Spanish
El panorama de la educación
Published
2 years agoon
Por Brian Ehlers
En el 2020, un año que muchos quisiéramos mantenerlo en el pasado, mi esposa, Darcy, y yo tuvimos una experiencia que nos obligó a hacer algunas decisiones que cambiaron nuestra vida. Cuando el año escolar 2020-2021 estaba a punto de empezar, nosotros, junto con muchos padres, comenzamos la rutina de asistir a las reuniones de la junta directiva escolar. Debo confesar que durante todos los años de primaria de nuestras hijas gemelas hasta el 2020, nunca habíamos escuchado o asistido a una reunión de la junta directiva escolar. Ni siquiera habíamos votado en una elección de la junta. Suponíamos que todo iba bien. Nuestra experiencia con los maestros y los administradores había sido positiva, así que asumimos que todo debía estar bien.
Pero ahora, con COVID, la junta directiva escolar estaba tomando decisiones acerca de si nuestros hijos iban a asistir a la escuela a diario, en un horario híbrido (un día sí, otro día no) o se quedarían en casa para estudiar a través de una escuela virtual, así que estábamos atentos. Pero ¡vaya! Nos esperaba un desagradable descubrimiento. No podíamos creer el nivel de política envuelta en la junta directiva escolar local. Habíamos pensado, erróneamente, que estábamos enviando a nuestras más preciosas bendiciones a la escuela para que leyeran, escribieran y aprendieran aritmética. En cambio, nos encontramos con una agenda que iba mucho más allá de eso.
En primer lugar, descubrimos que nuestra junta escolar era hostil a nuestro gobierno estatal, debido obviamente a diferencias políticas sobre cómo manejar la pandemia. Más inquietante aún fue la noche en que la junta directiva escolar aprobó una resolución que no sólo apoyaba a un grupo de carácter político, sino que también aprobaba las protestas de los estudiantes durante el horario escolar. ¡Qué sorpresa! Nuestra comunidad es diversa, pero las decisiones de la junta directiva escolar no reflejaban esa diversidad.
Por desgracia, muchos de nosotros los cristianos hemos estado «ausentes sin autorización» cuando se trata de nuestras juntas directivas escolares locales. Hemos entregado el liderazgo de nuestras escuelas a aquellos que se adhieren a una cosmovisión impía. Al hablar con otras personas, me di cuenta de que esa realidad no es exclusiva de nuestro distrito escolar. Muchas juntas directivas escolares están instituyendo políticas que están adoctrinando a los niños con conceptos contrarios a las creencias cristianas.
Debido a nuestras preocupaciones, Darcy y yo comenzamos a investigar y orar sobre la educación de nuestras hijas. Debido a que en el año 2022 pasarían a la escuela intermedia, creímos que era el momento de reconsiderar la situación. A principios del año 2022, cuando la junta directiva escolar local votó a favor de permitir a los niños biológicos usar los baños y vestidores de las niñas biológicas y viceversa, reforzó mi decisión de orar hasta encontrar la opción correcta para nuestras hijas. Ha sido un poco complicado porque la mayoría de las escuelas privadas no tienen los recursos para satisfacer las necesidades específicas de nuestros hijos.
Después de encontrarnos con muchas puertas cerradas, hemos podido matricularlas en una escuela cristiana a una hora de Des Moines, y estamos emocionados una vez más por su educación. Nuestra casa está en venta, y estamos planeando mudarnos más cerca de la escuela y confiando en Dios con los detalles. En vista de nuestra experiencia en relación con el estado de las escuelas públicas, propongo a los cristianos los tres siguientes consejos:
- Involúcrese estando informado. No importa en qué etapa de la vida se encuentre o si tiene hijos en escuelas públicas o no, manténgase informado sobre su distrito escolar local. Siga las noticias sobre el distrito. Visite el sitio web del distrito escolar y lea las actas de las reuniones de la junta directiva sobre los temas que le interesan. Escuche las reuniones del consejo escolar; a menudo son transmitidas. Nuestra próxima generación está en juego. Puede que usted sea como yo, ignorante de lo que ocurre en los distritos escolares, pero los cristianos no pueden darse el lujo de estar dormidos.
- Actúe. El conocimiento conlleva la responsabilidad de actuar de acuerdo con dicho conocimiento. Podemos informarnos sobre los candidatos a la junta directiva escolar y apoyar a aquellos cuya perspectiva incluya una cosmovisión cristiana. El apoyo puede incluir ser voluntario para el candidato, hacer contribuciones, y colocar carteles en el jardín. Esté disponible al llamado de Dios para convertirse en un candidato a la junta directiva escolar. Por supuesto, votar en las elecciones de la junta escolar y animar a otros a votar es una de las cosas más importantes que podemos hacer.Demuestre su apoyo a la cosmovisión cristiana asistiendo a las reuniones de la junta directiva escolar y debatiendo sobre temas críticos para el bienestar de nuestra próxima generación. El pensamiento humanista prevalecerá si los representantes de Dios permanecen en silencio. Ya sea que tenga hijos o no, usted vive en el distrito, paga los impuestos del distrito escolar y tiene la oportunidad de expresar su opinión.
- Ore acerca de sus opciones. Gracias a Dios tenemos diferentes opciones para la educación de nuestros hijos. Los padres necesitan orar sobre cuál es la mejor opción para sus hijos. Ninguna situación familiar es igual, así que necesitamos dejar que Dios nos dirija en lo que Él quiere que hagamos. Luego, necesitamos recordar que otras familias también están orando por sus opciones. No debemos avergonzar a los demás por una decisión por la que han orado. La elección de Dios para mi familia puede no ser la misma que la elección de Dios para la suya. Aquí hay algunas opciones para la educación:
- Educación en casa. La educación en casa ha avanzado mucho. El alumno ya no está relegado a sentarse solo frente al computador. Muchas comunidades ofrecen asociaciones de educación en casa y otros medios para que los niños interactúen con otros estudiantes. Si su comunidad no tiene una, ¡cree una!Educación híbrida. La educación híbrida cuenta con el apoyo de escuelas públicas o privadas. Los alumnos tienen la opción de asistir a algunas clases en colegios tradicionales y otras en casa. A muchos padres les gusta esta opción porque permite a sus alumnos cursar asignaturas como música o teatro. Algunas opciones híbridas incluyen un colegio privado que complementa todas las asignaturas dos o tres días a la semana.
- Educación híbrida. La educación híbrida cuenta con el apoyo de escuelas públicas o privadas. Los alumnos tienen la opción de asistir a algunas clases en colegios tradicionales y otras en casa. A muchos padres les gusta esta opción porque permite a sus alumnos cursar asignaturas como música o teatro. Algunas opciones híbridas incluyen un colegio privado que complementa todas las asignaturas dos o tres días a la semana.
- Escuelas privadas. Las escuelas privadas suelen ser de propiedad privada y se financian sin la ayuda de los gobiernos locales, estatales o federales.
- Escuelas públicas. Las escuelas públicas son administradas y financiadas por el gobierno estatal o nacional.
- Educación concertada. Una escuela concertada es una escuela opcional gratuita, financiada con fondos públicos pero administrada de forma independiente. A cambio de las exenciones de muchas de las leyes y reglamentos estatales que rigen las escuelas públicas tradicionales, las escuelas concertadas están obligadas a cumplir los términos de un contrato, o documento legal, que establece la misión de la escuela, los objetivos académicos, las directrices fiscales y los requerimientos de responsabilidad. Por otra parte, en el contrato de una escuela concertada hay una entidad que la autoriza, como un organismo estatal, una universidad o un distrito escolar, y que tiene el poder de cerrar una escuela que no cumpla con los términos de sus contratos.
Recuerde: ¡Dios está en control! Él es fiel. Es increíble que Dios ama a nuestros hijos mucho más que nosotros mismos. Ya sea que usted sea una madre que entrega todo para educar a sus hijos en casa, una familia que hace sacrificios para pagar una escuela privada o un padre soltero que siente que la escuela pública es su única opción, recuerde que Dios es el protector, el proveedor y el ayudador siempre presente a favor de sus hijos. Él le dará la sabiduría que necesita, la orientación que busca y el amor que se requiere para apoyar a sus hijos. Él no los abandonará. Confíe en Él y le ayudará fielmente a navegar por el panorama actual de la educación.
Sombre el Autor
Brian Ehlers y su esposa, Darcy, llevan 23 años casados. Tienen dos hijas gemelas de doce años, Hannah y Abigail. Brian trabajó en la industria de fondos mutuos de inversión hasta que Dios lo llamó al ministerio vocacional sirviendo como asistente ejecutivo en la Biblia Abierta del Este, luego como pastor principal de una iglesia local, después como asistente y director de plantación de iglesias en la Región Este. Ahora es el secretario/tesorero de Iglesias de la Biblia Abierta.
Spanish
Una nueva creación para siempre: Cómo Dios me condujo de las raíces de refugiada a una vida de misión
Published
1 month agoon
December 20, 2024En 1975, la diáspora de los refugiados de Tai Dam a Des Moines, Iowa, impulsó una primera generación de estadounidenses de Tai Dam que se adaptaron a nuevas formas de vida, combinaron la lengua y la cultura y aprovecharon las numerosas oportunidades que ofrecía Estados Unidos. Yo formé parte de esa primera generación. A los tres años de que mis padres se establecieran en Iowa, nací y me convertí en la primera de mi familia en obtener una educación en los Estados Unidos y en asistir a una iglesia. Tuvimos la bendición de contar con patrocinadores cristianos que nos ayudaron en la transición de nuestra patria a Estados Unidos.
Nuestros patrocinadores nos llevaban todos los domingos a mí, a mi hermana y a varios de mis primos al servicio de la Primera Iglesia de la Biblia Abierta. Una de las muchas personas importantes en mi vida fue Naomi Young, quien me regaló mi primera Biblia. Gracias a la fidelidad de Naomi y de otras personas de la iglesia, cuando me hablaron de un hombre llamado Jesús que murió en la cruz por mí, sembraron en mi corazón semillas de fe. Sentí curiosidad, pero no entendí y en aquel momento no lo acepté en mi vida. La asistencia a la iglesia duró poco, pues dejé de ir cuando tenía ocho años. Las semillas que fueron plantadas en mí no pudieron crecer porque nunca fueron cultivadas en mi hogar con la Verdad. Mis padres y mi abuela creían y practicaban el animismo y el culto ancestral, que consiste en venerar y honrar a los muertos. La confusión se apoderó de mi mente, y cesó mi deseo de asistir a la iglesia. Aunque dejé de lado todo lo que me enseñaron en la escuela dominical, siempre guardé mi Biblia en un lugar especial debajo de la almohada porque había algo en mi corazón que no me permitía desecharla.
Cuando tenía veintidós años, mi primo me llevó a un templo budista para que me leyeran la suerte. Allí, sentados frente a mí, se encontraban tres monjes. Uno de ellos abrió su cuaderno, escribió en él y me leyó la historia de mi infancia, mi vida presente y mi vida futura hasta el momento en que cumpliera treinta años. Luego cerró su cuaderno y me dijo: «He terminado». Cuando le pregunté: «¿Por qué?», sólo me respondió: «Ya no puedo leerte más». La misma semana fui a un cartomántico y me leyó la suerte. De nuevo, leyó mi infancia, mi vida presente y hasta la edad en que cumpliría treinta años, y luego se detuvo. Le dije: «Es usted la segunda persona que no puede leerme más allá de los treinta; dígame: ¿moriré?». Recogió rápidamente sus cartas y se limitó a decir: «No puedo decírselo».
A lo largo de mi vida adulta, en mis veinte años, mantuve una relación malsana y abusiva, que me condujo a la adicción del alcohol. Cuando tenía veintiséis años, quedé embarazada y tuve a mi hija, Kaylee, el 31 de enero de 2005. Yo no lo sabía, pero Dios ya estaba trabajando en mi vida; Él me estaba moldeando y recordándome quién era Él a través de los momentos más oscuros de mi vida. Más o menos por esa época, me encontré con una amiga de la infancia que trabajaba como cajera en Hy-Vee; ella me decía: «Soukham, Dios es tan bueno». A pesar de que me resistía, sus palabras resonaban en mi corazón. Poco después, me encontré asistiendo a su funeral. El servicio religioso incluía adoración y alabanza. Estaba confusa, pero una parte de mí tenía el deseo de saber más sobre el Dios que decían que era tan bueno y cómo, a través de Él, no habría más dolor ni sufrimiento. Cuando salí del funeral, el Señor continuó revelándose a mí vida a través de encuentros divinos. En julio de 2008, acepté un empleo en Nationwide Insurance, donde me reencontré con una amiga de antaño de la escuela secundaria. Ella me invitó a una comida de Acción de Gracias en su iglesia, y poco después comenzó mi caminar con el Señor.
Tenía treinta años cuando acepté a Jesucristo como mi Señor y Salvador. El versículo que permanecerá para siempre conmigo es 2 Corintios 5:17: «Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!» (NVI).
Ahora entiendo por qué el monje budista y el cartomántico no pudieron leer mi vida más allá de los treinta años. A esa edad, me convertí en una nueva creación gracias a Jesucristo, ¡y el enemigo ya no tenía poder sobre mí! Jesús continuó bendiciéndonos a mí y a mi hija. En medio de mi dolor y de mis luchas, Dios trajo a un hombre a mi vida, mi esposo Othone (Pong), quien se convirtió en padre de Kaylee. Contrajimos matrimonio el 15 de septiembre de 2010. El Señor nos bendijo con dos hijos más, Isaac y Silas. En 2017, el Señor nos llamó a servir en Iowa en la iglesia Kingdom Life Church (ahora Kingdom City Church).
En noviembre de 2021, el Señor puso en el corazón de Pong el sueño de crear una fundación benéfica para atender las necesidades de las comunidades vulnerables del sureste de Asia. La visión de la fundación estaría centrada en Cristo: formar y equipar a futuros discípulos, proporcionándoles recursos sostenibles y capacitándoles para avanzar más allá de su situación actual. Mediante la oración continua y la guía del Señor, la fundación nació en abril de 2023 y se nombró oficialmente «Naciones en Necesidad» (Nations in Need, NIN por sus siglas inglés). Hace poco, en 2023 y 2024, el Señor llevó a Pong, Kaylee, y tres de nuestros hermanos, Ap, Peng, y Bay, en viajes al sureste de Asia donde establecieron relaciones, sirvieron a las comunidades, ministraron a la gente, y proclamaron las Buenas Nuevas acerca de Jesucristo. Hoy en día, NIN se ha expandido a múltiples comunidades del sureste de Asia. Por medio del trabajo de un futuro centro en el sureste de Asia, expandiremos la misión de NIN e iremos a donde el Señor nos guíe.
Durante toda mi vida Dios me ha guiado, incluso cuando yo no lo sabía. Desde la niña Tai Dam que nació en Estados Unidos y conoció a Jesús en una iglesia de Iowa, hasta la mujer que ahora lleva la esperanza de Cristo al sureste de Asia, la mano de Dios ha estado en cada capítulo de mi historia. Ya sea que el próximo capítulo sea en Estados Unidos, en el sureste de Asia o en cualquier otro lugar, como Su nueva creación para siempre, seguiré a Cristo.
Sobre la autora
Soukham Khanthavixay
Soukham Khanthavixay y su esposo, Pong, son miembros activos de la iglesia Kingdom City Church de Des Moines, Iowa. Viven en Pleasant Hill (Iowa) con sus tres hijos y dos perros. Soukham es enfermera titulada, trabaja en un hospital local del condado y también para «Naciones en Necesidad» (Nations in Need, NIN por sus siglas inglés), el ministerio que fundó su esposo. Su familia y el equipo del ministerio trabajan juntos para ampliar la misión de NIN y difundir el Evangelio. Para saber más sobre «Naciones en Necesidad» (Nations in Need), síguelos en Facebook o Instagram: @nationsinneed.
Spanish
En defensa de las mujeres en el ministerio
Published
1 month agoon
December 20, 2024By
Hannah BemisA finales de 2024, mi familia celebró un gran acontecimiento: El cumpleaños de mi abuela política, Mardell LeLaCheur (conocida como «Mimi» por todos sus nietos y bisnietos), cumplía 90 años. Su fiesta, al igual que sus redes sociales, estaban llenas de personas que representaban su legado: Amigos del seminario bíblico, pastores de la Biblia Abierta con los que había trabajado y miembros de la iglesia a los que había servido durante décadas de su ministerio, amigos a los que se ha hecho cercana durante su jubilación y, por supuesto, los hijos, nietos y bisnietos que la aprecian. Ella, como tantas otras mujeres en el ministerio, ha vivido una vida enriquecedora, plenamente comprometida con su vocación de matriarca y de pastora.
Ser una mujer llamada al liderazgo eclesial conlleva muchos desafíos, y en algunas etapas de mi vida he debatido y me he quejado contra estos retos. Hoy, al reflexionar sobre mi propia experiencia y la de mis hermanas y madres en el Cuerpo de Cristo, encuentro descanso en la gratitud. Como mujeres, podemos realizar muchas cosas, y muy buenas: Formamos discípulos tanto en el mundo como cuando criamos a nuestros hijos (biológicos y/o espirituales). Colaboramos con Dios cuando intercedemos, aconsejamos a los quebrantados de corazón, conducimos a la gente a Jesús y predicamos el Evangelio en nuestros hogares, nuestras iglesias y en todo el mundo. Y, si además ¿tenemos que luchar para caminar en la plenitud de nuestros llamados? Tal vez, eso sea incluso una bendición, ya que nuestra lucha hace que cada paso dado merezca ser celebrado, transformando nuestro camino en tierra santa.
La Biblia Abierta tiene una historia increíble de mujeres que han servido y liderado en nuestro movimiento, tanto en Estados Unidos como en el extranjero. Este respaldo a las mujeres en el ministerio refleja el que encontramos tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamentos, así como en los inicios del movimiento pentecostal. Vemos la evidencia del llamado de Dios en las vidas de mujeres santas como Mardell LeLaCheur y Ruth Bryan, en las que ministran en el mundo de los negocios como Kwabea Francis, y en aquellas que están expandiendo el Reino de Dios en el extranjero como Soukham Khanthavixay. Este número de El Mensaje de la Biblia Abierta incluye las historias de muchas de estas mujeres increíbles, así como recursos para abordar la falta de mujeres en el liderazgo ministerial aún presente en muchas de nuestras iglesias.
Si le preguntan a Nora, mi hija de doce años, qué quiere ser cuando sea mayor, responderá de dos maneras. Dependiendo del día, te dirá que quiere ser pastora o astronauta (un amigo ha creado un nuevo término para su futura carrera: «Pastronauta»). Estoy muy agradecida de que Nora forme parte de una iglesia y un movimiento que la ayudarán a volar, en forma independiente de la carrera que elija. Como dice la declaración oficial en el manual de la Biblia Abierta sobre las mujeres en el ministerio y el liderazgo: «Hemos sido bendecidos por el ministerio y el liderazgo de las mujeres, y estamos comprometidos a honrar y luchar por estas mujeres» (p. 92). Continuemos defendiendo y abriendo puertas a mujeres y hombres por igual mientras trabajamos hombro a hombro para llevar a Jesús al mundo.
Sobre la autora
Hannah Bemis
Hannah Bemis en la actualidad trabaja como editora y directora de El Mensaje de la Biblia Abierta. Siempre quiso hacer muchísimas cosas cuando fuera mayor, y Dios le ha permitido realizar la mayoría de ellas en diferentes etapas de su vida. Después de dedicarse a la crianza de los hijos, la enseñanza, la escritura y el trabajo pastoral, la aventura más reciente de Hannah y de su esposo Jordan ha sido la plantación de la iglesia College Street Church en Newberg, Oregón. Su pasión, además de Jesús y de todos sus seres queridos, la dedica en forma proporcional a la pizza y al chocolate negro.
Spanish
Una carrera bien corrida: La vida y la fe de Ruth Ellen Bryan
Published
1 month agoon
December 20, 2024Un rayo cayó sobre el granero y éste ardió en llamas. Zell, cuyo nombre completo es John Lazelle Musgrove, miró a su hija Ruth Ellen y le aseguró que todo iba a salir bien. «Dios cuidará de nosotros», dijo.
Ruth nació en una amplia granja del condado de Putnam, Missouri. Su infancia se vio interrumpida por la muerte de su madre cuando sólo tenía doce años, lo que hizo que su padre tuviera que criarla. Zell era un profesor muy respetado, un hombre gentil y amable con un seco sentido del humor. Ruth creció en un hogar donde su padre tenía devocionales diarios. Él le inculcó el amor por la Palabra de Dios, que produce confianza y fortaleza en el cuidado y la provisión de Dios. Isaías 30:15 dice: «En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza.» (RVR1960), y estas cualidades se reflejaron en el comportamiento y la perspectiva de Ruth a lo largo de su vida.
Después de graduarse de la escuela secundaria, Ruth trabajó como auxiliar de enfermería durante un par de años antes de asistir a Open Bible College (Seminario de la Biblia Abierta) en Des Moines, Iowa. Un verano durante sus estudios, Ruth tuvo la oportunidad de ir a Kentucky a dar clases de Biblia. Pero tenía un solo problema, no tenía los medios para viajar. Un compañero de clase, Don Bryan, también tuvo la oportunidad de ministrar en Kentucky… ¡y él tenía un automóvil! Una vez más, Ruth vio el cuidado de Dios por ella; Él proveyó un camino. Poco sabía que el viaje a Kentucky sería el comienzo de una relación que llevaría a un matrimonio que duraría setenta y un años.
Después de que Don y Ruth contrajeran matrimonio, pastorearon una iglesia en Grimes, Iowa, pero Ruth sintió el llamado al campo misionero, específicamente a la India. Don pensó que si se convertía en misionero querría ir a Sudamérica. Una vez más, Dios se ocupó de Ruth. Terminaron sirviendo trece años en la isla de Trinidad. La isla tenía una gran población de indios orientales y estaba a sólo diez millas de la costa de Venezuela, Sudamérica. En los primeros años en Trinidad, Ruth tocaba el piano y formaba parte de un ministerio de oración semanal llamado «Mountain Movers» (Movedores de Montañas), donde se oraba por los enfermos. Durante diez años dio clases semanales para los nuevos creyentes, destinadas a prepararlos para el bautismo en agua y para ser miembros de la Iglesia. También enseñó en la escuela bíblica.
La vida de Ruth siempre giró alrededor de Jesús y de su familia. Una de sus principales prioridades era cuidar de sus seis hijos (de los que yo soy una). Cinco de los seis nacimos en el campo misionero, y viajar era una parte importante de nuestras vidas. En una ocasión, de camino a Trinidad nuestro avión permaneció en Miami debido a la llegada de un huracán. Cuando nos registramos en el hotel, mamá nos reunió a su alrededor y nos aseguró que todo estaría bien. Esta es una de las muchas veces en que la fe de mamá quedó impresa en la vida de sus hijos.
Una vez, cuando nuestro padre estaba reparando un neumático pinchado a un lado de la carretera, mamá nos dijo que nos alejáramos lo más posible de la pista. En pocos minutos se produjo un gran accidente justo delante de nosotros, pero nadie resultó herido gracias a sus advertencias. Cuando llegamos a la edad adulta, mamá nos llamaba con frecuencia a uno de nosotros en el momento perfecto, para preguntar qué tal estábamos sin saber el desafío que ese día la vida nos había deparado. Papá la llamaba su «Sra. que sobrepasa a los rubíes», comparándola con la mujer de Proverbios 31: «Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada» (vers. 28, RVR1960).
Los Bryan regresaron a Estados Unidos en el año 1969 para participar en el ministerio del Eugene Bible College, ahora llamado New Hope Christian College. Al igual que su padre, Ruth fue una profesora muy querida y respetada. No sólo enseñaba en el Seminario Bíblico, sino que también hablaba en grupos de mujeres y en conferencias. Más tarde, enseñó una clase semanal de Biblia en la iglesia Calvary Open Bible en Springfield, Oregon. Ruth era conocida por compartir con sus estudiantes historias que mostraban el amor y el cuidado de Dios en su vida. Ellos todavía dan testimonio del impacto perdurable que sus enseñanzas tuvieron en sus propias vidas.
Durante toda su vida, Ruth amó correr y la emoción de participar en una buena carrera; corrió en la escuela secundaria y ganó a menudo. Al principio de su matrimonio, ella y su esposo Don estaban llevando un automóvil a un amigo cuando decidieron hacer una carrera (Ruth ganó). En otra ocasión, en el campo misionero, retó a las otras esposas de misioneros a una carrera a pie en la playa (volvió a ganar). Hace poco, cuando la visitaba, mamá me dijo: «Sabes, todavía puedo correr». En ese momento, mamá tenía noventa y tres años, pero seguía corriendo su carrera, viviendo como nos amonesta Hebreos 12:1-2: «Y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, el precursor y consumador de la fe». (NVI).
El jueves 21 de noviembre de 2024, Ruth corrió directamente a los brazos de Jesús, terminando por fin la carrera que tan bien había corrido. Su vida impactó a miles de personas al compartir el Evangelio, modeló fe y compasión y proporcionó cuidado a los necesitados.
Ciertamente ella sobrepasaba con creces a los rubíes, y sus hijos la llamaban bienaventurada.
Sobre la autora
Brenda R. Stewart
Brenda R. Stewart trabaja como asistente legal/paralegal en un bufete de abogados de Springfield, Oregón. Antes de su empleo actual, trabajó para la administración del Seguro Social durante treinta y un años, terminando su tiempo allí como Gerente Asistente de Distrito de la oficina del centro de Portland, Oregón. Brenda estuvo casada con John M. Stewart durante treinta y nueve años. Ha sido hija de misioneros, hija de predicador y esposa de pastor. Le gusta viajar, pintar con acuarelas, es una ávida lectora y es común encontrarla paseando por los parques locales. A medida que se adapta a la vida como reciente viuda, espera que aquel cuyo nombre es: «Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.» (Isaías 9:6, RVR1960), la guíe en este capítulo de su vida.