Papúa Nueva Guinea está preparado para experimentar un extraordinario crecimiento.
Fue un honor participar en la celebración del cincuentenario aniversario y en la Convención Nacional de Iglesias de la Biblia Abierta de Papúa Nueva Guinea. Además, fue un privilegio contar con la compañía del exmisionero Mark Brandt en este viaje. Felicito al presidente Joshua Essy por su liderazgo y el de toda la Junta Nacional. Sé que el trabajo de La Biblia Abierta seguirá creciendo y prosperando bajo su dirección y guía.
Sobre el autor
Vince McCarty
Vince McCarty sirve como director ejecutivo de Misiones Globales de las iglesias de la Biblia Abierta, supervisando la obra en cincuenta y cinco países del mundo. Agradece al gran equipo misionero y a todos los líderes nacionales con los que tiene la oportunidad de servir. Su desea es que recordemos que la Gran Comisión es demasiado grande para que alguien la cumpla solo y demasiado importante para no tratar de hacerla juntos.
Cuando falleció mi primer esposo, mi vida «cambió». Después de atravesar mi propio dolor, el Señor me permitió caminar junto a muchas otras personas que también estaban sufriendo. Las puertas siguieron abriéndose en esta área, y cuando surgió la oportunidad de servir con Marketplace Chaplains (Capellanes de Mercado), sentí la confirmación de Dios de que era allí donde Él me quería. Comencé como capellán poco después de presentar mi solicitud, y dos años más tarde me ofrecieron el puesto de director de Operaciones para un nuevo equipo formado en el sur de Florida.
El ministerio de Marketplace Chaplains (Capellanes de Mercado) se distingue de los demás por la forma en que se creó y el motivo principal de su existencia. Fue creado por un antiguo capellán militar, Lee Strickland, en 1984. Tras la experiencia de haber sido atendido por capellanes en el ejército, Lee deseaba ofrecer un servicio similar a su comunidad a través de este ministerio único. Los equipos de Marketplace Chaplains (Capellanes de Mercado) están formados por capellanes varones y mujeres que ayudan en la atención a los empleados de empresas de Estados Unidos y Canadá. Las relaciones dentro de estas empresas se establecen a través de visitas rutinarias de los capellanes que se ofrecen en forma semanal, bimensual o mensualmente. Estas visitas periódicas ayudan a los empleados a sentirse cómodos con los capellanes, de modo que, cuando se produce una crisis, es más probable que soliciten ayuda. Los capellanes están a disposición de los empleados 24 horas al día, 7 días a la semana, para ayudarles en casos de duelo, funerales, prevención del suicidio y crisis familiares.
Algunos años atrás, un líder de una de las empresas a las que presto mis servicios llamó asustado cuando una de sus empleadas sollozaba al descubrir que su marido, sano y de cuarenta años, había fallecido repentinamente mientras dormía. El líder me preguntó: «¿Qué hago?». Le había dado el pésame y había sufragado su vuelo de regreso a casa para iniciar los preparativos, pero a pesar de ello, confesó que una situación tan trágica le hacía sentir impotente y débil. Le recordé que cuando nos sentimos débiles, el Señor promete ser nuestra fortaleza. También le dije que, en tiempos de tragedia, a menudo no es lo que decimos lo que Dios usa, sino simplemente nuestra presencia. A medida que hablaba, me di cuenta de que todo el dolor por el que había atravesado me había ayudado a apoyar a este líder en esta tremenda prueba.
Existen retos a la hora de ser capellán cristiano en sitios donde se reconocen todas las creencias religiosas. Recuerdo un momento en particular, cuando estaba recibiendo capacitación en el hospital, en el que el director del programa insistió en que no se podía usar el nombre de Jesús para cerrar una oración sin el consentimiento del paciente. Luché con este concepto, incluso preguntándome si esta limitación era Dios diciéndome que no sirviera en este tipo de ministerio. Más tarde ese mismo día, estaba haciendo mis rondas en la planta que me habían asignado en la unidad de parálisis, que atiende a pacientes con lesiones que afectan a su capacidad para caminar. Entré en la habitación de un paciente varón, saludándole con un simple: «Hola, señor, ¿cómo está?». Con voz extremadamente alta y animada, el paciente respondió: «¡Ahí está!». Supuse que no era bienvenida, le respondí: «Lo siento, señor, no estoy segura si le entendí. ¿Quiere que vuelva en otro momento?». A lo que respondió: «¿Cómo puede irse ahora? Usted acaba de traer aquí al Espíritu Santo».
Estaba sorprendida; lo único que había dicho era un saludo. No había orado ni hablado de Dios. Este hombre ni siquiera había visto mi insignia de capellán cuando hizo esta declaración. En ese momento vi el poder de la presencia de Dios en mi vida. Pude ver que cuando apoyo y sirvo a pacientes o empleados en espacios seculares, Jesús va conmigo, mencione o no su nombre. Dios puede usarme y me usará en este papel de capellán, y estoy agradecida por la oportunidad de servirle en el mercado.
Para aquellos que sientan el llamado a servir como capellán o que simplemente quieran aprender más, Marketplace Chaplains (Capellanes de Mercado) a menudo busca hombres y mujeres que sientan el llamado de Dios a impactar su comunidad fuera de su iglesia. Visite este sitio web para buscar trabajo y aprender más sobre esta increíble manera de transformar vidas: www.mchapcares.com
Sobre la autora
Kwabea Francis
Kwabea Francis sirve como directora ejecutiva de operaciones con Marketplace Chaplains (Capellanes de Mercado) y es ministra ordenada de la Biblia Abierta. Su corazón es compartir el amor y el propósito de Dios con aquellos a quienes sirve como capellán, predicadora y maestra de la Palabra de Dios. Ella asiste a Living Word Open Bible Church en Cooper City, Florida. Kwabea obtuvo su Maestría en Divinidad en el Seminario Teológico de Asbury y es graduada de la Universidad de Florida. Ella y su esposo tienen cinco hijos y tres nietos.
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Cinco medidas para subsanar el déficit de mujeres en el liderazgo ministerial
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3 days agoon
December 20, 2024By
Julie ColeLa Biblia Abierta tiene una herencia rica de mujeres líderes en el ministerio. Nuestra denominación nació en avivamiento y se formó por la unión de dos movimientos que surgieron de otras denominaciones fundadas y dirigidas por mujeres (Florence Crawford y Aimee Semple McPherson). La postura de la Biblia Abierta en cuanto al liderazgo de las mujeres en el ministerio lo celebra a todos los niveles. Sin embargo, a pesar de esta rica historia y la bendición actual para las mujeres en el liderazgo ministerial, todavía es raro encontrar mujeres en ciertos cargos ministeriales dentro de nuestras iglesias. Existen múltiples razones para esto, pero aquí hay cinco medidas a considerar al abordar este tema.
1. Analice sus propios prejuicios.
La mayoría de las veces, no se elige a mujeres para altos cargos de liderazgo porque «no se ha hecho antes». La tradición puede ser una fuerza poderosa, pero a veces impide que se produzcan cambios importantes. Pregúntese cómo se sentiría si una mujer fuera elegida como pastor principal de su iglesia. Lo más probable es que le resulte incómodo. Que sea incómodo no siempre significa que esté mal. Por lo general, significa simplemente que es diferente. Esta incomodidad es a menudo temporal, y la disposición a aceptarla puede crear nuevas oportunidades para que las mujeres lideren. Cuando se abra una posición de liderazgo ministerial, permítase considerar tanto a mujeres como a hombres como candidatos para el puesto.
2. Estudie lo que dicen las Escrituras sobre las mujeres que ejercen liderazgo.
El Antiguo y el Nuevo Testamentos están llenos de mujeres que desempeñaron funciones importantes de liderazgo a todos los niveles. Observe la influencia y el nivel de autoridad que se les concedió. Estudie los «pasajes problemáticos» de las Escrituras (por ejemplo, 1 Corintios 14:34 y 1 Timoteo 2:12), que parecen limitar la enseñanza y la palabra de las mujeres. Algunos eruditos y comentarios de renombre muestran cómo estos pasajes estaban destinados a abordar problemas específicos con los que la iglesia primitiva tuvo que lidiar, en lugar de convertirse en una regla general que limitara a las mujeres en el liderazgo. Si usted es un líder de la iglesia, comunique claramente la posición de su iglesia sobre las mujeres en el liderazgo ministerial. Con demasiada frecuencia este tema se ignora, manteniendo el statu quo.
3. Abogue por las mujeres que ejercen liderazgo.
Anime a las mujeres, jóvenes y mayores, que tienen el don de liderar. Oriéntelas. Contrátelas. Es una bendición cuando una mujer anima desinteresadamente a otra en la labor de su liderazgo; con demasiada frecuencia, existe la tentación de criticar duramente o estar celosa, lo que lleva a vacilar a la hora de asumir el liderazgo. Es muy significativo que un líder hombre aliente y deje espacio para que una mujer lidere. Es muy importante dar a las mujeres las mismas oportunidades que se darían a los hombres que están aprendiendo a dirigir. Resulta muy raro que a una mujer joven se le conceda tiempo en la plataforma u otras responsabilidades públicas, mientras que esas oportunidades se dan a los hombres que se están formando. Intente ser igualitario siempre que pueda. De lugar a la inexperiencia y dé repetidas oportunidades de aprender y crecer.
4. Predique acerca de mujeres que fueron fuertes líderes en la Biblia.
Las Escrituras están llenas de mujeres que ejercieron liderazgo como Miriam, Ana, Ester, Débora, María y Priscila. Destacar sus vidas muestra cómo los dones de liderazgo de Dios son dados tanto a hombres como a mujeres. Esto anima a las mujeres líderes y les ofrece modelos bíblicos.
5. Fomente una cultura de liderazgo compartido.
Muchas veces, la iglesia escucha la mayor parte del tiempo la voz de un solo pastor. Compartir regularmente el púlpito crea un espacio donde los líderes en formación pueden experimentar el ministerio público. Al permitir que prediquen tanto hombres como mujeres, la congregación se acostumbra al liderazgo masculino y femenino, creando un equipo de jugadores que puedan ser entrenados para ayudar en todos los niveles de liderazgo de la iglesia. De este modo se evita que la iglesia idolatre o drene a un solo líder y permite que se puedan compartir los dones de más personas.
La Iglesia, la Esposa de Cristo, es más eficaz cuando hombres y mujeres trabajan en el liderazgo hombro a hombro. Cuando se ignoran o se limitan las voces y los dones de liderazgo de las mujeres, se silencia a la mitad de la Iglesia. No obstante, cuando hombres y mujeres comparten de manera desinteresada el liderazgo y la influencia, el reino de Dios avanza poderosamente. Este compartir del liderazgo altruista refleja la naturaleza de Dios de manera más plena, creando un espacio donde el Espíritu Santo puede venir y moverse poderosamente.
Recursos adicionales:
- Manual de la Biblia Abierta – Declaraciones oficiales 7.6: El papel de la mujer en el ministerio y el liderazgo (p. 91-92)
- Webinar de la Biblia Abierta: Mujeres en el liderazgo ministerial: Respuesta al llamado de Dios. (Disponible solo en inglés)
- Un libro de ayuda sobre la teología bíblica de las mujeres en el liderazgo ministerial: God’s Women Then and Now por Deborah M. Gill y Barbara Cavaness. (Disponible solo en inglés)
About the Author
Julie Cole
Julie Cole es Directora Asociada de Formación Espiritual y del Cuidado del Alma en The King’s University en Southlake, Texas. Es licenciada en terapia matrimonial y familiar, directora espiritual y ministra ordenada. Julie desea inspirar a la gente a escuchar la voz de Dios y ver Su mano en las experiencias grandes y pequeñas de la vida. Julie y su esposo, David, viven en Fort Worth, Texas, y tienen cuatro hijos y ocho nietos con dos más en camino en 2025.