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Lo que su pastor desea poder decirle
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4 years agoon
Por Gary Khan
Tenía 16 años y estaba sentado en mi habitación leyendo cuando escuché que alguien me llamaba por mi nombre, pero no había nadie alrededor. Pensé que mis hermanas me estaban haciendo una broma. Fui a mirar para ver dónde se escondían, pero no había nadie. Sucedió dos veces más antes de que tuviera un momento de esos de «ya he visto esto antes» o «déjà vu». Espera, pensé, esta es toda la historia de Samuel.
Dejé de leer y pregunté: «Dios, ¿eres tú?»
Resultó que sí, y ese día Dios me dijo que tenía un plan para mi vida que implicaba servirle a Él al servir a su pueblo. Me tomó algunos años decir que sí, pero finalmente lo hice.
Siete años después: Me estaba preparando para graduarme del seminario bíblico cuando Dios me habló a través de Bob Laflin, un profeta muy conocido en los círculos de la Biblia Abierta. Dijo: «Gary, no volverás a las islas, porque Dios ha apartado a un grupo de personas a las que tú ministrarás aquí».
En ese momento, vi cruzar por mi mente los rostro de personas. En los treinta años transcurridos desde entonces, he visto muchos de esos mismos rostros pasar por nuestro ministerio. Ese fue mi llamado. No puedo creer que para el 1 de julio de 2020, había pastoreado la Iglesia de la Biblia Abierta Desert Streams en Santa Clarita, California, durante treinta años. ¡No soy tan viejo!
Al reflexionar a través de los años, lo que más valoro no tiene nada que ver con los indicadores culturales de éxito, como una iglesia grande, edificios enormes o libros escritos (todas las cosas que pensé que eran importantes en mis comienzos). No, lo que más aprecio son las relaciones personales adquiridas a lo largo del camino.
Como pastor, me he dado cuenta de cuánto amor Dios ha puesto en mi corazón por las personas que he pastoreado en el transcurso de los años, las que están aquí y las que se han ido. Me identifico con el apóstol Pablo cuando comparte su corazón de pastor en 2 a Tesalonicenses:
El ánimo de un pastor
Amados hermanos, no podemos más que agradecerle a Dios por ustedes, porque su fe está floreciendo, y el amor de unos por otros, creciendo. Con orgullo les contamos a las demás iglesias de Dios acerca de la constancia y la fidelidad de ustedes en todas las persecuciones y privaciones que están sufriendo. Y Dios usará esa persecución para mostrar su justicia y para hacerlos dignos de su reino, por el cual sufren. En su justicia él les dará su merecido a quienes los persiguen. (2 a Tesalonicenses 1: 3-6, NTV)
Nada anima más a un pastor que verlo a usted, a las personas que pastoreamos, creciendo en su fe. Nuestro objetivo es ayudarlos a transformarse a la imagen y semejanza de Cristo. Queremos ver florecer su fe. Queremos que ustedes elijan obedecer la Palabra de Dios incluso cuando los tiempos son difíciles y parece contracultural y contradictorio hacerlo. Recientemente, una persona a la que he estado pastoreando durante mucho tiempo me dijo: «Sé que lo que estoy haciendo está mal, pero no me importa. Sé que Dios no quiere que haga esto, pero es muy difícil no hacerlo, así que no voy a intentarlo».
Este tipo de declaraciones calan en lo profundo de nuestro ser, porque hemos dedicado tanto tiempo caminando con cada uno de ustedes, tratando pacientemente de ayudarlos a comprender y a obedecer la Palabra de Dios. Puede ser muy desalentador cuando usted escoge desobedecer. No le amamos menos; pero es tan doloroso verle elegir no confiar o no ver que Dios tiene lo mejor para usted.
Sin embargo, es de gran aliento cuando vemos la fe de las personas florecer, cuando vemos que deciden confiar y obedecer a Dios sin importar las circunstancias. Hace que todos los momentos difíciles y las decepciones valgan la pena.
Los pastores se sienten animados cuando vemos crecer su amor los unos por los otros. Nos alienta cuando los vemos tratar de resolver las cosas y mantener las relaciones integras en lugar de pelear y deshonrarse mutuamente hasta romper las relaciones. Nos alienta cuando perseveran a pesar de las dificultades que están sufriendo. Al ver esto, nos jactamos de ustedes ante los demás porque nos es de mucho aliento.
Mi meta es que las personas a las que pastoreo se conviertan en todo lo que Dios tiene para ellas. Los amo a todos profundamente y deseo lo mejor de Dios para ustedes. Cuando eligen obedecer, hallo tanta gozo y ánimo para continuar otros treinta años más.
La preocupación de un pastor
Durante mi primer campamento de jóvenes como pastor de jóvenes, llevé a diez chicos a un campamento de invierno. Me estaban volviendo loco con sus quejas, bromas y payasadas adolescentes. Recuerdo una noche caminar por la nieve en dirección a una capilla (un breve respiro sin los chicos a mi alrededor), quejándome con Dios de lo mucho que estaba luchando con «esos» chicos. Le estaba contando a Dios sobre cierto muchacho (aún puedo ver su rostro) cuando en un instante Dios abrió mis ojos y mi corazón y me dio un vislumbre de lo mucho que Él amaba a «esos» chicos. Estaba tan abrumado por la emoción que caí de rodillas en la nieve y comencé a llorar por ellos. Desde ese día he tenido un profundo amor por las personas que Dios me ha llamado a pastorear. En realidad, esto es un arma de doble filo. Amar profundamente significa que te pueden herir profundamente. Dios sabe que he experimentado eso muchas veces más de las que me gustaría admitir. Lo que me mantiene siguiendo adelante es elegir no enojarme ni amargarme, sino permitir que el amor de Dios por esas personas continúe fluyendo a través de mí.
Cuando amas profundamente, tienes una preocupación intensa por aquellos a quienes amas. Pablo lo dice de esta manera:
Y Dios les brindará descanso a ustedes que están siendo perseguidos y también a nosotros cuando el Señor Jesús aparezca desde el cielo. Él vendrá con sus ángeles poderosos, en llamas de fuego, y traerá juicio sobre los que no conocen a Dios y sobre los que se niegan a obedecer la Buena Noticia de nuestro Señor Jesús. Serán castigados con destrucción eterna, separados para siempre del Señor y de su glorioso poder. Aquel día cuando él venga, recibirá gloria de su pueblo santo y alabanza de todos los que creen. Esto también los incluye a ustedes, porque creyeron lo que les dijimos acerca de él. (2 a Tesalonicenses 1: 7-10, NTV)
Me preocupo profundamente por las personas a las que pastoreo, ya sea que lo crean o no, ya sea que estén físicamente presentes o no. Sufro con ustedes y me angustio con ustedes. He llorado por ustedes y he luchado por ustedes. Oro para que Dios les proporcione descanso y refrigerio. Oro por lluvias de bendiciones espirituales y materiales sobre ustedes. Oro para que experimenten Su mejor vida para ustedes.
La más increíble es que cuando oro esas cosas por ustedes y Dios los bendice, muchas veces esto hace que se alejen de Dios y de Su familia. Están tan ocupados con las bendiciones que descuidan al Dios que las hizo posibles y no tienen tiempo para la familia ni para el pastor, que aún desde la distancia, los ha cubierto y cuidado. A veces la gente puede decir que no siempre estoy «ahí» para ellos. La verdad es que están constantemente en mis pensamientos y oraciones mientras que lucho por ellos.
La preocupación de un pastor siempre es por el bienestar de las personas a las que pastorea. A todos los que he pastoreado durante los últimos treinta años (que son unos miles) y continúo pastoreando, los amo y oro las más ricas bendiciones y el favor de Dios sobre sus vidas. Que puedan prosperar y gozar de buena salud, así como prospera su alma. Que sean «el primero y no el último, la cabeza y no la cola». Que haga brillar su rostro sobre ustedes y les dé paz. Que Él bendiga sus salidas y entradas, y que el compañerismo y la comunión del Espíritu Santo estén y permanezcan sobre ustedes ahora y para siempre.
La oración de un pastor
La preocupación de un pastor está estrechamente relacionada con la oración de un pastor.
Así que seguimos orando por ustedes, pidiéndole a nuestro Dios que los ayude para que vivan una vida digna de su llamado. Que él les dé el poder para llevar a cabo todas las cosas buenas que la fe los mueve a hacer. Entonces el nombre de nuestro Señor Jesús será honrado por la vida que llevan ustedes, y serán honrados junto con él. Todo esto se hace posible por la gracia de nuestro Dios y Señor, Jesucristo. (2 a Tesalonicenses 1: 11-12, NTV)
Me imagino a las personas a las que pastoreo como a mi hija. Un día tendré el honor y el privilegio de llevarla al altar y encomendarla a su novio. Pablo nos dice que la Iglesia es la Novia y Jesús es el Novio; los pastores son los que están preparando a la novia para el día en que ella y su novio se casarán. Mi función es asegurarme de que ella esté lista para el novio. Todo eso es a la vez un gran honor y una responsabilidad abrumadora.
Mi oración por los que lidero es que vivan una vida digna del llamado de Dios, que Dios diga que están viviendo de una manera que esté a la altura de lo que Él nos ha llamado. Oro para que crezcan en su fe y obediencia y para que comprendan el poder que tienen a través del Espíritu Santo para lograr todo lo que Dios les pide, sin importar lo imposible que parezca. Oro para que amen a Dios más de lo que aman a este mundo y las cosas que los tientan a abandonar su amor por Él. Oro para que vivan una vida que honre a Jesús, no solo para satisfacer sus deseos y necesidades, y para que sepa cuán amados son por Dios y por mi. Yo también quiero vivir una vida digna del llamado que Dios hizo sobre mí.
Sobre el autor
Gary Khan es el pastor principal de Iglesia de la Biblia Abierta Desert Streams en Santa Clarita, California. Se considera privilegiado de ser el esposo de DeLaine durante los últimos treinta años y orgulloso de ser el padre de Ethan y Allison. Además, se siente honrado de que Dios le haya confiado la labor de pastorear personas durante treinta años y sigue sumando.
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Papúa Nueva Guinea: Un testimonio de la fidelidad de Dios
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2 days agoon
December 20, 2024En el mes de septiembre de 2024 el exmisionero Mark Brandt y yo nos encontramos en el aeropuerto de San Francisco para volar a Papúa Nueva Guinea. Viajamos allí para participar en la conmemoración del cincuentenario aniversario de las Iglesias de la Biblia Abierta y asistir a la Convención Nacional en la base misionera Ivingoi de la Biblia Abierta en las Tierras Altas Orientales.
Tras tres vuelos diferentes y algunos retrasos inesperados, Mark y yo llegamos al aeropuerto de Goroka (Papúa Nueva Guinea). El director de campo, Joshua Essy, y varios miembros de la Junta Nacional de las Iglesias de la Biblia Abierta estaban allí para recibirnos.
Subimos a tres vehículos diferentes e incluso contamos con un vehículo de escolta de la policía cuando comenzamos nuestro viaje de cuatro horas por la carretera montañosa que nos llevaría a la base misionera de Ivingoi. Cuando llegamos, la entrada principal estaba rodeada de cientos de personas de pie a ambos lados de la carretera para darnos la bienvenida. En realidad, uno no se considera digno de semejante recibimiento, pero nos sentimos muy honrados. Cuando Mark salió de su vehículo, la gente se agolpó para saludarle porque hacía veintitrés años que no había regresado a Papúa Nueva Guinea. Fue impresionante ver cuánto le amaban a él y a su familia.
La Convención Nacional y la celebración del cincuentenario aniversario comenzaron el lunes por la tarde y contaron con la asistencia de más de 2.000 personas, las que tuvieron que sentarse en el suelo alrededor de la plataforma porque no había un edificio lo suficientemente grande para acomodar a todos.
Al contemplar esta gran multitud del pueblo de Dios, pensé en el Salmo 89:1 que dice: «Oh Señor, por siempre cantaré la grandeza de tu gran amor; por todas las generaciones proclamará mi boca tu fidelidad.» (NVI). Dios es fiel para bendecir y mantener su obra. Ahora, hemos podido presenciar el fruto de esa fidelidad en las miles de vidas que han sido transformadas por el poder del Evangelio, en Papúa Nueva Guinea.
El martes celebraron una ceremonia especial para dar la bienvenida a todos los dignatarios del gobierno local, empresarios e invitados internacionales.
Al día siguiente visitamos la clínica de la misión de la Biblia Abierta, cuyo personal y ambulancias son financiados por el gobierno de Papúa Nueva Guinea. Hace varios años atrás, Misiones Globales envió fondos para construir una nueva maternidad. Hoy, la clínica atiende a más de 20.000 pacientes al año; es la única consulta médica en cientos de kilómetros y está rodeada por varios pueblos.
Actualmente tenemos treinta y siete Iglesias de la Biblia Abierta en Papúa Nueva Guinea, y se están iniciando cinco nuevos alcances. El crecimiento y la expansión de la obra de la Biblia Abierta allí es un tribute maravilloso a todos los misioneros, enfermeros, enfermeras y nacionales que han sacrificado tanto y han superado con creces el llamado al servicio del Señor. Ahora, con un fundamento tan sólido, el trabajo de las Iglesias de la Biblia Abierta en Papúa Nueva Guinea está preparado para experimentar un extraordinario crecimiento.
Fue un honor participar en la celebración del cincuentenario aniversario y en la Convención Nacional de Iglesias de la Biblia Abierta de Papúa Nueva Guinea. Además, fue un privilegio contar con la compañía del exmisionero Mark Brandt en este viaje. Felicito al presidente Joshua Essy por su liderazgo y el de toda la Junta Nacional. Sé que el trabajo de La Biblia Abierta seguirá creciendo y prosperando bajo su dirección y guía.
Sobre el autor
Vince McCarty
Vince McCarty sirve como director ejecutivo de Misiones Globales de las iglesias de la Biblia Abierta, supervisando la obra en cincuenta y cinco países del mundo. Agradece al gran equipo misionero y a todos los líderes nacionales con los que tiene la oportunidad de servir. Su desea es que recordemos que la Gran Comisión es demasiado grande para que alguien la cumpla solo y demasiado importante para no tratar de hacerla juntos.
Cuando falleció mi primer esposo, mi vida «cambió». Después de atravesar mi propio dolor, el Señor me permitió caminar junto a muchas otras personas que también estaban sufriendo. Las puertas siguieron abriéndose en esta área, y cuando surgió la oportunidad de servir con Marketplace Chaplains (Capellanes de Mercado), sentí la confirmación de Dios de que era allí donde Él me quería. Comencé como capellán poco después de presentar mi solicitud, y dos años más tarde me ofrecieron el puesto de director de Operaciones para un nuevo equipo formado en el sur de Florida.
El ministerio de Marketplace Chaplains (Capellanes de Mercado) se distingue de los demás por la forma en que se creó y el motivo principal de su existencia. Fue creado por un antiguo capellán militar, Lee Strickland, en 1984. Tras la experiencia de haber sido atendido por capellanes en el ejército, Lee deseaba ofrecer un servicio similar a su comunidad a través de este ministerio único. Los equipos de Marketplace Chaplains (Capellanes de Mercado) están formados por capellanes varones y mujeres que ayudan en la atención a los empleados de empresas de Estados Unidos y Canadá. Las relaciones dentro de estas empresas se establecen a través de visitas rutinarias de los capellanes que se ofrecen en forma semanal, bimensual o mensualmente. Estas visitas periódicas ayudan a los empleados a sentirse cómodos con los capellanes, de modo que, cuando se produce una crisis, es más probable que soliciten ayuda. Los capellanes están a disposición de los empleados 24 horas al día, 7 días a la semana, para ayudarles en casos de duelo, funerales, prevención del suicidio y crisis familiares.
Algunos años atrás, un líder de una de las empresas a las que presto mis servicios llamó asustado cuando una de sus empleadas sollozaba al descubrir que su marido, sano y de cuarenta años, había fallecido repentinamente mientras dormía. El líder me preguntó: «¿Qué hago?». Le había dado el pésame y había sufragado su vuelo de regreso a casa para iniciar los preparativos, pero a pesar de ello, confesó que una situación tan trágica le hacía sentir impotente y débil. Le recordé que cuando nos sentimos débiles, el Señor promete ser nuestra fortaleza. También le dije que, en tiempos de tragedia, a menudo no es lo que decimos lo que Dios usa, sino simplemente nuestra presencia. A medida que hablaba, me di cuenta de que todo el dolor por el que había atravesado me había ayudado a apoyar a este líder en esta tremenda prueba.
Existen retos a la hora de ser capellán cristiano en sitios donde se reconocen todas las creencias religiosas. Recuerdo un momento en particular, cuando estaba recibiendo capacitación en el hospital, en el que el director del programa insistió en que no se podía usar el nombre de Jesús para cerrar una oración sin el consentimiento del paciente. Luché con este concepto, incluso preguntándome si esta limitación era Dios diciéndome que no sirviera en este tipo de ministerio. Más tarde ese mismo día, estaba haciendo mis rondas en la planta que me habían asignado en la unidad de parálisis, que atiende a pacientes con lesiones que afectan a su capacidad para caminar. Entré en la habitación de un paciente varón, saludándole con un simple: «Hola, señor, ¿cómo está?». Con voz extremadamente alta y animada, el paciente respondió: «¡Ahí está!». Supuse que no era bienvenida, le respondí: «Lo siento, señor, no estoy segura si le entendí. ¿Quiere que vuelva en otro momento?». A lo que respondió: «¿Cómo puede irse ahora? Usted acaba de traer aquí al Espíritu Santo».
Estaba sorprendida; lo único que había dicho era un saludo. No había orado ni hablado de Dios. Este hombre ni siquiera había visto mi insignia de capellán cuando hizo esta declaración. En ese momento vi el poder de la presencia de Dios en mi vida. Pude ver que cuando apoyo y sirvo a pacientes o empleados en espacios seculares, Jesús va conmigo, mencione o no su nombre. Dios puede usarme y me usará en este papel de capellán, y estoy agradecida por la oportunidad de servirle en el mercado.
Para aquellos que sientan el llamado a servir como capellán o que simplemente quieran aprender más, Marketplace Chaplains (Capellanes de Mercado) a menudo busca hombres y mujeres que sientan el llamado de Dios a impactar su comunidad fuera de su iglesia. Visite este sitio web para buscar trabajo y aprender más sobre esta increíble manera de transformar vidas: www.mchapcares.com
Sobre la autora
Kwabea Francis
Kwabea Francis sirve como directora ejecutiva de operaciones con Marketplace Chaplains (Capellanes de Mercado) y es ministra ordenada de la Biblia Abierta. Su corazón es compartir el amor y el propósito de Dios con aquellos a quienes sirve como capellán, predicadora y maestra de la Palabra de Dios. Ella asiste a Living Word Open Bible Church en Cooper City, Florida. Kwabea obtuvo su Maestría en Divinidad en el Seminario Teológico de Asbury y es graduada de la Universidad de Florida. Ella y su esposo tienen cinco hijos y tres nietos.
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Cinco medidas para subsanar el déficit de mujeres en el liderazgo ministerial
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2 days agoon
December 20, 2024By
Julie ColeLa Biblia Abierta tiene una herencia rica de mujeres líderes en el ministerio. Nuestra denominación nació en avivamiento y se formó por la unión de dos movimientos que surgieron de otras denominaciones fundadas y dirigidas por mujeres (Florence Crawford y Aimee Semple McPherson). La postura de la Biblia Abierta en cuanto al liderazgo de las mujeres en el ministerio lo celebra a todos los niveles. Sin embargo, a pesar de esta rica historia y la bendición actual para las mujeres en el liderazgo ministerial, todavía es raro encontrar mujeres en ciertos cargos ministeriales dentro de nuestras iglesias. Existen múltiples razones para esto, pero aquí hay cinco medidas a considerar al abordar este tema.
1. Analice sus propios prejuicios.
La mayoría de las veces, no se elige a mujeres para altos cargos de liderazgo porque «no se ha hecho antes». La tradición puede ser una fuerza poderosa, pero a veces impide que se produzcan cambios importantes. Pregúntese cómo se sentiría si una mujer fuera elegida como pastor principal de su iglesia. Lo más probable es que le resulte incómodo. Que sea incómodo no siempre significa que esté mal. Por lo general, significa simplemente que es diferente. Esta incomodidad es a menudo temporal, y la disposición a aceptarla puede crear nuevas oportunidades para que las mujeres lideren. Cuando se abra una posición de liderazgo ministerial, permítase considerar tanto a mujeres como a hombres como candidatos para el puesto.
2. Estudie lo que dicen las Escrituras sobre las mujeres que ejercen liderazgo.
El Antiguo y el Nuevo Testamentos están llenos de mujeres que desempeñaron funciones importantes de liderazgo a todos los niveles. Observe la influencia y el nivel de autoridad que se les concedió. Estudie los «pasajes problemáticos» de las Escrituras (por ejemplo, 1 Corintios 14:34 y 1 Timoteo 2:12), que parecen limitar la enseñanza y la palabra de las mujeres. Algunos eruditos y comentarios de renombre muestran cómo estos pasajes estaban destinados a abordar problemas específicos con los que la iglesia primitiva tuvo que lidiar, en lugar de convertirse en una regla general que limitara a las mujeres en el liderazgo. Si usted es un líder de la iglesia, comunique claramente la posición de su iglesia sobre las mujeres en el liderazgo ministerial. Con demasiada frecuencia este tema se ignora, manteniendo el statu quo.
3. Abogue por las mujeres que ejercen liderazgo.
Anime a las mujeres, jóvenes y mayores, que tienen el don de liderar. Oriéntelas. Contrátelas. Es una bendición cuando una mujer anima desinteresadamente a otra en la labor de su liderazgo; con demasiada frecuencia, existe la tentación de criticar duramente o estar celosa, lo que lleva a vacilar a la hora de asumir el liderazgo. Es muy significativo que un líder hombre aliente y deje espacio para que una mujer lidere. Es muy importante dar a las mujeres las mismas oportunidades que se darían a los hombres que están aprendiendo a dirigir. Resulta muy raro que a una mujer joven se le conceda tiempo en la plataforma u otras responsabilidades públicas, mientras que esas oportunidades se dan a los hombres que se están formando. Intente ser igualitario siempre que pueda. De lugar a la inexperiencia y dé repetidas oportunidades de aprender y crecer.
4. Predique acerca de mujeres que fueron fuertes líderes en la Biblia.
Las Escrituras están llenas de mujeres que ejercieron liderazgo como Miriam, Ana, Ester, Débora, María y Priscila. Destacar sus vidas muestra cómo los dones de liderazgo de Dios son dados tanto a hombres como a mujeres. Esto anima a las mujeres líderes y les ofrece modelos bíblicos.
5. Fomente una cultura de liderazgo compartido.
Muchas veces, la iglesia escucha la mayor parte del tiempo la voz de un solo pastor. Compartir regularmente el púlpito crea un espacio donde los líderes en formación pueden experimentar el ministerio público. Al permitir que prediquen tanto hombres como mujeres, la congregación se acostumbra al liderazgo masculino y femenino, creando un equipo de jugadores que puedan ser entrenados para ayudar en todos los niveles de liderazgo de la iglesia. De este modo se evita que la iglesia idolatre o drene a un solo líder y permite que se puedan compartir los dones de más personas.
La Iglesia, la Esposa de Cristo, es más eficaz cuando hombres y mujeres trabajan en el liderazgo hombro a hombro. Cuando se ignoran o se limitan las voces y los dones de liderazgo de las mujeres, se silencia a la mitad de la Iglesia. No obstante, cuando hombres y mujeres comparten de manera desinteresada el liderazgo y la influencia, el reino de Dios avanza poderosamente. Este compartir del liderazgo altruista refleja la naturaleza de Dios de manera más plena, creando un espacio donde el Espíritu Santo puede venir y moverse poderosamente.
Recursos adicionales:
- Manual de la Biblia Abierta – Declaraciones oficiales 7.6: El papel de la mujer en el ministerio y el liderazgo (p. 91-92)
- Webinar de la Biblia Abierta: Mujeres en el liderazgo ministerial: Respuesta al llamado de Dios. (Disponible solo en inglés)
- Un libro de ayuda sobre la teología bíblica de las mujeres en el liderazgo ministerial: God’s Women Then and Now por Deborah M. Gill y Barbara Cavaness. (Disponible solo en inglés)
About the Author
Julie Cole
Julie Cole es Directora Asociada de Formación Espiritual y del Cuidado del Alma en The King’s University en Southlake, Texas. Es licenciada en terapia matrimonial y familiar, directora espiritual y ministra ordenada. Julie desea inspirar a la gente a escuchar la voz de Dios y ver Su mano en las experiencias grandes y pequeñas de la vida. Julie y su esposo, David, viven en Fort Worth, Texas, y tienen cuatro hijos y ocho nietos con dos más en camino en 2025.