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Mi camino a Dios

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Mi padre dejó a nuestra familia cuando yo era un niño, y mi madre se volvió a casar poco después. Yo era un niño enojado, siempre enfadado por algo casi todos los días, pero sin saber porque.

Asistía a la escuela dominical entre los cuatro y siete años y aprendí de Dios, Jesús y la fe, pero después de eso no recibí ninguna influencia espiritual – sin iglesia, sin estudio bíblico, sin lectura. Nada.

Un día en la escuela secundaria aprendí sobre la teoría de la evolución de Darwin, que me atrajo porque tiendo a mirar las cosas analíticamente. Siempre he querido saber cómo funcionan las cosas y cuál es su propósito. Desarmaba las cosas sólo para averiguar las respuestas a este tipo de preguntas. Yo preguntaba “¿Por qué?” a todo. La frase “porque te lo dije” fue la respuesta dada a la mayoría de mis preguntas, pero sabía que tenía que haber una razón para todo, así que de nuevo me preguntaba “¿Por qué?” Durante años mis amigos y yo discutimos sobre nuestras creencias y sobre cómo la humanidad llegó a ser. Yo mismo no creía en un ser supremo. No admiré a ninguna persona ni tenía héroes.

A medida que pasaba la vida, me uní al ejército, me casé, trabajé y me convertí en propietario de una casa, todo antes de cumplir los 27 años. Para entonces sentí que era hora de ser padre, de formar mi propia familia. Incluso cuando era niño, siempre había querido ser padre. Debido a que este deseo era tan fuerte, en nuestra primera cita le pregunté a mi futura esposa si quería tener hijos algún día. Ella respondió con un “Sí”.

Mi esposa y yo nos conocimos en Alemania. Ella había renunciado a su vida allí para venir conmigo a California. Sin embargo, a medida que su nueva carrera despegaba, su deseo de tener hijos comenzó a desvanecerse. Sentí el cambio y finalmente la senté y le pregunté directamente si quería tener hijos. Esta vez ella respondió “No”, que para mí era el principio del final de nuestro matrimonio. Me hacía recordar una vez más que para mí nada bueno parecía durar mucho tiempo.

Sentí que teníamos un matrimonio fuerte, así que acepté dar una oportunidad a la vida sin hijos. Pero después de tres meses la comprensión me golpeó duro: el único sueño que había tenido fue destrozado, se fue para siempre.

Me deprimí mucho y me llevé una borrachera de ocho meses abusando del alcohol y las drogas para distraerme del dolor dentro de mi espíritu, un dolor que nunca había sentido antes. Estaba confundido porque nunca me habían importado los pensamientos de otras personas. Me sentaba solo en mi garaje durante horas contemplando mi vida, las decisiones que había tomado y a dónde iba a ir después.

Durante la mayor parte de mi existencia, tenía una profunda intuición de que estaba destinado a algo más, como si hubiera algo que debería ser, algún lugar al que se suponía que debería ir. Algo faltaba en lo más profundo de mi ser. ¿Podría ese “algo más” ser mi paternidad o era algo espiritual?

Con la paternidad descartada, comencé a buscar respuestas en Dios.

Sólo que ahora, al escribir estas palabras, veo cómo el Señor me cuidaba y aliviaba mi dolor. Una amiga de la infancia dio a luz a gemelos, y empecé a pasar mucho tiempo con ellos. Mi amiga incluso dijo un día que estaba satisfaciendo mi “deseo de ser papá” pasando tiempo con sus hijos. 

Sin embargo, todavía necesitaba respuestas, así que me dirigí a mi vecino, un pastor. Exigí que me enseñara la verdad, no la interpretación diluida de alguien. Mi vecino estaba bíblicamente bien informado. Su biblioteca particular contaba con volúmenes de material teológico completo en varios idiomas. Él fue el primero en llevarme a orar para invitar a Jesús a mi corazón y a mi vida.

Pasaron unos cuantos años más, pero lamentablemente, el mal todavía dictaba la mayoría de mis decisiones. Mi depresión se profundizó y comencé a engañar a mi esposa. Estaba en un punto en el que ni siquiera me importaba si vivía o moría. Eventualmente después de 18 años de matrimonio, mi esposa y yo nos divorciamos.

Conocí a una mujer llamada Teri, y empezamos a pasar tiempo juntos. Después de unos ocho meses, ella se quedó embarazada de una hija a la que llamaríamos Reubie. Estaba emocionado con la posibilidad de ser papá, a la edad de 38 años, mi vida empezaba de nuevo, pero esta vez tenía una novia y una hija que mantener. Y tanto Teri como yo estábamos desempleados.

Bendecido con una hija hermosa, esta vez me puse en un camino más verdadero. En lugar de tratar de hacerlo por mi cuenta, busqué la dirección de Dios. De hecho, nada de esto fue fácil, y durante años luchamos. Mi pasado invadiría nuestra nueva vida de vez en cuando, haciéndome dudar de mi decisión de seguir a Jesús.

Un día, mi hermano me invitó a su iglesia, Restoration Open Bible Church en Bay Point, California. Allí conocí a Steven Magoon, un pastor que yo sentía que solo quería enseñar la verdad, la Palabra de Dios. Teri y yo, ahora casados, comenzamos a asistir a las reuniones con regularidad. Aprendí a orar a pesar de que todavía no había leído la Biblia por mí mismo. Empecé a ver las bendiciones de Dios en mi vida, pero no me sentía completamente comprometido con Él.

Después de aprender sobre el bautismo de agua, quería dar ese siguiente paso, pero por alguna razón pasaron unos cuantos años más sin que yo lo hiciera. No debe haber sido el momento adecuado para mí. Sin embargo, un par de semanas antes de la Pascua de 2019, el pastor Steven me informó que iba a realizar bautismos para aquellos que estaban listos. Estaba emocionado y temeroso al mismo tiempo.Empecé a leer sobre el tema para poder entender completamente lo que significaba ser bautizado, comprometer mi cuerpo y mi alma a Dios. Cuando finalmente llegó el día, estaba tan emocionado como un niño en la Noche Buena. Sé que me había salvado antes, pero hasta que el agua se me corría de la cara, nunca me había “sentido” salvado. Me levanté del agua sintiéndome nuevo y libre. Fue un momento maravilloso y gozoso.

About the Author

La familia Lundvall: (de izquierda a derecha) la madre de Reuben, Phyllis Whit, Reubie, Teri y Reuben

Reuben Lundvall III trabaja para el Departamento de Salud Ambiental del Condado de Alameda como biólogo de control de vectores. Vive en Pleasant Hill, California, con su encantadora esposa, Teri, y su hermosa hija, Reubie. Su pastor, Steven Magoon, dijo: “Bautizar a Rubén fue la culminación de un corazón transformado por Dios. La realidad de Jesús en su vida es inconfundible al llevar a su familia y a los demás hacia Jesús.”

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Papúa Nueva Guinea: Un testimonio de la fidelidad de Dios 

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En el mes de septiembre de 2024 el exmisionero Mark Brandt y yo nos encontramos en el aeropuerto de San Francisco para volar a Papúa Nueva Guinea. Viajamos allí para participar en la conmemoración del cincuentenario aniversario de las Iglesias de la Biblia Abierta y asistir a la Convención Nacional en la base misionera Ivingoi de la Biblia Abierta en las Tierras Altas Orientales.  

Tras tres vuelos diferentes y algunos retrasos inesperados, Mark y yo llegamos al aeropuerto de Goroka (Papúa Nueva Guinea). El director de campo, Joshua Essy, y varios miembros de la Junta Nacional de las Iglesias de la Biblia Abierta estaban allí para recibirnos. 

La Convención Nacional y la celebración del cincuentenario aniversario comenzaron el lunes por la tarde y contaron con la asistencia de más de 2.000 personas

Subimos a tres vehículos diferentes e incluso contamos con un vehículo de escolta de la policía cuando comenzamos nuestro viaje de cuatro horas por la carretera montañosa que nos llevaría a la base misionera de Ivingoi. Cuando llegamos, la entrada principal estaba rodeada de cientos de personas de pie a ambos lados de la carretera para darnos la bienvenida. En realidad, uno no se considera digno de semejante recibimiento, pero nos sentimos muy honrados. Cuando Mark salió de su vehículo, la gente se agolpó para saludarle porque hacía veintitrés años que no había regresado a Papúa Nueva Guinea. Fue impresionante ver cuánto le amaban a él y a su familia.  

Ceremonia de apertura de las Iglesias Bíblicas Abiertas del 50 Aniversario en Ivingoi

La Convención Nacional y la celebración del cincuentenario aniversario comenzaron el lunes por la tarde y contaron con la asistencia de más de 2.000 personas, las que tuvieron que sentarse en el suelo alrededor de la plataforma porque no había un edificio lo suficientemente grande para acomodar a todos.  

Ex misionero Mark Brandt predicando en la Convención Nacional

Al contemplar esta gran multitud del pueblo de Dios, pensé en el Salmo 89:1 que dice: «Oh Señor, por siempre cantaré la grandeza de tu gran amor; por todas las generaciones proclamará mi boca tu fidelidad.» (NVI). Dios es fiel para bendecir y mantener su obra. Ahora, hemos podido presenciar el fruto de esa fidelidad en las miles de vidas que han sido transformadas por el poder del Evangelio, en Papúa Nueva Guinea. 

El martes celebraron una ceremonia especial para dar la bienvenida a todos los dignatarios del gobierno local, empresarios e invitados internacionales.   

Al día siguiente visitamos la clínica de la misión de la Biblia Abierta, cuyo personal y ambulancias son financiados por el gobierno de Papúa Nueva Guinea. Hace varios años atrás, Misiones Globales envió fondos para construir una nueva maternidad. Hoy, la clínica atiende a más de 20.000 pacientes al año; es la única consulta médica en cientos de kilómetros y está rodeada por varios pueblos.  

El crecimiento y la expansión de la obra de la Biblia Abierta allí es un tribute maravilloso a todos los misioneros, enfermeros, enfermeras y nacionales que han sacrificado tanto y han superado con creces el llamado al servicio del Señor.

Servicio nocturno de la Convención Nacional

Actualmente tenemos treinta y siete Iglesias de la Biblia Abierta en Papúa Nueva Guinea, y se están iniciando cinco nuevos alcances. El crecimiento y la expansión de la obra de la Biblia Abierta allí es un tribute maravilloso a todos los misioneros, enfermeros, enfermeras y nacionales que han sacrificado tanto y han superado con creces el llamado al servicio del Señor.  Ahora, con un fundamento tan sólido, el trabajo de las Iglesias de la Biblia Abierta en Papúa Nueva Guinea está preparado para experimentar un extraordinario crecimiento. 

Fue un honor participar en la celebración del cincuentenario aniversario y en la Convención Nacional de Iglesias de la Biblia Abierta de Papúa Nueva Guinea. Además, fue un privilegio contar con la compañía del exmisionero Mark Brandt en este viaje. Felicito al presidente Joshua Essy por su liderazgo y el de toda la Junta Nacional. Sé que el trabajo de La Biblia Abierta seguirá creciendo y prosperando bajo su dirección y guía.  


Sobre el autor

Vince McCarty

Vince McCarty sirve como director ejecutivo de Misiones Globales de las iglesias de la Biblia Abierta, supervisando la obra en cincuenta y cinco países del mundo. Agradece al gran equipo misionero y a todos los líderes nacionales con los que tiene la oportunidad de servir. Su desea es que recordemos que la Gran Comisión es demasiado grande para que alguien la cumpla solo y demasiado importante para no tratar de hacerla juntos.  

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El ministerio en el mercado

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Cuando falleció mi primer esposo, mi vida «cambió». Después de atravesar mi propio dolor, el Señor me permitió caminar junto a muchas otras personas que también estaban sufriendo. Las puertas siguieron abriéndose en esta área, y cuando surgió la oportunidad de servir con Marketplace Chaplains (Capellanes de Mercado), sentí la confirmación de Dios de que era allí donde Él me quería. Comencé como capellán poco después de presentar mi solicitud, y dos años más tarde me ofrecieron el puesto de director de Operaciones para un nuevo equipo formado en el sur de Florida. 

La Reverenda Caroline Rodríguez entrega artículos de tocador a un empleado que había sido afectado por el huracán Ian

El ministerio de Marketplace Chaplains (Capellanes de Mercado) se distingue de los demás por la forma en que se creó y el motivo principal de su existencia. Fue creado por un antiguo capellán militar, Lee Strickland, en 1984. Tras la experiencia de haber sido atendido por capellanes en el ejército, Lee deseaba ofrecer un servicio similar a su comunidad a través de este ministerio único. Los equipos de Marketplace Chaplains (Capellanes de Mercado) están formados por capellanes varones y mujeres que ayudan en la atención a los empleados de empresas de Estados Unidos y Canadá. Las relaciones dentro de estas empresas se establecen a través de visitas rutinarias de los capellanes que se ofrecen en forma semanal, bimensual o mensualmente. Estas visitas periódicas ayudan a los empleados a sentirse cómodos con los capellanes, de modo que, cuando se produce una crisis, es más probable que soliciten ayuda. Los capellanes están a disposición de los empleados 24 horas al día, 7 días a la semana, para ayudarles en casos de duelo, funerales, prevención del suicidio y crisis familiares.   

Los equipos de Marketplace Chaplains (Capellanes de Mercado) están formados por capellanes varones y mujeres que ayudan en la atención a los empleados de empresas de Estados Unidos y Canadá.

Algunos años atrás, un líder de una de las empresas a las que presto mis servicios llamó asustado cuando una de sus empleadas sollozaba al descubrir que su marido, sano y de cuarenta años, había fallecido repentinamente mientras dormía. El líder me preguntó: «¿Qué hago?». Le había dado el pésame y había sufragado su vuelo de regreso a casa para iniciar los preparativos, pero a pesar de ello, confesó que una situación tan trágica le hacía sentir impotente y débil. Le recordé que cuando nos sentimos débiles, el Señor promete ser nuestra fortaleza. También le dije que, en tiempos de tragedia, a menudo no es lo que decimos lo que Dios usa, sino simplemente nuestra presencia. A medida que hablaba, me di cuenta de que todo el dolor por el que había atravesado me había ayudado a apoyar a este líder en esta tremenda prueba. 

La capellán Rose Moyer brinda una comida para bendecir a un empleado al que sirve

Existen retos a la hora de ser capellán cristiano en sitios donde se reconocen todas las creencias religiosas. Recuerdo un momento en particular, cuando estaba recibiendo capacitación en el hospital, en el que el director del programa insistió en que no se podía usar el nombre de Jesús para cerrar una oración sin el consentimiento del paciente. Luché con este concepto, incluso preguntándome si esta limitación era Dios diciéndome que no sirviera en este tipo de ministerio. Más tarde ese mismo día, estaba haciendo mis rondas en la planta que me habían asignado en la unidad de parálisis, que atiende a pacientes con lesiones que afectan a su capacidad para caminar. Entré en la habitación de un paciente varón, saludándole con un simple: «Hola, señor, ¿cómo está?». Con voz extremadamente alta y animada, el paciente respondió: «¡Ahí está!». Supuse que no era bienvenida, le respondí: «Lo siento, señor, no estoy segura si le entendí. ¿Quiere que vuelva en otro momento?». A lo que respondió: «¿Cómo puede irse ahora? Usted acaba de traer aquí al Espíritu Santo». 

Estaba sorprendida; lo único que había dicho era un saludo. No había orado ni hablado de Dios. Este hombre ni siquiera había visto mi insignia de capellán cuando hizo esta declaración.  En ese momento vi el poder de la presencia de Dios en mi vida. Pude ver que cuando apoyo y sirvo a pacientes o empleados en espacios seculares, Jesús va conmigo, mencione o no su nombre. Dios puede usarme y me usará en este papel de capellán, y estoy agradecida por la oportunidad de servirle en el mercado. 

A medida que hablaba, me di cuenta de que todo el dolor por el que había atravesado me había ayudado a apoyar a este líder en esta tremenda prueba.

Para aquellos que sientan el llamado a servir como capellán o que simplemente quieran aprender más, Marketplace Chaplains (Capellanes de Mercado) a menudo busca hombres y mujeres que sientan el llamado de Dios a impactar su comunidad fuera de su iglesia. Visite este sitio web para buscar trabajo y aprender más sobre esta increíble manera de transformar vidas: www.mchapcares.com 


Sobre la autora

Kwabea Francis

Kwabea Francis sirve como directora ejecutiva de operaciones con Marketplace Chaplains (Capellanes de Mercado) y es ministra ordenada de la Biblia Abierta. Su corazón es compartir el amor y el propósito de Dios con aquellos a quienes sirve como capellán, predicadora y maestra de la Palabra de Dios. Ella asiste a Living Word Open Bible Church en Cooper City, Florida. Kwabea obtuvo su Maestría en Divinidad en el Seminario Teológico de Asbury y es graduada de la Universidad de Florida. Ella y su esposo tienen cinco hijos y tres nietos. 

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Cinco medidas para subsanar el déficit de mujeres en el liderazgo ministerial

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La Biblia Abierta tiene una herencia rica de mujeres líderes en el ministerio. Nuestra denominación nació en avivamiento y se formó por la unión de dos movimientos que surgieron de otras denominaciones fundadas y dirigidas por mujeres (Florence Crawford y Aimee Semple McPherson). La postura de la Biblia Abierta en cuanto al liderazgo de las mujeres en el ministerio lo celebra a todos los niveles. Sin embargo, a pesar de esta rica historia y la bendición actual para las mujeres en el liderazgo ministerial, todavía es raro encontrar mujeres en ciertos cargos ministeriales dentro de nuestras iglesias. Existen múltiples razones para esto, pero aquí hay cinco medidas a considerar al abordar este tema. 

1. Analice sus propios prejuicios.

La mayoría de las veces, no se elige a mujeres para altos cargos de liderazgo porque «no se ha hecho antes». La tradición puede ser una fuerza poderosa, pero a veces impide que se produzcan cambios importantes. Pregúntese cómo se sentiría si una mujer fuera elegida como pastor principal de su iglesia. Lo más probable es que le resulte incómodo. Que sea incómodo no siempre significa que esté mal. Por lo general, significa simplemente que es diferente. Esta incomodidad es a menudo temporal, y la disposición a aceptarla puede crear nuevas oportunidades para que las mujeres lideren. Cuando se abra una posición de liderazgo ministerial, permítase considerar tanto a mujeres como a hombres como candidatos para el puesto. 

2. Estudie lo que dicen las Escrituras sobre las mujeres que ejercen liderazgo.

El Antiguo y el Nuevo Testamentos están llenos de mujeres que desempeñaron funciones importantes de liderazgo a todos los niveles. Observe la influencia y el nivel de autoridad que se les concedió. Estudie los «pasajes problemáticos» de las Escrituras (por ejemplo, 1 Corintios 14:34 y 1 Timoteo 2:12), que parecen limitar la enseñanza y la palabra de las mujeres. Algunos eruditos y comentarios de renombre muestran cómo estos pasajes estaban destinados a abordar problemas específicos con los que la iglesia primitiva tuvo que lidiar, en lugar de convertirse en una regla general que limitara a las mujeres en el liderazgo. Si usted es un líder de la iglesia, comunique claramente la posición de su iglesia sobre las mujeres en el liderazgo ministerial. Con demasiada frecuencia este tema se ignora, manteniendo el statu quo. 

3. Abogue por las mujeres que ejercen liderazgo.

Anime a las mujeres, jóvenes y mayores, que tienen el don de liderar. Oriéntelas. Contrátelas. Es una bendición cuando una mujer anima desinteresadamente a otra en la labor de su liderazgo; con demasiada frecuencia, existe la tentación de criticar duramente o estar celosa, lo que lleva a vacilar a la hora de asumir el liderazgo. Es muy significativo que un líder hombre aliente y deje espacio para que una mujer lidere. Es muy importante dar a las mujeres las mismas oportunidades que se darían a los hombres que están aprendiendo a dirigir. Resulta muy raro que a una mujer joven se le conceda tiempo en la plataforma u otras responsabilidades públicas, mientras que esas oportunidades se dan a los hombres que se están formando. Intente ser igualitario siempre que pueda. De lugar a la inexperiencia y dé repetidas oportunidades de aprender y crecer. 

4. Predique acerca de mujeres que fueron fuertes líderes en la Biblia.

Las Escrituras están llenas de mujeres que ejercieron liderazgo como Miriam, Ana, Ester, Débora, María y Priscila. Destacar sus vidas muestra cómo los dones de liderazgo de Dios son dados tanto a hombres como a mujeres. Esto anima a las mujeres líderes y les ofrece modelos bíblicos. 

5. Fomente una cultura de liderazgo compartido.

Muchas veces, la iglesia escucha la mayor parte del tiempo la voz de un solo pastor. Compartir regularmente el púlpito crea un espacio donde los líderes en formación pueden experimentar el ministerio público. Al permitir que prediquen tanto hombres como mujeres, la congregación se acostumbra al liderazgo masculino y femenino, creando un equipo de jugadores que puedan ser entrenados para ayudar en todos los niveles de liderazgo de la iglesia. De este modo se evita que la iglesia idolatre o drene a un solo líder y permite que se puedan compartir los dones de más personas. 

La Iglesia, la Esposa de Cristo, es más eficaz cuando hombres y mujeres trabajan en el liderazgo hombro a hombro. Cuando se ignoran o se limitan las voces y los dones de liderazgo de las mujeres, se silencia a la mitad de la Iglesia. No obstante, cuando hombres y mujeres comparten de manera desinteresada el liderazgo y la influencia, el reino de Dios avanza poderosamente. Este compartir del liderazgo altruista refleja la naturaleza de Dios de manera más plena, creando un espacio donde el Espíritu Santo puede venir y moverse poderosamente.   

Recursos adicionales: 


About the Author

Julie Cole

Julie Cole es Directora Asociada de Formación Espiritual y del Cuidado del Alma en The King’s University en Southlake, Texas. Es licenciada en terapia matrimonial y familiar, directora espiritual y ministra ordenada. Julie desea inspirar a la gente a escuchar la voz de Dios y ver Su mano en las experiencias grandes y pequeñas de la vida. Julie y su esposo, David, viven en Fort Worth, Texas, y tienen cuatro hijos y ocho nietos con dos más en camino en 2025. 

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