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Enséñame cómo

Por Tim Zakarian


Entonces, ¿qué pasa después de que una persona recibe la salvación? ¿Ha terminado nuestro trabajo? ¿Cómo le ayudamos a dar los siguientes pasos en la fe?  

No crecí en la iglesia, y no decidí seguir a Cristo hasta que estaba en secundaria. Estaba entusiasmado por vivir para Cristo, pero ese entusiasmo duró solo unos tres meses, y luego me alejé. Simplemente no sabía cómo dar los siguientes pasos en la fe. No fue hasta mi último año de secundaria que estaba tan cansado de mi vida que decidí volver a seguir al Señor. Esta vez tuve el apoyo de un grupo de jóvenes y de un buen amigo cristiano que me acompañó en mis próximos pasos. Algunos llamarían a esto: discipular.   

Es vital ayudar a una persona en sus siguientes pasos en la fe. De hecho, Jesús nos ordenó en Mateo 28:19 (NTV), «vayan y hagan discípulos».

Sí, es importante que una persona acepte al Señor, pero también es fundamental que aprenda lo que significa tener una relación con Cristo. Todos tenemos la oportunidad de ayudar a los nuevos creyentes a lo largo de este camino. Pero… ¿cómo lo hacemos? 

Desde que me convertí en pastor, he tenido el privilegio de discipular a muchas personas y verlas convertirse en líderes increíbles para Cristo. Aprendí acerca de discipular a partir de mi propia experiencia de fe, pero también al ayudar a otros en sus siguientes pasos en la vida cristiana. Así que cuando comienzas a discipular a alguien, ¿por dónde empiezas? 

Se comienza con una relación.

Y las relaciones llevan tiempo. Cuando acepté al Señor, un compañero de trabajo cristiano pasó meses entablando una relación conmigo. Como teníamos una amistad, esa persona pudo ayudarme a avanzar en mi fe. La relación fue importante; me permitió hacer las preguntas difíciles a alguien en quien confiaba. También me permitió observar la vida de otra persona para ver cómo vivía realmente un cristiano. Como yo procedía de un contexto ajeno a la Iglesia, también necesitaba tener que rendir cuentas a alguien para hacer frente a mi antigua forma de vida. 

 
Si el modelo utilizado por Jesús fue vivir la vida con otros (sus discípulos), entonces tal vez deberíamos hacer lo mismo. Jesús pasó mucho tiempo con sus discípulos. Este fue su ejemplo: Yo les enseñaré, ustedes sigan mi ejemplo, luego vayan a hacer lo que les enseñé y yo observaré. Jesús envió a los discípulos de pueblo en pueblo para compartir las Buenas Nuevas. Así fue como comenzaron la Iglesia primitiva.

Un paso muy importante es guiar a un nuevo creyente hacia una relación auténtica
con Cristo.


Puede ser fácil señalar las normas de nuestra fe o la moral piadosa, y estas cosas son importantes. Pero la verdadera transformación se produce a través de una relación con Cristo. Cuando recibí a Cristo por primera vez, me esforcé mucho por seguir las leyes sin conocerlo muy bien. El resultado fue que erraba al blanco. Mis fracasos me hacían sentir culpable y empecé a preguntarme si realmente podía seguir a Cristo. Entonces alguien me ayudó a desarrollar mi relación con Cristo mostrándome cómo acercarme más a Él. Me ayudaron a involucrarme en un grupo pequeño que estaba dirigido a nuevos creyentes, y comencé a entender quién es realmente Jesús. Fue entonces cuando encontré el verdadero cambio y la verdadera libertad en mi vida. La verdadera transformación viene de la relación con Cristo. 

Otro paso vital es ayudar a un nuevo creyente a integrarse en una buena iglesia.

Es importante que cuenten con el apoyo de otros cristianos. Al principio me resultó difícil. Me daba miedo la iglesia, en especial el servicio cristiano. Pero mi amigo me animó a asistir y a participar. Aprendí a adorar, a confraternizar y a entender la Biblia. Me integré en un grupo pequeño, en el que seis chicos me ayudaban a rendir cuentas y a crecer en mi fe. En la clase para nuevos creyentes de la iglesia aprendí lo básico para ser cristiano. Allí aprendí la importancia del bautismo y me bauticé. Fue allí donde recibí mi llamado a ser pastor. Algunas personas tratan de pasar por alto la participación en la iglesia en su camino de la fe, pero la iglesia es fundamental en nuestro crecimiento. Es el modelo que Jesús nos dio para ayudarnos en nuestro caminar.

El próximo paso es ayudar a un nuevo creyente a encontrar su nueva identidad en Cristo.

Necesitan pasar de ser espectadores a ser participantes. A menudo es aquí donde la gente se atasca. No saben cómo involucrarse o hacer conexiones reales. Cuando me hice convertí, toda mi vida cambió. Perdí muchos amigos porque había cambiado mi forma de pasar el tiempo y mi manera de vivir. Era una persona nueva en Cristo, pero tuve que aprender lo que eso significaba. Hay muchas maneras de ayudar a un nuevo creyente en esta etapa. Ofrézcale un examen de personalidad o una evaluación de dones que le ayude a identificar los rasgos, talentos y dones que Dios le ha dado y que ni siquiera sabía que tenía. Deles la oportunidad de servir junto a creyentes maduros en la iglesia local y en la comunidad. Esto también les ayudará a identificar sus intereses y dones. 
 
La capacitación es crucial. Como he dicho antes, eso es exactamente lo que Jesús hizo con sus discípulos. Les mostró lo que tenían que hacer, los mandó a hacerlo y luego los envió para que liderasen. Mostrarle a alguien como servir para que entienda lo que se espera es importante en el crecimiento de un creyente. Muchas veces le decimos a alguien que vaya a servir sin ofrecerle entrenamiento o explicarle las expectativas solo para después verlos fracasar. Cuando una persona está bien capacitada y sabe lo que se espera de ella, tiene una mejor oportunidad de tener éxito y crecer en sus talentos y dones. 
 
¿Cuánto dura este proceso de «discipulado»? La realidad es que, si es un creyente, este debe ser un proceso de toda la vida. Tenga paciencia con el proceso de crecimiento espiritual de otra persona. Manténgase presente a largo plazo. Quizá tenga que dar algunos pasos atrás. Esté ahí para amarlos y ayudarlos a retomar el camino. Sea honesto con ellos y ámelos con un amor no basado en sus acciones, sino en quiénes son. Así es como nos ama Jesús. Estoy muy agradecido de que Él nunca me abandonó durante mi proceso. Estoy muy agradecido a Dios por haber puesto personas en mi vida que nunca me abandonaron. Sea esa persona para alguien. Pregúntele al Señor cómo puede ayudar a otra persona a crecer en su fe. Es un honor increíble ver a alguien en quien ha invertido amar a Jesús y hacer un impacto en el Reino. 

Sobre el Autor


Tim Zakarian es director asociado de la Región del Pacífico de las Iglesias de la Biblia Abierta. Actualmente vive en Springfield, Oregón, con su esposa, Tina, con la que lleva casado 36 años. Los Zakarian tienen dos hijos adultos, ya casados que sirven en el ministerio. Michael y su esposa, Cheyenne, son pastores de jóvenes en la Iglesia Cristiana Summit de la Biblia Abierta en Los Ángeles. Christine McAndrew y su esposo, Aaron, son los pastores de jóvenes en Waypoint Community, una iglesia de la Biblia Abierta en Springfield, Oregon. En su ministerio, Tim ha desempeñado muchas funciones, como pastor de jóvenes, director regional de jóvenes, pastor asociado, pastor ejecutivo, plantador de iglesias y pastor principal. Sin importar su cargo, la pasión de Tim por el ministerio siempre ha sido ser mentor y desarrollar líderes.

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