Spanish
PESCA EN EL DESIERTO
Published
2 years agoon
Por Darrick Young
Cuando Jesús llamó a sus primeros discípulos a dejar todo lo que valoraban y a todos los que amaban para seguirle, lo hizo mediante una invitación simple pero que cambiaría radicalmente sus vidas: «Vengan, síganme, ¡y yo les enseñaré cómo pescar personas!» (Mateo 4:19, NTV). Esta era una analogía que interesaría a estos hombres, que eran pescadores profesionales, y estaba llena de posibilidades. Se trataba de la oportunidad de cambiar el mundo.
Jesús sigue llamando a sus seguidores a «pescar personas», pero en nuestro entorno cultural actual puede parecer que estamos pescando en el desierto, como si estuviéramos lanzando nuestros anzuelos y corchos de pesca a la orilla de una duna de arena. La disminución de la participación de la iglesia, el analfabetismo bíblico y un gran número de desafíos políticos y culturales han hecho que muchos de nuestros métodos de evangelización históricamente «probados» sean irrelevantes. El tiempo en que vivimos exige nuevos métodos, a medida que nos mantenemos firmes en el llamado de Jesús a ser sus testigos (Hechos 1:8). ¿Qué nuevas perspectivas y metodologías podemos adoptar cuando buscamos formas de presentar a las personas al Dios que las ama?
PIENSE EN UNA CONVERSACIÓN, NO EN UNA PRESENTACIÓN
Durante décadas, o incluso siglos, la Iglesia ha capacitado a sus miembros para presentar el evangelio a las personas. Si usted ha sido creyente por un tiempo, es posible que se le haya enseñado a compartir las Cuatro Leyes Espirituales, o tal vez tomó el curso de Evangelismo Explosivo, que le enseñó el llamado evangelístico en frío, golpeando a la puerta de alguien con la esperanza de que lo inviten a entrar para que usted pueda presentarles el discurso que había memorizado. Eso pudo haber sido efectivo en los días de los vendedores de aspiradoras puerta a puerta, pero hoy no tanto.
Si en el día de hoy vamos a compartir a Cristo de manera efectiva con nuestros amigos, vecinos, compañeros de trabajo y de clase, debemos enfocarnos en conversaciones en lugar de presentaciones. Las presentaciones están diseñadas para llevar a una decisión en cuestión de minutos. Las conversaciones están orientadas a conducir a más conversaciones y se centran en las relaciones. ¿Alguna vez le ha invitado alguien a cenar para luego descubrir que el postre era una presentación sobre su más reciente oportunidad de mercadeo multinivel? Se sintió muy bien, ¿verdad? Ahora, compare esa experiencia decepcionante con la ocasión en que tuvo una conversación significativa y honesta sobre algo que de verdad le importaba. Usted realmente escuchó a la otra persona, y ella le escuchó a usted también. Puede que no haya resuelto el problema en esa hora o dos, pero progresó y tuvo ganas de continuar esa conversación.
Hoy en día, muchas personas están abiertas al diálogo sobre cuestiones espirituales. Esas mismas personas tienen poco interés en escuchar una presentación y ser presionadas para hacer un compromiso quince minutos después. Hable con la gente, no a la gente, de Jesús.
LAS GRANDES PREGUNTAS SON MÁS IMPORTANTES QUE LAS
BUENAS RESPUESTAS
If you are like me, one of the things that has held you back from sharing your faith is the fear of not having all the answers. During my junior year of high school, I decided to follow Christ, and I was more than willing to share that decision with others. At my after-school job, at a store that featured a giant red K, I had a supervisor who constantly peppered me with doubts and questions about my faith. I had a lot of passion for Christ, but I didn’t have many answers to his questions. So, I stopped talking about Christ because I didn’t want to look dumb. Those feelings also compelled me to read up on anything and everything I could to find bulletproof answers to all those questions.
I still believe it is important to have answers to questions people ask about following Jesus. But I have also learned the power and importance of good questions. When I am in the middle of a spiritual conversation, I have found questions to be more effective than quick, iron-clad answers. Asking simple questions like “Why do you believe that to be true?” or “Has there ever been a time in your life when you considered spiritual things?” has opened the doors to meaningful and fruitful conversations about Christ. When people feel you have taken the time to listen to what they believe and why they believe it, they are much more open to hearing about the hope you have in Christ.
RECUERDE QUE HAY TRES PERSONAS EN LA CONVERSACIÓN
Jesús dijo a sus discípulos que se enfrentarían a la persecución y serían sometidos a juicio a causa de su fe en Él (Marcos 13:9-11). Jesús les dijo: «Cuando los lleven para entregarlos, no se preocupen por lo que tengan que decir. Más bien, hablen lo que les sea dado en aquella hora; porque no son ustedes los que hablan sino el Espíritu Santo», (Marcos 13:11, RVA-2015).
Como seguidores de Jesucristo, tenemos el privilegio de servir como un instrumento, un vaso del Espíritu Santo, que según las Escrituras habita en nosotros. Eso significa que cuando tenemos una conversación sobre la fe con alguien, no es sólo una conversación entre nosotros y ellos; el Espíritu Santo también está presente. A menudo he olvidado esto y me he presionado para decir todas las palabras correctas, con resultados contradictorios. Pero cuando me relajo y confío en que el Espíritu Santo actúa a través de mí para atraer a alguien a Cristo, se me quita el peso de encima. En muchas ocasiones he formulado una pregunta o he compartido un pensamiento que ha ayudado a una persona a acercarse a la fe en Jesús y he pensado: «¿De dónde salió esa idea?». Y es que el Espíritu quiere hablar con nosotros y a través de nosotros. Sólo tenemos que escuchar y obedecer.
CADA PASO DEL VIAJE ES IMPORTANTE
Durante la mayor parte de mi vida, como seguidor de Jesús, evalué mis esfuerzos de evangelización como éxitos o fracasos. Si compartía mi fe y una persona oraba para recibir a Cristo, era un «éxito». Si me esforzaba al máximo y la persona rechazaba a Cristo en ese instante, yo había fracasado. Mi tarjeta de puntuación de evangelismo tenía más fracasos que éxitos, así que decidí que el evangelismo no era uno de mis dones espirituales.
Todo esto cambió para mí hace unos veinte años, cuando leí 1 Corintios 3:7-8 (NTV), que dice: «No importa quién planta o quién riega; lo importante es que Dios hace crecer la semilla. El que planta y el que riega trabajan en conjunto con el mismo propósito. Y cada uno será recompensado por su propio arduo trabajo».
El apóstol Pablo escribió esas palabras para tratar con las divisiones en la iglesia causadas por las personas que estaban eligiendo de dentro de la iglesia a sus líderes favoritos, formando clubes de fans alrededor de esas personas. Sus palabras me dieron vida. El viaje a la fe es un proceso, y nuestra responsabilidad es ayudar a las personas a dar el siguiente paso en su viaje hacia Cristo. A veces plantamos las semillas del Evangelio. Otras veces regamos esa semilla y hacemos que la gente avance. Hay veces en las que también tenemos el privilegio de ayudar a la gente a cruzar la línea de la fe, y es como recoger una cosecha. Pero cada parte del proceso es posible gracias a Dios, el que da el crecimiento. Mi fidelidad produce frutos por medio de Cristo.
Décadas atrás, Bob Dylan cantaba: The times, they are a changin’ (Los tiempos, están cambiando). Cuando se trata de comunicar nuestra fe en el siglo XXI, eso es indudablemente cierto. Pero el llamado a compartir nuestra fe no ha cambiado. La Gran Comisión no tiene fecha de vencimiento. Pero nuestra forma de pensar acerca de la manera de comunicar nuestra fe y los métodos con los que llevamos a cabo nuestra comisión deben cambiar. Jesús sigue llamándonos a seguirle y a cambiar el mundo.
Sobre el Autor
Darrick Young es el pastor principal de la Iglesia Journey de la Biblia Abierta en Urbandale, Iowa, la cual plantó en 2012. También sirve en la junta directiva de la Región Central y en la junta nacional de directores de las Iglesias de la Biblia Abierta. Además, sirve en la junta de Discover Church Planting Network (Red de Plantación de Iglesias Descubre). Darrick y su esposa, Ranada, tienen dos hijos maravillosos y dos hijos políticos increíbles.
Spanish
Papúa Nueva Guinea: Un testimonio de la fidelidad de Dios
Published
3 days agoon
December 20, 2024En el mes de septiembre de 2024 el exmisionero Mark Brandt y yo nos encontramos en el aeropuerto de San Francisco para volar a Papúa Nueva Guinea. Viajamos allí para participar en la conmemoración del cincuentenario aniversario de las Iglesias de la Biblia Abierta y asistir a la Convención Nacional en la base misionera Ivingoi de la Biblia Abierta en las Tierras Altas Orientales.
Tras tres vuelos diferentes y algunos retrasos inesperados, Mark y yo llegamos al aeropuerto de Goroka (Papúa Nueva Guinea). El director de campo, Joshua Essy, y varios miembros de la Junta Nacional de las Iglesias de la Biblia Abierta estaban allí para recibirnos.
Subimos a tres vehículos diferentes e incluso contamos con un vehículo de escolta de la policía cuando comenzamos nuestro viaje de cuatro horas por la carretera montañosa que nos llevaría a la base misionera de Ivingoi. Cuando llegamos, la entrada principal estaba rodeada de cientos de personas de pie a ambos lados de la carretera para darnos la bienvenida. En realidad, uno no se considera digno de semejante recibimiento, pero nos sentimos muy honrados. Cuando Mark salió de su vehículo, la gente se agolpó para saludarle porque hacía veintitrés años que no había regresado a Papúa Nueva Guinea. Fue impresionante ver cuánto le amaban a él y a su familia.
La Convención Nacional y la celebración del cincuentenario aniversario comenzaron el lunes por la tarde y contaron con la asistencia de más de 2.000 personas, las que tuvieron que sentarse en el suelo alrededor de la plataforma porque no había un edificio lo suficientemente grande para acomodar a todos.
Al contemplar esta gran multitud del pueblo de Dios, pensé en el Salmo 89:1 que dice: «Oh Señor, por siempre cantaré la grandeza de tu gran amor; por todas las generaciones proclamará mi boca tu fidelidad.» (NVI). Dios es fiel para bendecir y mantener su obra. Ahora, hemos podido presenciar el fruto de esa fidelidad en las miles de vidas que han sido transformadas por el poder del Evangelio, en Papúa Nueva Guinea.
El martes celebraron una ceremonia especial para dar la bienvenida a todos los dignatarios del gobierno local, empresarios e invitados internacionales.
Al día siguiente visitamos la clínica de la misión de la Biblia Abierta, cuyo personal y ambulancias son financiados por el gobierno de Papúa Nueva Guinea. Hace varios años atrás, Misiones Globales envió fondos para construir una nueva maternidad. Hoy, la clínica atiende a más de 20.000 pacientes al año; es la única consulta médica en cientos de kilómetros y está rodeada por varios pueblos.
Actualmente tenemos treinta y siete Iglesias de la Biblia Abierta en Papúa Nueva Guinea, y se están iniciando cinco nuevos alcances. El crecimiento y la expansión de la obra de la Biblia Abierta allí es un tribute maravilloso a todos los misioneros, enfermeros, enfermeras y nacionales que han sacrificado tanto y han superado con creces el llamado al servicio del Señor. Ahora, con un fundamento tan sólido, el trabajo de las Iglesias de la Biblia Abierta en Papúa Nueva Guinea está preparado para experimentar un extraordinario crecimiento.
Fue un honor participar en la celebración del cincuentenario aniversario y en la Convención Nacional de Iglesias de la Biblia Abierta de Papúa Nueva Guinea. Además, fue un privilegio contar con la compañía del exmisionero Mark Brandt en este viaje. Felicito al presidente Joshua Essy por su liderazgo y el de toda la Junta Nacional. Sé que el trabajo de La Biblia Abierta seguirá creciendo y prosperando bajo su dirección y guía.
Sobre el autor
Vince McCarty
Vince McCarty sirve como director ejecutivo de Misiones Globales de las iglesias de la Biblia Abierta, supervisando la obra en cincuenta y cinco países del mundo. Agradece al gran equipo misionero y a todos los líderes nacionales con los que tiene la oportunidad de servir. Su desea es que recordemos que la Gran Comisión es demasiado grande para que alguien la cumpla solo y demasiado importante para no tratar de hacerla juntos.
Cuando falleció mi primer esposo, mi vida «cambió». Después de atravesar mi propio dolor, el Señor me permitió caminar junto a muchas otras personas que también estaban sufriendo. Las puertas siguieron abriéndose en esta área, y cuando surgió la oportunidad de servir con Marketplace Chaplains (Capellanes de Mercado), sentí la confirmación de Dios de que era allí donde Él me quería. Comencé como capellán poco después de presentar mi solicitud, y dos años más tarde me ofrecieron el puesto de director de Operaciones para un nuevo equipo formado en el sur de Florida.
El ministerio de Marketplace Chaplains (Capellanes de Mercado) se distingue de los demás por la forma en que se creó y el motivo principal de su existencia. Fue creado por un antiguo capellán militar, Lee Strickland, en 1984. Tras la experiencia de haber sido atendido por capellanes en el ejército, Lee deseaba ofrecer un servicio similar a su comunidad a través de este ministerio único. Los equipos de Marketplace Chaplains (Capellanes de Mercado) están formados por capellanes varones y mujeres que ayudan en la atención a los empleados de empresas de Estados Unidos y Canadá. Las relaciones dentro de estas empresas se establecen a través de visitas rutinarias de los capellanes que se ofrecen en forma semanal, bimensual o mensualmente. Estas visitas periódicas ayudan a los empleados a sentirse cómodos con los capellanes, de modo que, cuando se produce una crisis, es más probable que soliciten ayuda. Los capellanes están a disposición de los empleados 24 horas al día, 7 días a la semana, para ayudarles en casos de duelo, funerales, prevención del suicidio y crisis familiares.
Algunos años atrás, un líder de una de las empresas a las que presto mis servicios llamó asustado cuando una de sus empleadas sollozaba al descubrir que su marido, sano y de cuarenta años, había fallecido repentinamente mientras dormía. El líder me preguntó: «¿Qué hago?». Le había dado el pésame y había sufragado su vuelo de regreso a casa para iniciar los preparativos, pero a pesar de ello, confesó que una situación tan trágica le hacía sentir impotente y débil. Le recordé que cuando nos sentimos débiles, el Señor promete ser nuestra fortaleza. También le dije que, en tiempos de tragedia, a menudo no es lo que decimos lo que Dios usa, sino simplemente nuestra presencia. A medida que hablaba, me di cuenta de que todo el dolor por el que había atravesado me había ayudado a apoyar a este líder en esta tremenda prueba.
Existen retos a la hora de ser capellán cristiano en sitios donde se reconocen todas las creencias religiosas. Recuerdo un momento en particular, cuando estaba recibiendo capacitación en el hospital, en el que el director del programa insistió en que no se podía usar el nombre de Jesús para cerrar una oración sin el consentimiento del paciente. Luché con este concepto, incluso preguntándome si esta limitación era Dios diciéndome que no sirviera en este tipo de ministerio. Más tarde ese mismo día, estaba haciendo mis rondas en la planta que me habían asignado en la unidad de parálisis, que atiende a pacientes con lesiones que afectan a su capacidad para caminar. Entré en la habitación de un paciente varón, saludándole con un simple: «Hola, señor, ¿cómo está?». Con voz extremadamente alta y animada, el paciente respondió: «¡Ahí está!». Supuse que no era bienvenida, le respondí: «Lo siento, señor, no estoy segura si le entendí. ¿Quiere que vuelva en otro momento?». A lo que respondió: «¿Cómo puede irse ahora? Usted acaba de traer aquí al Espíritu Santo».
Estaba sorprendida; lo único que había dicho era un saludo. No había orado ni hablado de Dios. Este hombre ni siquiera había visto mi insignia de capellán cuando hizo esta declaración. En ese momento vi el poder de la presencia de Dios en mi vida. Pude ver que cuando apoyo y sirvo a pacientes o empleados en espacios seculares, Jesús va conmigo, mencione o no su nombre. Dios puede usarme y me usará en este papel de capellán, y estoy agradecida por la oportunidad de servirle en el mercado.
Para aquellos que sientan el llamado a servir como capellán o que simplemente quieran aprender más, Marketplace Chaplains (Capellanes de Mercado) a menudo busca hombres y mujeres que sientan el llamado de Dios a impactar su comunidad fuera de su iglesia. Visite este sitio web para buscar trabajo y aprender más sobre esta increíble manera de transformar vidas: www.mchapcares.com
Sobre la autora
Kwabea Francis
Kwabea Francis sirve como directora ejecutiva de operaciones con Marketplace Chaplains (Capellanes de Mercado) y es ministra ordenada de la Biblia Abierta. Su corazón es compartir el amor y el propósito de Dios con aquellos a quienes sirve como capellán, predicadora y maestra de la Palabra de Dios. Ella asiste a Living Word Open Bible Church en Cooper City, Florida. Kwabea obtuvo su Maestría en Divinidad en el Seminario Teológico de Asbury y es graduada de la Universidad de Florida. Ella y su esposo tienen cinco hijos y tres nietos.
Spanish
Cinco medidas para subsanar el déficit de mujeres en el liderazgo ministerial
Published
3 days agoon
December 20, 2024By
Julie ColeLa Biblia Abierta tiene una herencia rica de mujeres líderes en el ministerio. Nuestra denominación nació en avivamiento y se formó por la unión de dos movimientos que surgieron de otras denominaciones fundadas y dirigidas por mujeres (Florence Crawford y Aimee Semple McPherson). La postura de la Biblia Abierta en cuanto al liderazgo de las mujeres en el ministerio lo celebra a todos los niveles. Sin embargo, a pesar de esta rica historia y la bendición actual para las mujeres en el liderazgo ministerial, todavía es raro encontrar mujeres en ciertos cargos ministeriales dentro de nuestras iglesias. Existen múltiples razones para esto, pero aquí hay cinco medidas a considerar al abordar este tema.
1. Analice sus propios prejuicios.
La mayoría de las veces, no se elige a mujeres para altos cargos de liderazgo porque «no se ha hecho antes». La tradición puede ser una fuerza poderosa, pero a veces impide que se produzcan cambios importantes. Pregúntese cómo se sentiría si una mujer fuera elegida como pastor principal de su iglesia. Lo más probable es que le resulte incómodo. Que sea incómodo no siempre significa que esté mal. Por lo general, significa simplemente que es diferente. Esta incomodidad es a menudo temporal, y la disposición a aceptarla puede crear nuevas oportunidades para que las mujeres lideren. Cuando se abra una posición de liderazgo ministerial, permítase considerar tanto a mujeres como a hombres como candidatos para el puesto.
2. Estudie lo que dicen las Escrituras sobre las mujeres que ejercen liderazgo.
El Antiguo y el Nuevo Testamentos están llenos de mujeres que desempeñaron funciones importantes de liderazgo a todos los niveles. Observe la influencia y el nivel de autoridad que se les concedió. Estudie los «pasajes problemáticos» de las Escrituras (por ejemplo, 1 Corintios 14:34 y 1 Timoteo 2:12), que parecen limitar la enseñanza y la palabra de las mujeres. Algunos eruditos y comentarios de renombre muestran cómo estos pasajes estaban destinados a abordar problemas específicos con los que la iglesia primitiva tuvo que lidiar, en lugar de convertirse en una regla general que limitara a las mujeres en el liderazgo. Si usted es un líder de la iglesia, comunique claramente la posición de su iglesia sobre las mujeres en el liderazgo ministerial. Con demasiada frecuencia este tema se ignora, manteniendo el statu quo.
3. Abogue por las mujeres que ejercen liderazgo.
Anime a las mujeres, jóvenes y mayores, que tienen el don de liderar. Oriéntelas. Contrátelas. Es una bendición cuando una mujer anima desinteresadamente a otra en la labor de su liderazgo; con demasiada frecuencia, existe la tentación de criticar duramente o estar celosa, lo que lleva a vacilar a la hora de asumir el liderazgo. Es muy significativo que un líder hombre aliente y deje espacio para que una mujer lidere. Es muy importante dar a las mujeres las mismas oportunidades que se darían a los hombres que están aprendiendo a dirigir. Resulta muy raro que a una mujer joven se le conceda tiempo en la plataforma u otras responsabilidades públicas, mientras que esas oportunidades se dan a los hombres que se están formando. Intente ser igualitario siempre que pueda. De lugar a la inexperiencia y dé repetidas oportunidades de aprender y crecer.
4. Predique acerca de mujeres que fueron fuertes líderes en la Biblia.
Las Escrituras están llenas de mujeres que ejercieron liderazgo como Miriam, Ana, Ester, Débora, María y Priscila. Destacar sus vidas muestra cómo los dones de liderazgo de Dios son dados tanto a hombres como a mujeres. Esto anima a las mujeres líderes y les ofrece modelos bíblicos.
5. Fomente una cultura de liderazgo compartido.
Muchas veces, la iglesia escucha la mayor parte del tiempo la voz de un solo pastor. Compartir regularmente el púlpito crea un espacio donde los líderes en formación pueden experimentar el ministerio público. Al permitir que prediquen tanto hombres como mujeres, la congregación se acostumbra al liderazgo masculino y femenino, creando un equipo de jugadores que puedan ser entrenados para ayudar en todos los niveles de liderazgo de la iglesia. De este modo se evita que la iglesia idolatre o drene a un solo líder y permite que se puedan compartir los dones de más personas.
La Iglesia, la Esposa de Cristo, es más eficaz cuando hombres y mujeres trabajan en el liderazgo hombro a hombro. Cuando se ignoran o se limitan las voces y los dones de liderazgo de las mujeres, se silencia a la mitad de la Iglesia. No obstante, cuando hombres y mujeres comparten de manera desinteresada el liderazgo y la influencia, el reino de Dios avanza poderosamente. Este compartir del liderazgo altruista refleja la naturaleza de Dios de manera más plena, creando un espacio donde el Espíritu Santo puede venir y moverse poderosamente.
Recursos adicionales:
- Manual de la Biblia Abierta – Declaraciones oficiales 7.6: El papel de la mujer en el ministerio y el liderazgo (p. 91-92)
- Webinar de la Biblia Abierta: Mujeres en el liderazgo ministerial: Respuesta al llamado de Dios. (Disponible solo en inglés)
- Un libro de ayuda sobre la teología bíblica de las mujeres en el liderazgo ministerial: God’s Women Then and Now por Deborah M. Gill y Barbara Cavaness. (Disponible solo en inglés)
About the Author
Julie Cole
Julie Cole es Directora Asociada de Formación Espiritual y del Cuidado del Alma en The King’s University en Southlake, Texas. Es licenciada en terapia matrimonial y familiar, directora espiritual y ministra ordenada. Julie desea inspirar a la gente a escuchar la voz de Dios y ver Su mano en las experiencias grandes y pequeñas de la vida. Julie y su esposo, David, viven en Fort Worth, Texas, y tienen cuatro hijos y ocho nietos con dos más en camino en 2025.