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Vale la pena el costo
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4 years agoon
por David Borntreger
Malinda y yo crecimos en hogares amish tradicionales y felices. Tengo cinco hermanos y cinco hermanas; Malinda viene de una familia de doce. Después de que Malinda y yo comenzamos nuestra propia familia, continuamos con el estilo de vida amish que siempre habíamos conocido.
Comenzamos a tener más hambre de Dios, lo que nos motivó a leer todo lo que pudimos encontrar acerca de la fe. Y eso nos llevó a cuestionar algunas de nuestras tradiciones. Comencé a preguntarme por qué no ministramos a personas fuera de nuestra comunidad, así que un día le pregunté al obispo su opinión sobre el apoyo a ministerios como los que proveen Biblias a la gente en China.
Él respondió: “Nuestro énfasis está en cuidar de los nuestros. No tenemos seguro, así que si alguien tiene que pagar una cuenta de hospital, lo ayudamos”. Para mí eso no tenía sentido. La Biblia habla de ir por el mundo y predicar el Evangelio. Ignoraba que mis ojos estaban comenzando a abrirse.
Cuando le pregunté a mi papá por qué no nos acercamos a personas de otros países, dijo: “La cuestión es que si vas a otros países, pondrías en riesgo tu cultura”. Por ejemplo, no se nos permite tener una identificación con foto. Incluso, en la comunidad no está permitido subirse a un avión.
Uno de los libros que leí mencionaba algunas de nuestras prácticas como ocultistas. Eso me llamó la atención. Una de las prácticas que cuestionó el autor fue la radiestesia para la búsqueda de agua. Por lo general, la persona que realiza la “radiestesia” sostiene dos palos o varillas y camina alrededor de una propiedad con la esperanza de que las varillas se hundan, se muevan o se crucen cuando la persona camina sobre un terreno donde hay agua subterránea. Esta y otras tradiciones similares han estado arraigadas en nuestra cultura durante muchas generaciones.
Hace unos cinco años, poco después del Día de Acción de Gracias, fui a hablar con mi papá sobre algunos de estos temas que planteaba el libro. Cuando llegué a su casa, resultó que no estaba, así que comencé a hablar con algunos de mis hermanos que todavía vivían allí. Recibí diferentes reacciones de parte de ellos. Finalmente mi papá entró y se sentó. Escuchó por un momento, y luego, con una voz autoritaria que nunca había escuchado antes, dijo: “¡Deja ese libro y no lo vuelvas a mencionar en esta casa!”.
Sabía que estaba a punto de descubrir algo grande. Hablé con algunas otras personas, pero luego el obispo me comenzó a perseguir. No me di cuenta cuánto se había ofendido. Los amish valoran mucho a sus antepasados y sus tradiciones. Todo se convirtió en una especie de circo. Pronto, toda la comunidad supo que estaba abordando temas problemáticos, creando conciencia. Estaba confrontando nuestras arraigadas tradiciones. El obispo dijo que no quería defender necesariamente la radiestesia, pero como uno de los diáconos que él conocía todavía la practicaba, tampoco quería condenarlo.
Sentí que tenía pruebas fehacientes de que esta costumbre estaba errada, pero no se nos permitió condenarla porque nuestros antepasados la habían practicado. La radiestesia abre la puerta a la adivinación. Algunas personas usarán la varilla para otros fines. Le harán preguntas sobre el futuro. Saben que la práctica no se basa en la ciencia, pero atribuyen los resultados a Dios. También me enteré de que otras personas recurrían a otras prácticas ocultistas, pero la situación se estaba encubriendo. Mi esposa y yo estudiamos más sobre el Espíritu Santo con el aporte de algunos amigos cercanos. Nos interesamos en ciertos ministerios proféticos bíblicos, ¡una locura para un chico amish! Me hice conocido como un rebelde.
Por esa época, Malinda estaba estudiando la Biblia. En nuestra iglesia amish los ministros son los predicadores; los laicos no tienen la oportunidad de compartir. Al resto de nosotros se nos dan pasajes específicos seleccionados para leer en el próximo servicio. Nuestros líderes nos desaniman de querer profundizar demasiado en la Palabra o estudiarla por nuestra propia cuenta porque temen que seamos engañados.
Cuando Malinda leía un pasaje, decía: “Mira esto, David, ellos lo predican de esta manera, pero la Biblia lo dice de esta otra”.
Yo respondía: “No puedes ir en contra de lo que enseñan los predicadores”, a lo que ella respondía: “Pero ellos no están predicando lo que dice la Biblia”.
Me volví más consciente de lo que enseñaban los predicadores. Siempre nos exhortaban a mantener las tradiciones de los ancianos. Se dice que nuestras tradiciones están basadas en la Biblia, pero lamentablemente, al igual que los fariseos, confiamos en las tradiciones más que en Dios. En Mateo 15, los fariseos y los maestros de la ley religiosa persiguieron a Jesús por permitir que sus discípulos quebrantaran los mandamientos (como lavarse las manos). Jesús les dijo que estaban violando los mandamientos directos de Dios debido a sus tradiciones. Me di cuenta de tantas similitudes entre los judíos ortodoxos y los amish. Si miras una foto de un hombre amish y un judío con atuendo negro y sombrero de ala ancha, es difícil notar la diferencia. De hecho, me han preguntado si puedo hablar hebreo. Yo digo: “No, no soy judío, soy amish”.
Malinda y yo profundizamos en la Palabra. ¡Amamos la iglesia del Nuevo Testamento! Teníamos tantas preguntas: “¿Por qué no tenemos esas experiencias (del Nuevo Testamento)? ¿Por qué nadie habla en lenguas?”. Nadie respondió a mis preguntas.
La mayoría de los amish de nuestra comunidad piensan que no puedes saber si vas a ir al cielo o no. Creo que esto demuestra de que los amish, como los judíos, son muy legalistas, con mentalidad del Antiguo Pacto. Confiesan a Jesús, pero creen en una salvación basada en obras. Es muy confuso. No comprenden la parte más emocionante del Evangelio, ¡que Jesús pagó el precio de nuestra expiación a través de nuestra fe en Él!
Al crecer, no obtuvimos mucha información sobre el bautismo. A los dos nos habían bautizado por aspersión cuando éramos jóvenes. Solía preguntarme por qué no practicamos el bautismo por inmersión como lo hacían en el Nuevo Testamento, y luego uno de los parientes de Malinda le dio un libro que explicaba lo que significaba el bautismo en el idioma original. Aprendimos que la inmersión es el método bíblico para el bautismo. Estudiamos Romanos 6, que dice que somos “sepultados con Cristo” mediante el bautismo. Cuando te entierran en la tumba de agua, es como si tu viejo hombre estuviera siendo sepultado. Eres una persona nueva. Descubrimos que la inmersión es la forma más común de bautismo, especialmente en los países perseguidos.
Nuestro dilema era este: ¿cómo se bautiza alguien por inmersión en la iglesia amish? No permiten el bautismo por inmersión. No estaba en nuestra tradición. Presenté nuestro deseo al ministerio y no me fue bien. Ellos no lo harían. Nos dijeron que estábamos descontentos y que nuestras familias nos excomulgarían y condenarían si nos bautizábamos por inmersión.
Esto nos llevó a la decisión más difícil de nuestros treinta y tres años de vida: Obedecer a Dios o al hombre. Ambos éramos parte de familias muy unidas. La posibilidad de ser apartados de ellos era más que dolorosa. Y sin embargo, sentimos que necesitábamos someternos a Dios en todo lo que nos pedía hacer.
Desesperado, clamé a Dios por una palabra de confirmación. Uno o dos días después, un carro llegó hasta nuestra casa. Dentro había una dama que apenas conocía. Sus mejillas estaban empapadas de lágrimas.
Le pregunté: “¿Por qué está aquí?”Ella me dijo: “El Espíritu Santo me envió”. Ella relató que durante una semana, el Espíritu Santo le había puesto una carga pesada para orar por nosotros.“¿Por alguna razón específica?”. Yo pregunté.Ella dijo que no y nos aseguró que no sabía nada de nuestro dilema.“Entonces, ¿no nos está diciendo que volvamos a la forma de pensar de los amish?” Le pregunté.“No, en absoluto”.
Doy gracias al Señor por su confirmación. El 16 de junio de 2020, Malinda y yo fuimos bautizados por Mark Smith en Crystal Lake, Iowa. Fue una experiencia maravillosa salir del agua sabiendo que habíamos hecho lo que Dios quería. Animo a todos a seguir a Cristo a través del bautismo, es mucho más simple que otras cosas que Dios nos pide que hagamos, como tener siempre pensamientos puros.
Fue tan simple, pero nos costó muy caro.
Cuando nuestra iglesia se enteró de que habíamos sido bautizados por inmersión, nos expulsaron. Fuimos condenados. Fue difícil. Acabábamos de ser bautizados; no queríamos perder a nuestras familias ni a nuestra iglesia. Antes de esto éramos unidos con nuestras familias. Ahora nuestros hermanos y hermanas piensan que “fuimos demasiado lejos”, que estamos locos. Los familiares de Malinda en Wisconsin creen que abandonamos nuestra fe. Su madre le envió una carta diciéndole que ya no era bienvenida en su hogar. No somos bienvenidos a asistir a funerales o a bodas, incluyendo a los de los miembros de nuestra propia familia.
Nos convertimos en marginados. Nos echaron de nuestra iglesia. La gente de nuestra comunidad amish no puede tener tratos comerciales con nosotros. Casi todos nuestros conocidos amish nos condenan y murmuran de nosotros. Nuestros hermanos menores, aunque están más abiertos, no nos pueden hablar. No quiero causar más problemas, así que no trato de hablar con ellos. Hace poco pasé por una subasta de granjas amish y todos me miraron fijamente como si me iba a ir al infierno.
Todavía estamos sufriendo. Pero estamos muy agradecidos por nuestra familia en la Primera Iglesia de la Biblia Abierta en Clear Lake, Iowa, especialmente Will y Joyce Hunsaker y Adam y Katie Henaman, quienes nos dan consejos sobre nuestro caminar con el Señor.
Le tomamos la palabra a Jesús cuando nos dijo que debíamos “ir, y hacer discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”. Este simple acto de obediencia nos ha costado caro, pero ha valido la pena.
About the Author
David y Malinda Borntreger viven en Northwood, Iowa, y asisten a la Primera Iglesia de la Biblia Abierta en Clear Lake, Iowa. David trabaja por cuenta propia y pasa gran parte de su tiempo criando cabras y cultivando verduras. Los Borntreger tienen nueve hijos.
Para ver el testimonio de David y Malinda, diríjase a:
Disponible solo en inglés.
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Papúa Nueva Guinea: Un testimonio de la fidelidad de Dios
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3 days agoon
December 20, 2024En el mes de septiembre de 2024 el exmisionero Mark Brandt y yo nos encontramos en el aeropuerto de San Francisco para volar a Papúa Nueva Guinea. Viajamos allí para participar en la conmemoración del cincuentenario aniversario de las Iglesias de la Biblia Abierta y asistir a la Convención Nacional en la base misionera Ivingoi de la Biblia Abierta en las Tierras Altas Orientales.
Tras tres vuelos diferentes y algunos retrasos inesperados, Mark y yo llegamos al aeropuerto de Goroka (Papúa Nueva Guinea). El director de campo, Joshua Essy, y varios miembros de la Junta Nacional de las Iglesias de la Biblia Abierta estaban allí para recibirnos.
Subimos a tres vehículos diferentes e incluso contamos con un vehículo de escolta de la policía cuando comenzamos nuestro viaje de cuatro horas por la carretera montañosa que nos llevaría a la base misionera de Ivingoi. Cuando llegamos, la entrada principal estaba rodeada de cientos de personas de pie a ambos lados de la carretera para darnos la bienvenida. En realidad, uno no se considera digno de semejante recibimiento, pero nos sentimos muy honrados. Cuando Mark salió de su vehículo, la gente se agolpó para saludarle porque hacía veintitrés años que no había regresado a Papúa Nueva Guinea. Fue impresionante ver cuánto le amaban a él y a su familia.
La Convención Nacional y la celebración del cincuentenario aniversario comenzaron el lunes por la tarde y contaron con la asistencia de más de 2.000 personas, las que tuvieron que sentarse en el suelo alrededor de la plataforma porque no había un edificio lo suficientemente grande para acomodar a todos.
Al contemplar esta gran multitud del pueblo de Dios, pensé en el Salmo 89:1 que dice: «Oh Señor, por siempre cantaré la grandeza de tu gran amor; por todas las generaciones proclamará mi boca tu fidelidad.» (NVI). Dios es fiel para bendecir y mantener su obra. Ahora, hemos podido presenciar el fruto de esa fidelidad en las miles de vidas que han sido transformadas por el poder del Evangelio, en Papúa Nueva Guinea.
El martes celebraron una ceremonia especial para dar la bienvenida a todos los dignatarios del gobierno local, empresarios e invitados internacionales.
Al día siguiente visitamos la clínica de la misión de la Biblia Abierta, cuyo personal y ambulancias son financiados por el gobierno de Papúa Nueva Guinea. Hace varios años atrás, Misiones Globales envió fondos para construir una nueva maternidad. Hoy, la clínica atiende a más de 20.000 pacientes al año; es la única consulta médica en cientos de kilómetros y está rodeada por varios pueblos.
Actualmente tenemos treinta y siete Iglesias de la Biblia Abierta en Papúa Nueva Guinea, y se están iniciando cinco nuevos alcances. El crecimiento y la expansión de la obra de la Biblia Abierta allí es un tribute maravilloso a todos los misioneros, enfermeros, enfermeras y nacionales que han sacrificado tanto y han superado con creces el llamado al servicio del Señor. Ahora, con un fundamento tan sólido, el trabajo de las Iglesias de la Biblia Abierta en Papúa Nueva Guinea está preparado para experimentar un extraordinario crecimiento.
Fue un honor participar en la celebración del cincuentenario aniversario y en la Convención Nacional de Iglesias de la Biblia Abierta de Papúa Nueva Guinea. Además, fue un privilegio contar con la compañía del exmisionero Mark Brandt en este viaje. Felicito al presidente Joshua Essy por su liderazgo y el de toda la Junta Nacional. Sé que el trabajo de La Biblia Abierta seguirá creciendo y prosperando bajo su dirección y guía.
Sobre el autor
Vince McCarty
Vince McCarty sirve como director ejecutivo de Misiones Globales de las iglesias de la Biblia Abierta, supervisando la obra en cincuenta y cinco países del mundo. Agradece al gran equipo misionero y a todos los líderes nacionales con los que tiene la oportunidad de servir. Su desea es que recordemos que la Gran Comisión es demasiado grande para que alguien la cumpla solo y demasiado importante para no tratar de hacerla juntos.
Cuando falleció mi primer esposo, mi vida «cambió». Después de atravesar mi propio dolor, el Señor me permitió caminar junto a muchas otras personas que también estaban sufriendo. Las puertas siguieron abriéndose en esta área, y cuando surgió la oportunidad de servir con Marketplace Chaplains (Capellanes de Mercado), sentí la confirmación de Dios de que era allí donde Él me quería. Comencé como capellán poco después de presentar mi solicitud, y dos años más tarde me ofrecieron el puesto de director de Operaciones para un nuevo equipo formado en el sur de Florida.
El ministerio de Marketplace Chaplains (Capellanes de Mercado) se distingue de los demás por la forma en que se creó y el motivo principal de su existencia. Fue creado por un antiguo capellán militar, Lee Strickland, en 1984. Tras la experiencia de haber sido atendido por capellanes en el ejército, Lee deseaba ofrecer un servicio similar a su comunidad a través de este ministerio único. Los equipos de Marketplace Chaplains (Capellanes de Mercado) están formados por capellanes varones y mujeres que ayudan en la atención a los empleados de empresas de Estados Unidos y Canadá. Las relaciones dentro de estas empresas se establecen a través de visitas rutinarias de los capellanes que se ofrecen en forma semanal, bimensual o mensualmente. Estas visitas periódicas ayudan a los empleados a sentirse cómodos con los capellanes, de modo que, cuando se produce una crisis, es más probable que soliciten ayuda. Los capellanes están a disposición de los empleados 24 horas al día, 7 días a la semana, para ayudarles en casos de duelo, funerales, prevención del suicidio y crisis familiares.
Algunos años atrás, un líder de una de las empresas a las que presto mis servicios llamó asustado cuando una de sus empleadas sollozaba al descubrir que su marido, sano y de cuarenta años, había fallecido repentinamente mientras dormía. El líder me preguntó: «¿Qué hago?». Le había dado el pésame y había sufragado su vuelo de regreso a casa para iniciar los preparativos, pero a pesar de ello, confesó que una situación tan trágica le hacía sentir impotente y débil. Le recordé que cuando nos sentimos débiles, el Señor promete ser nuestra fortaleza. También le dije que, en tiempos de tragedia, a menudo no es lo que decimos lo que Dios usa, sino simplemente nuestra presencia. A medida que hablaba, me di cuenta de que todo el dolor por el que había atravesado me había ayudado a apoyar a este líder en esta tremenda prueba.
Existen retos a la hora de ser capellán cristiano en sitios donde se reconocen todas las creencias religiosas. Recuerdo un momento en particular, cuando estaba recibiendo capacitación en el hospital, en el que el director del programa insistió en que no se podía usar el nombre de Jesús para cerrar una oración sin el consentimiento del paciente. Luché con este concepto, incluso preguntándome si esta limitación era Dios diciéndome que no sirviera en este tipo de ministerio. Más tarde ese mismo día, estaba haciendo mis rondas en la planta que me habían asignado en la unidad de parálisis, que atiende a pacientes con lesiones que afectan a su capacidad para caminar. Entré en la habitación de un paciente varón, saludándole con un simple: «Hola, señor, ¿cómo está?». Con voz extremadamente alta y animada, el paciente respondió: «¡Ahí está!». Supuse que no era bienvenida, le respondí: «Lo siento, señor, no estoy segura si le entendí. ¿Quiere que vuelva en otro momento?». A lo que respondió: «¿Cómo puede irse ahora? Usted acaba de traer aquí al Espíritu Santo».
Estaba sorprendida; lo único que había dicho era un saludo. No había orado ni hablado de Dios. Este hombre ni siquiera había visto mi insignia de capellán cuando hizo esta declaración. En ese momento vi el poder de la presencia de Dios en mi vida. Pude ver que cuando apoyo y sirvo a pacientes o empleados en espacios seculares, Jesús va conmigo, mencione o no su nombre. Dios puede usarme y me usará en este papel de capellán, y estoy agradecida por la oportunidad de servirle en el mercado.
Para aquellos que sientan el llamado a servir como capellán o que simplemente quieran aprender más, Marketplace Chaplains (Capellanes de Mercado) a menudo busca hombres y mujeres que sientan el llamado de Dios a impactar su comunidad fuera de su iglesia. Visite este sitio web para buscar trabajo y aprender más sobre esta increíble manera de transformar vidas: www.mchapcares.com
Sobre la autora
Kwabea Francis
Kwabea Francis sirve como directora ejecutiva de operaciones con Marketplace Chaplains (Capellanes de Mercado) y es ministra ordenada de la Biblia Abierta. Su corazón es compartir el amor y el propósito de Dios con aquellos a quienes sirve como capellán, predicadora y maestra de la Palabra de Dios. Ella asiste a Living Word Open Bible Church en Cooper City, Florida. Kwabea obtuvo su Maestría en Divinidad en el Seminario Teológico de Asbury y es graduada de la Universidad de Florida. Ella y su esposo tienen cinco hijos y tres nietos.
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Cinco medidas para subsanar el déficit de mujeres en el liderazgo ministerial
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3 days agoon
December 20, 2024By
Julie ColeLa Biblia Abierta tiene una herencia rica de mujeres líderes en el ministerio. Nuestra denominación nació en avivamiento y se formó por la unión de dos movimientos que surgieron de otras denominaciones fundadas y dirigidas por mujeres (Florence Crawford y Aimee Semple McPherson). La postura de la Biblia Abierta en cuanto al liderazgo de las mujeres en el ministerio lo celebra a todos los niveles. Sin embargo, a pesar de esta rica historia y la bendición actual para las mujeres en el liderazgo ministerial, todavía es raro encontrar mujeres en ciertos cargos ministeriales dentro de nuestras iglesias. Existen múltiples razones para esto, pero aquí hay cinco medidas a considerar al abordar este tema.
1. Analice sus propios prejuicios.
La mayoría de las veces, no se elige a mujeres para altos cargos de liderazgo porque «no se ha hecho antes». La tradición puede ser una fuerza poderosa, pero a veces impide que se produzcan cambios importantes. Pregúntese cómo se sentiría si una mujer fuera elegida como pastor principal de su iglesia. Lo más probable es que le resulte incómodo. Que sea incómodo no siempre significa que esté mal. Por lo general, significa simplemente que es diferente. Esta incomodidad es a menudo temporal, y la disposición a aceptarla puede crear nuevas oportunidades para que las mujeres lideren. Cuando se abra una posición de liderazgo ministerial, permítase considerar tanto a mujeres como a hombres como candidatos para el puesto.
2. Estudie lo que dicen las Escrituras sobre las mujeres que ejercen liderazgo.
El Antiguo y el Nuevo Testamentos están llenos de mujeres que desempeñaron funciones importantes de liderazgo a todos los niveles. Observe la influencia y el nivel de autoridad que se les concedió. Estudie los «pasajes problemáticos» de las Escrituras (por ejemplo, 1 Corintios 14:34 y 1 Timoteo 2:12), que parecen limitar la enseñanza y la palabra de las mujeres. Algunos eruditos y comentarios de renombre muestran cómo estos pasajes estaban destinados a abordar problemas específicos con los que la iglesia primitiva tuvo que lidiar, en lugar de convertirse en una regla general que limitara a las mujeres en el liderazgo. Si usted es un líder de la iglesia, comunique claramente la posición de su iglesia sobre las mujeres en el liderazgo ministerial. Con demasiada frecuencia este tema se ignora, manteniendo el statu quo.
3. Abogue por las mujeres que ejercen liderazgo.
Anime a las mujeres, jóvenes y mayores, que tienen el don de liderar. Oriéntelas. Contrátelas. Es una bendición cuando una mujer anima desinteresadamente a otra en la labor de su liderazgo; con demasiada frecuencia, existe la tentación de criticar duramente o estar celosa, lo que lleva a vacilar a la hora de asumir el liderazgo. Es muy significativo que un líder hombre aliente y deje espacio para que una mujer lidere. Es muy importante dar a las mujeres las mismas oportunidades que se darían a los hombres que están aprendiendo a dirigir. Resulta muy raro que a una mujer joven se le conceda tiempo en la plataforma u otras responsabilidades públicas, mientras que esas oportunidades se dan a los hombres que se están formando. Intente ser igualitario siempre que pueda. De lugar a la inexperiencia y dé repetidas oportunidades de aprender y crecer.
4. Predique acerca de mujeres que fueron fuertes líderes en la Biblia.
Las Escrituras están llenas de mujeres que ejercieron liderazgo como Miriam, Ana, Ester, Débora, María y Priscila. Destacar sus vidas muestra cómo los dones de liderazgo de Dios son dados tanto a hombres como a mujeres. Esto anima a las mujeres líderes y les ofrece modelos bíblicos.
5. Fomente una cultura de liderazgo compartido.
Muchas veces, la iglesia escucha la mayor parte del tiempo la voz de un solo pastor. Compartir regularmente el púlpito crea un espacio donde los líderes en formación pueden experimentar el ministerio público. Al permitir que prediquen tanto hombres como mujeres, la congregación se acostumbra al liderazgo masculino y femenino, creando un equipo de jugadores que puedan ser entrenados para ayudar en todos los niveles de liderazgo de la iglesia. De este modo se evita que la iglesia idolatre o drene a un solo líder y permite que se puedan compartir los dones de más personas.
La Iglesia, la Esposa de Cristo, es más eficaz cuando hombres y mujeres trabajan en el liderazgo hombro a hombro. Cuando se ignoran o se limitan las voces y los dones de liderazgo de las mujeres, se silencia a la mitad de la Iglesia. No obstante, cuando hombres y mujeres comparten de manera desinteresada el liderazgo y la influencia, el reino de Dios avanza poderosamente. Este compartir del liderazgo altruista refleja la naturaleza de Dios de manera más plena, creando un espacio donde el Espíritu Santo puede venir y moverse poderosamente.
Recursos adicionales:
- Manual de la Biblia Abierta – Declaraciones oficiales 7.6: El papel de la mujer en el ministerio y el liderazgo (p. 91-92)
- Webinar de la Biblia Abierta: Mujeres en el liderazgo ministerial: Respuesta al llamado de Dios. (Disponible solo en inglés)
- Un libro de ayuda sobre la teología bíblica de las mujeres en el liderazgo ministerial: God’s Women Then and Now por Deborah M. Gill y Barbara Cavaness. (Disponible solo en inglés)
About the Author
Julie Cole
Julie Cole es Directora Asociada de Formación Espiritual y del Cuidado del Alma en The King’s University en Southlake, Texas. Es licenciada en terapia matrimonial y familiar, directora espiritual y ministra ordenada. Julie desea inspirar a la gente a escuchar la voz de Dios y ver Su mano en las experiencias grandes y pequeñas de la vida. Julie y su esposo, David, viven en Fort Worth, Texas, y tienen cuatro hijos y ocho nietos con dos más en camino en 2025.