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¡No morí!
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3 years agoon
Por David Ridgway
Era un viernes, a un poco más de una semana antes de la Navidad, cuando me di cuenta de que no me sentía bien. Mi esposa, Rose, y yo teníamos previsto organizar una fiesta de Navidad para su familia esa noche. Como no quería exponer a nadie al COVID, me sugirió que me hiciera la prueba en un lugar cercano que ofrecía pruebas gratuitas. Después de unos cuarenta minutos, los resultados dieron negativos, así que supuse que sólo tenía un resfriado o una gripe. Esa noche me quedé en nuestro cuarto para no exponer a nadie a lo que fuera que tuviera. (Resultó ser COVID, y seis personas se contagiaron. Gracias a Dios, ninguna se enfermó de gravedad y todas se recuperaron).
El sábado estuve todo el día tosiendo, en cama. El domingo me quedé en casa sin ir a la iglesia, yo nunca falto. Tengo mi propio negocio de control de plagas y el lunes tenía que hacer un trabajo importante que no podía esperar. Intenté salir de la casa, pero no podía caminar tres o cuatro pies sin respirar con dificultad. Tuve que volver a casa, totalmente agotado. Rose me llevó inmediatamente al hospital, el MercyOne West de la zona oeste de Des Moines, un suburbio de Des Moines, Iowa. Allí di positivo en la prueba de COVID. Me dijeron que estaba deshidratado y que mi presión arterial se había desplomado. Me pusieron una vía intravenosa y consiguieron que mi presión arterial volviera a un nivel aceptable y el martes por la mañana me enviaron a casa, diciéndome que descansara.
Seguí empeorando. El miércoles tenía dificultades para respirar, así que Rose me llevó de nuevo al hospital y me ingresaron. Pensé: «Estoy en el hospital. Me cuidarán y me pondré mejor».
En lugar de eso, fui decayendo rápidamente. Aunque me aumentaban el nivel de oxígeno, tenía problemas para respirar. Había llegado a los 75 litros, pero mi flujo sanguíneo absorbía cada vez menos. Estaba empezando a perder el conocimiento, sin darme cuenta de lo que ocurría a mi alrededor. Como Rose también había dado positivo en la prueba de COVID, no podía visitarme.
En Navidad estaba muy mal. Mi madre vino a verme. En ese momento estaba 99% seguro de que iba a morir. En mi mente podía ver un pasillo en la esquina, y sabía que era la puerta de la muerte. Me acercaba cada vez más a ese pasillo. Sabía que si llegaba a ese pasillo, habría muerto. Pasaría de esta vida a la siguiente.
Pensé: «No puedo controlar esto; no puedo detenerlo. Tengo 50 años y todavía tengo muchas cosas que hacer. Tengo muchas responsabilidades: mi casa, mi negocio, mi familia y el ministerio de la iglesia. Esto está sucediendo realmente»
Pensé: «No puedo controlar esto; no puedo detenerlo. Tengo 50 años y todavía tengo muchas cosas que hacer. Tengo muchas responsabilidades: mi casa, mi negocio, mi familia y el ministerio de la iglesia. Esto está sucediendo realmente»
En Navidad, el médico llamó a mi esposa y trató de prepararla. Le dijo: «Dave tiene el peor tipo de COVID. Además, neumonía y una infección respiratoria. Tiene un camino difícil por delante y probablemente no sobrevivirá». A media noche, decidieron trasladarme al hospital principal del centro.
Aunque la mañana siguiente era un domingo, nuestra iglesia, Iglesia Journey de la Biblia Abierta en Urbandale, no celebraba el servicio para dar al personal tiempo libre con sus familias por las vacaciones. Rose había mantenido a nuestro pastor, Darrick Young, al tanto de mi condición y él avisaría al equipo de oración y a otros líderes. Tras recibir la alarmante noticia de mi estado, el pastor Darrick llamó al hospital para ver si podía visitarme. Sin dudarlo le dijeron: «Sí, es más que probable que deba venir».
Recuerdo haber oído su voz y ser consciente de que estaba orando por mí, pero no recuerdo mucho de la visita. Más tarde me dijo que yo estaba algo receptivo y que estuve de acuerdo con él en la oración.
Cuando la gente de la iglesia se enteró de mi estado, varios dejaron lo que estaban haciendo y se reunieron en la iglesia para orar. El pastor Darrick llamó a Rose a casa, la puso en el altavoz y oró con ella. Cuando una enfermera, que trabaja en el Mercy, mencionó que mi hija Natalie estaba conmigo en ese momento, Darrick llamó al teléfono de Natalie. Me puso en el altavoz y pude oír a la gente orar por mí. No lo recuerdo, pero más tarde me dijeron que no paraba de decir: «Aleluya». En esa reunión también organizaron una cadena de oración de 24 horas. Todavía me sorprende que la gente dejara lo que estaba haciendo durante un día festivo y se reuniera para orar por mí.
Dios me bendijo con el Dr. Wilcox, de quien me han dicho que es el mejor médico para tratar el COVID. Pero las noticias que le dio a Rose el lunes por la mañana no fueron buenas. Dijo: «Dave está en una espiral descendente. Si no lo ponemos en un ventilador en quince minutos, tiene cero posibilidades de sobrevivir. Sus órganos se apagarán».
Rose le dijo: «Tenemos cinco hijos. ¿Puedo decirles que lo llamen antes de hacer eso?»
Él respondió: «Claro, que llamen enseguida. Haré que la enfermera lo ponga en el altavoz».
Recuerdo vagamente haber oído sus voces. Ahora me doy cuenta de que se estaban despidiendo de mi.
Después, me sedaron, me paralizaron y me conectaron al ventilador. A pesar de lo horrible que había sido mi experiencia hasta ese momento, fue entonces cuando comenzaron las verdaderas pesadillas. No le deseo esa experiencia a nadie. A pesar de que estás en un coma inducido por drogas, tu mente sigue activa. Me dieron los alucinógenos más potentes para alterar la mente. Fue horrible.
En cuanto oí al médico decir: «Comenzemos», aparecieron figuras geométricas a mi alrededor, moviéndose y cambiando de forma. Me dieron náuseas. Luego empezaron a aparecer criaturas de la nada: ratas y animales y cosas horribles, tantas cosas que no puedo describir. Afortunadamente, mi mente ha borrado gran parte de ello. Me recordó a la época de la Biblia en la que Jesús estuvo ayunando durante cuarenta días y entonces Satanás le llevó y le mostró todos los reinos del mundo.
Sentí como si el Señor me tomara y me mostrara las naciones del mundo y lo malvado, lleno de pecado y perdido que está el hombre. Vi todos y cada uno de los tipos de pecado que hay: la mentira, el robo, la violación, el asesinato, el incesto y el genocidio. Vi toda la maldad y estaba en todos los países de todas las naciones del mundo, incluso hasta el reino animal. (El mal había invadido hasta la misma tierra. Vi que las montañas se hundían en el océano porque estaban corrompidas. Recordé que cuando Adán y Eva pecaron, Dios maldijo incluso la tierra.
Vi un mal común, y era la codicia. La gente hace mucho mal por dinero. Matan por dinero, propagan la pornografía, apuestan, roban y mienten. Pensé en el versículo que dice: «Pues el amor al dinero es la raíz de toda clase de mal» (1 Timoteo 6:10a, NLT).
Cuando te ponen el ventilador, te colocan en posición boca abajo sobre el estómago durante dieciséis horas y luego te voltean sobre la espalda durante las otras ocho. Cuando te voltean se necesitan de seis a ocho personas, es un gran problema. Tenía vías intravenosas, un brazalete para medir la presión arterial, un sensor de oxígeno, un catéter y todo tipo de tubos y cables, y tenían que asegurarse de que nada se pinchara ni se doblara. No querían ni siquiera una arruga en la sábana porque no querían crear puntos de presión en la cama que me causaran llagas.
Mi hija Natalie se asomaba de vez en cuando antes o después de su turno para ver cómo estaba, aunque yo no me daba cuenta. Una mañana entró por casualidad mientras me daban vuelta. Había visto el proceso de volteo cientos de veces, incluso había ayudado a hacerlo. Pero cuando vio que me lo hacían a mí, un cadáver prácticamente inerte, no pudo mirar. Tuvo que salir de la habitación.
El pastor Darrick organizó una reunión en mi casa el jueves por la noche para que la gente viniera a orar. Rose estaba en la casa con nuestros dos hijos menores que todavía viven en casa. Docenas de personas de al menos cuatro iglesias se unieron en oración colectiva en la casa. Acabo de ver el vídeo esta semana. Cuando pienso en toda la gente que oró por mí, me siento abrumado.
Eso fue el jueves por la noche. En forma sorprendente, a la mañana siguiente, el viernes, el médico llamó a Rose y le dijo: «Creo que le vamos a quitar el ventilador porque en general está mejorando». (Originalmente le habían dicho que estaría con el ventilador entre siete y catorce días; éste era el quinto día). Cuando me desconectaron del ventilador, recuperé la conciencia. Todavía tenia un poco de miedo porque aún no estaba fuera de peligro, ¡pero me estaba acercando al umbral!
El día de Año Nuevo, diez días después de mi ingreso en el hospital, Rose pudo venir a visitarme. Cuando me dijeron que iba a venir, no recordaba su aspecto. Luego, cuando entró, llevaba una bata, el pelo cubierto y una máscara facial, así que lo único que pude ver fueron sus ojos. Todavía no podía pensar en su aspecto. Pero cuando habló, todo me volvió a la mente.
Durante esos días oscuros, cuando las enfermeras venían a tomarme los signos vitales, yo las buscaba porque me sentía muy solo. No quería morir solo. Las enfermeras me cogían de la mano durante un par de minutos y luego tenían que irse, y no las veía durante horas. El tiempo parecía detenerse. Incluso después de desconectar el ventilador, las drogas seguían afectando a mi mente. Si cerraba los ojos, las horribles alucinaciones volvían, así que intenté mantenerme despierto durante dos días. Si parpadeaba, las alucinaciones estaban ahí. Finalmente, empecé a tener alucinaciones que, aunque extrañas, no eran tan malas.
Finalmente, al tercer día de ser desconectado del ventilador, las alucinaciones comenzaban a desaparecer. Me sentía mejor, así que me trasladaron a mi propia habitación de COVID. Una enfermera me preguntó si quería un trozo de hielo, y al no haber comido ni bebido en dos semanas, me pareció estupendo. Había perdido diez libras, sobre todo de músculo. Estaba muy débil. Cuando estaba anestesiado, soñaba con bebidas frías y limonada. Y cuando la enfermera me preguntó si quería un vaso entero de agua, me alegré mucho. Estaba tan buena; ¡sabía a agua viva!
Después de darme el agua, la enfermera se inclinó hacia mí y me dijo: «David, tengo que decirte que eres la única persona que he visto sin estar vacunada, tan enferma y con el ventilador mecánico tanto tiempo y que ha vivido». (Mucha gente no sale del ventilador; se considera como el último recurso). El médico coincidió con la enfermera y dijo: «Eres un caso muy, muy raro».
Le sorprendió que sobreviviera. Creo que muchos médicos se sorprendieron. A mí me sorprendió. Me trasladaron a una habitación normal, y fue entonces cuando me di cuenta de que «no iba a morir».
Aunque estaba tan débil como un gatito, ahora tenía esperanza. Pude comer un poco de budín, ¡que me encanta! Al día siguiente empezaron a traerme tres comidas al día. Éstas se convirtieron en lo más destacado de mi día. Ya he engordado veinte de las treinta libras que perdí.
Cuando llegué a mi propia habitación, estaba tan débil que no podía ni sentarme. Ni siquiera podía pulsar el botón para mover mi cama de hospital, encender la televisión o llamar a la enfermera. Cuando intentaron ayudarme a sentarme, todas las alarmas de oxígeno se dispararon. Al día siguiente me ayudaron a ponerme de pie y atravesé la habitación con un andador, aunque pronto volví a la cama, agotado. Al día siguiente caminé por el pasillo. El médico me decía que probablemente saldría del hospital el fin de semana.
Al reflexionar acerca de la experiencia de Dave, Darrick Young, su pastor, dijo: «El cambio que hubo en el cuerpo de Dave, que pasó de estar cerca de la muerte a la vida, fue simplemente milagroso. Dave, Rose y toda su familia le dieron gloria a Dios por adelantado, por la sanidad de Dave, y expresaron gran gratitud a quienes les respaldaron en oración. Dios sanó a Dave, pero también tocó a toda nuestra iglesia»
Darrick Young, su pastor
El jueves por la mañana, me dijo: «¿Te gustaría salir de aquí hoy?».
Le aseguré que me encantaría. No quería pasar otra noche en el hospital. Las camas no son cómodas. Todavía tenía todos los cables y tubos, y venían las enfermeras las veinticuatro horas del día a sacarme sangre de seis a ocho veces al día.
A las ocho de la noche ya estaba en casa, después de haber pasado dieciocho días en el hospital. Al principio estaba con oxígeno, pero al cabo de una semana me lo fueron quitaron poco a poco. La segunda semana descansé y me puse más fuerte. A la tercera semana, cuando llegó el domingo, dije: «Voy a la iglesia».
Esa fue mi primera salida. Y al día siguiente volví al trabajo y acabé trabajando varias horas. Cada vez estoy más fuerte. Doy gracias a Dios por estar vivo. Mi cuñado me llama casi todos los días y lo primero que dice es: «Alabado sea Dios, Dave; estás vivo».
No podía aún creer que toda esa gente estuviera orando por mí. Probablemente había miles, incluso más allá de Iowa. Realmente hay poder en la oración. Dios escuchó sus oraciones y las respondió. He tenido oraciones que no han sido contestadas de la manera que yo pensaba, pero esto fortaleció mi fe, sabiendo que Dios escucha nuestras oraciones. Puede que no responda como deseamos, pero sus caminos son mejores que los nuestros.
Dios debe tener algo para mi, aún no ha terminado conmigo. Al principio pensé que tenía que hacer algo grande para Dios. Pero cuando volví a enseñar a los Royal Rangers (un ministerio de grupos pequeños con actividades para niños), vi a un padre de dos de los niños que va a otra iglesia. Él no había oído hablar de mi experiencia, así que se lo conté, mientras me preguntaba en voz alta qué tenía Dios para mí. Quedó sorprendido y asombrado por mi historia y más tarde me envió un correo electrónico.
Una parte decía:
He experimentado que Dios me ayuda a conectarme mejor con mi familia a través de los Rangers, lo que se conlleva a una mejor relación durante la semana. Usted ha estado haciendo Rangers durante tanto tiempo que puede parecer rutinario o incluso un poco repetitivo. Pero déjeme asegurarle que Dios está trabajando a través de usted teniendo un impacto en nosotros…. Nunca sabrán lo agradecido que estoy por esas dos horas del domingo cuando puedo venir a pasar el rato con ustedes y mis hijos. . . . Puede que no lo vea, pero el impacto es profundo.
La visión que tuve mientras estaba conectado al ventilador mecánico me mostró cuán perdido está este mundo, y el gran trabajo que tenemos que hacer los cristianos. Sé que a medida que nos acercamos al regreso del Señor el pecado abundará, pero podemos hacer algo al respecto si permanecemos fieles a lo que Él nos ha llamado a hacer.
Sobre el autor
David Ridgway es el propietario de Midwest Pest Management. Él y su esposa, Rose, comenzaron a asistir a la Iglesia Journey de la Biblia Abierta en Urbandale, Iowa, hace diez años poco después de que se inició. Dave sirve como colaborador de Journey, anciano y voluntario en varias áreas. Ha sido líder de los Royal Rangers durante 23 años y sirve en el personal del distrito. Ha servido como Coordinador de Outpost (puesto de avanzada) para Outpost 101, desde que se inició en la Iglesia Journey hace nueve años.
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Únete a la familia y difunde las Buenas Nuevas
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3 weeks agoon
November 1, 2024By
Rob BrayLa Iglesia Espíritu y Verdad nació como un sueño en medio del trasfondo turbulento de enero de 2021, durante la pandemia de COVID-19. A pesar de los desafíos a los que se enfrentaba el mundo, nosotros nos encontramos prosperando, arraigados en la convicción de que los planes de Dios siempre prevalecen. Como decimos en nuestro sitio web, nos apasiona ayudar a las personas a «encontrar la libertad en la plenitud» tanto del Espíritu como de la Palabra. Esta visión fundamental nos ha sostenido en tiempos de incertidumbre y nos ha impulsado a avanzar.
Sin embargo, a pesar de todos nuestros logros, llegamos a un punto en el que nos sentíamos como si estuviéramos en una isla: Creciendo, sí, pero sin la cobertura, la capacitación, el asesoramiento y el cuidado que toda iglesia necesita para florecer a largo plazo. En 2022, en la primera conferencia de MOVEMENT, Dios habló directamente a mi corazón, me dijo que la Iglesia Espíritu y Verdad estaba destinada a ser parte de la familia de las iglesias de la Biblia Abierta. Este llamado fue un momento decisivo para nuestro ministerio. En 2023, obtuve mi credencial a través de las Iglesias de la Biblia Abierta, y en febrero de este año (2024), nos afiliamos de manera oficial a la región Mountain Plains de las Iglesias de la Biblia Abierta. Desde entonces, hemos recibidos inmensas bendiciones.
Formar parte de Biblia Abierta ha sido transformador para nosotros. Hemos recibido una gran inversión, formación y apoyo. La Biblia Abierta nos ha ayudado a apuntalar aspectos esenciales de nuestro ministerio: Liderazgo, organización, dotación de personal, presupuesto, instalaciones y mucho más. El crecimiento ha sido extraordinario: El año pasado duplicamos nuestro tamaño, pasando de sesenta a ciento veinte asistentes regulares. Creo que este crecimiento es un testimonio tanto de la cobertura espiritual de la Biblia Abierta como de los alcances que realizamos guiados por el Espíritu Santo. Nuestra iglesia tiene una cultura basada en un estilo de vida de evangelización y hospitalidad en la que todos nuestros miembros son testigos y anfitriones. Además, hemos realizado alianzas estratégicas con otros ministerios.
Una de las alianzas más emocionantes que tenemos es con Every Heart Tours, un ministerio dirigido por estudiantes universitarios de Michigan, apasionados y amantes de Jesús. Estos estudiantes pasan una semana con nosotros, participan en alcances de adoración al aire libre y en la «búsqueda del tesoro profético». Si no estás familiarizado con este término, una «búsqueda del tesoro profético» es una manera de evangelizar en la que los participantes piden al Espíritu Santo que les revele detalles específicos sobre las personas que van a conocer, y luego van a la comunidad para encontrar estos «tesoros». Es una hermosa aventura guiada por el Espíritu Santo que nos permite unirnos a Dios y ministrar a la gente de nuestra ciudad de una manera única. Gracias a estas búsquedas del tesoro, hemos visto muchas vidas ser tocadas y transformadas.
Uno de los testimonios más poderosos de estos alcances ocurrió este verano (2024). Contamos con un equipo con ministerio profético que dieron palabras específicas a la gente mientras adorábamos en la plaza Old Town de Fort Collins. ¡Predicamos el evangelio con valentía, y al final de la noche once personas tomaron la decisión de ser bautizados! Nos dirigimos al Río Poudre y fuimos testigos del poder sobrenatural de Dios cuando se sumergieron en el agua y salieron renovados. Fue un momento parecido al de la iglesia primitiva, donde «el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos» (Hechos 2:47, RVR-60).
Por supuesto, el ministerio no siempre es fácil. Nos hemos enfrentado al rechazo y a la oposición. Pero nos mantenemos firmes en la verdad de Romanos 1:16: «Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree.». La cosecha es abundante, y hemos visto esta realidad manifestarse ante nuestros ojos. Mientras continuamos haciendo alianzas con ministerios, dando pasos de fe y predicando el evangelio, confiamos en que Dios continuará trayendo más personas a Su reino.
La travesía que hemos recorrido con la Biblia Abierta ha sido un testimonio de la fidelidad de Dios. Lo que comenzó como una pequeña iglesia en el norte de Colorado se ha convertido en una comunidad vibrante que refleja el corazón de Dios para su pueblo. Seguimos comprometidos con la difusión de las Buenas Nuevas y asegurándonos de que el alcance y la evangelización estén en el corazón de nuestro ministerio. Familia de la Biblia Abierta la cosecha está lista, ¡vamos a recogerla!
Sobre el autor
Rob Bray
Rob Bray es un líder empresarial y ministerial con más de una década de experiencia tanto en el ámbito de los negocios como el de la iglesia. Es el fundador y pastor principal de la Iglesia Espíritu y Verdad, una Iglesia de la Biblia Abierta en la región de Mountain Plains. Rob ha catalizado compañías exitosas, desarrollado ministerios saludables y ha sido orador en influyentes conferencias, talleres y eventos. La experiencia y la pasión de Rob lo han convertido en un asesor y entrenador de confianza para líderes y empresarios que buscan avances en múltiples aspectos, como la vida, el matrimonio y los negocios. Rob y su esposa Bethany viven en su granja en Fort Collins, Colorado, con sus seis hijos: Nehemiah, Nora, Noelle, Neely, Nayla y Nicholas. En su tiempo libre, disfrutan del senderismo, el surf de remo y el snowboarding.
En el quinto día de la creación, nuestro maravilloso Dios se manifestó de una manera totalmente nueva. Comenzó a crear las criaturas vivientes que caminan entre nosotros. Esta expresión de Su creación se ha manifestado a lo largo de la historia; desde la paloma de Noé hasta el asno de Balaam, desde la ballena de Jonás hasta los leones de Daniel, Dios ha seguido utilizando a los animales en Su gran plan y propósito.
Podemos seguir utilizando estos animales como metáfora del amor y la dirección de Dios. Un ejemplo notable procede del libro de Bob Sjogren titulado Cat and Dog Theology (Teología del perro y del gato): «Un perro dice: ‘Tú me acaricias, tú me alimentas, tú me proteges, tú me amas, tú debes ser Dios’. Un gato dice: ‘Tú me acaricias, tú me alimentas, tú me proteges, tú me amas, yo debo ser Dios’».
Por muy cierto que esto sea, cuando se rompen los moldes ocurre algo maravilloso.
En nuestra familia hemos experimentado de forma reciente un fenómeno interesante en lo que se refiere a nuestras mascotas. Para entender mejor la historia, hay que conocer a nuestros animales. Ralphie es un perro Maltipoo joven y enérgico. Jamás ha conocido a un extraño al que no quisiera. Es dulce, leal y, en muchos sentidos, el compañero ideal.
A continuación, tenemos a nuestra chihuahua, Sally. Encontramos a Sally vagando por nuestro vecindario en 2014 sin identificación ni microchip. Era evidente que la habían maltratado y, cuando la llevé al veterinario, le detectaron tantos problemas que me aconsejaron: «No te molestes en encontrar a su dueño».
Cuidamos a Sally y dos semanas después era legalmente nuestra. Aunque es cariñosa con nosotros y nuestros hijos, hasta el día de hoy, si levanto la mano para acariciar su cabeza, reacciona con un gesto de dolor como si fuera a pegarle (cosa que nunca he hecho ni pienso hacer).
La naturaleza singular de Ralphie y Sally se manifiesta en nuestro paseo nocturno por el barrio.
Ralphie hace todo lo posible por tirar de la correa y correr hacia delante. Está tan desesperado por guiar a quien le sujeta la correa que casi se ahoga con el collar (hemos tenido que cambiar al arnés). No se da cuenta de que sólo pesa dos kilos y medio, y sus tirones no cambian en nada la dirección en la que vamos.
Sin embargo, a Sally hay que llevarla prácticamente a rastras durante todo el paseo. Es tímida y teme dar un paso del que no esté segura.
Es todo un espectáculo tener perros tan distintos que reaccionan ante lo mismo en forma diferente.
Presenciar este fenómeno me hizo reflexionar, y no pude evitar pensar en las diversas formas en que respondemos en nuestras vidas a la guía del Espíritu Santo.
Muchas personas son como Ralphie. Tratan de decirle a Dios a dónde quieren ir sin tener en cuenta Su guía. Prefieren ahogarse en su propia voluntad que escuchar lo que Él tiene que decir. Otros son como Sally y les cuesta confiar plenamente en el Señor. Para que se muevan, el Espíritu Santo debe prácticamente arrastrarlos al siguiente lugar.
Aunque parezca una premisa sencilla, muchos seguidores de Dios caen en estos polos opuestos. Las personas pierden sus destinos cuando actúan como Ralphie y Sally.
Pero tenemos otra mascota en casa de la que no les he comentado. Se llama César y es un gato viejo y sabio. Lo adquirimos el año que nos casamos, y en cada oportunidad que ha tenido ha hecho honor a su noble nombre. Hace algunos años, en nuestros paseos nocturnos con los perros, César empezó a hacer algo asombroso.
Por voluntad propia, nos seguía en nuestros paseos. Sin necesidad de correa. Sin que tuviéramos que persuadirle. Simplemente nos seguía cada noche con el único propósito de estar con nosotros. De vez en cuando teníamos que llamarlo por su nombre, pero siempre estaba cerca.
Creo que en un mundo lleno de Ralphies y Sallys, Dios preferiría que fuéramos como César. El Señor no quiere que le digamos adónde vamos, sino que dejemos que Él nos guíe, y ciertamente no quiere arrastrarnos de un lugar a otro. Prefiere que le sigamos voluntariamente, deseosos de permanecer en su presencia.
En Mateo 8:18-22, vemos a dos hombres que expresan su deseo de seguir a Jesús. El primero se muestra demasiado ansioso, sin saber en qué se está metiendo. Jesús le da una advertencia severa, explicándole que no sabe lo que está pidiendo. El segundo, duda y dice que primero tiene que enterrar a su padre. Nunca nos enteramos del destino de ninguno de los dos hombres, pero espero que ambos hayan renunciado a sus tendencias naturales y hayan aprendido a seguirle fielmente.
El pasado mes de marzo, tras dieciséis años de ser nuestro gato, César murió en paz, pero no antes de que hubiéramos conseguido una gatita llamada CJ. CJ está llena de vida y es muy juguetona. Siempre estuvo tan intrigada por nuestro viejo amigo César que empezó a seguirle a todas partes, aunque fuera a dar un paseo por el barrio.
De manera indirecta, César hizo de nuestra joven gatita un discípulo, que ahora nos sigue todas las noches en nuestros paseos. Aunque Ralphie quiera ser agresivo o Sally tímida, ahora tenemos a CJ siguiéndonos a todas partes…
No importa si luchas por ser demasiado agresivo en tu viaje con Dios o si estás demasiado asustado para dar el siguiente paso, creo que todos podemos crecer al aprender a ser guiados. Si nos mantenemos cerca de Jesús, no nos quedará más remedio que cumplir Su destino para nuestras vidas.
Sobre el autor
Bill Francavilla
Bill Francavilla es el pastor principal de Living Hope, una iglesia de la Biblia Abierta en Williamsburg, Virginia. Después de vivir en Virginia casi toda su vida, asistió a Lynchburg College, donde estudió historia y teatro. Bill recibió su maestría en estudios teológicos en la Universidad Liberty en 2017. Ha participado de forma activa en misiones en México, República Dominicana y Cuba. Él y su esposa, Jessica, tienen cuatro hijos: Alex, Liam, Rita Grace y Gino.
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Cinco lecciones que aprendí al tratar de alcanzar un vecindario
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3 weeks agoon
November 1, 2024Hace años, tomé el examen «Conozca sus Fortalezas» (Strengths Finder), diseñado para ayudar a una persona a identificar sus dones predominantes. La palabra «Exitosa» encabezaba la lista de mis resultados, lo que me hizo sentir incómoda. Debatía con mi malestar, sin saber por qué me sentía así, hasta que Dios fue abriendo mi entendimiento. Desde mi juventud, había forjado mi vida hasta saturarla, acumulando un largo currículum de logros, ninguno de los cuales me producía satisfacción. En cambio, Dios despertó en mi un hambre caracterizada por lo sobrenatural. Una definición de sobrenatural es: «por encima, más allá y mucho más alto y grande que lo natural». Yo anhelaba ver cosas que superaran lo que yo podía realizar con mis propias fuerzas y ser testigo del poder de Dios en mi vida cotidiana.
Desde entonces, Dios me ha enseñado a renunciar a la productividad y al afán de superación, en cambio me llevó a descubrir Su voluntad y sabiduría al caminar en amistad con Él. Incluso más que antes, mi corazón anhela experimentar instantes de ministerio que inspiren admiración por la magnificencia de Dios. Durante el verano, nuestra iglesia tuvo el honor de experimentar algunos de estos instantes en nuestro programa de alcance comunitario en Asbury Park. Mientras relato nuestra historia, compartiré también las cinco lecciones que aprendimos al alcanzar a nuestro vecindario.
1. Podemos asociarnos con Dios para ver cumplidos Sus deseos.
Nuestro equipo se había reunido en forma habitual para la reunión semanal de oración cuando Dios nos habló: «Quiero este barrio. ¿Engrandecerán Mi Nombre en Asbury Park?». Sentimos el peso de la responsabilidad de esta invitación. Durante un año, organizamos cenas semanales en el sótano de nuestra casa ministerial. Docenas de personas habían encontrado una comunidad y un sentido de pertenencia en ese lugar. Algunos ya habían conocido a Jesús, pero Dios quería que echáramos más lejos la red. Nadie en el equipo había imaginado trasladar nuestras cenas de los jueves por la noche al parque durante el verano. Pero Dios había escuchado nuestro clamor: «Dios, haz lo que te dicte tu corazón. Rogamos que se haga tu voluntad en esta región y que Jesús sea glorificado». Y aquel día, Él nos dio a conocer otra parte de su plan para nuestra región.
2. No tenemos que esforzarnos.
Como es natural, consideramos la invitación que Dios nos hizo e imaginamos posibilidades de cómo reunir a la comunidad en el parque de nuestro vecindario. Tuvimos en cuenta eventos anteriores que tuvieron éxito, en los que se utilizaron rifas y premios de incentivo o entretenimientos como castillos inflables. Recurrimos de nuevo a la oración y Dios nos reveló más de su plan. Él lo quería sencillo. Mientras orábamos, Dios nos dio visiones de las diferentes estaciones en el parque: Manualidades temáticas para relatar la historia de la creación, comida para llenar los estómagos, un área con niños despreocupados y jugando, alabanza enérgica y un lugar para bautismos. ¡Dijo que nos preparáramos para que la gente se salvara y bautizara!
3. Dios tiene un almacén de provisiones.
Aunque el plan de Dios era relativamente simple, no contábamos con las finanzas ni con los voluntarios para cumplir con la visión de llevar cenas al parque cada dos semanas durante el verano. Dios nos aseguró que Él sería fiel para proveer todo lo que necesitáramos para servir así a la comunidad. Decidimos abrazar Su plan creyendo que Él abriría el camino.
4. Dios ama la colaboración.
Dios nos inspiró de forma maravillosa para llegar a muchos individuos y grupos, invitándoles a unirse con nosotros para alcanzar el Barrio Five Points en Toledo. Más de una docena de iglesias estuvieron presentes, ocupando puestos de voluntarios y donando alimentos y suministros. El Gran Cuerpo de Cristo se unió verdaderamente, en torno a Jesús y Su misión.
5. Amor + Poder + Evangelio = Jesús recibe Su recompensa
En el año 2023, cuando iniciamos nuestras cenas en la sede del ministerio, Dios nos dio un versículo como fundamento:
«Vivan una vida llena de amor, siguiendo el ejemplo de Cristo. Él nos amó y se ofreció a sí mismo como sacrificio por nosotros, como aroma agradable a Dios» (Efesios 5:2, NTV).
Dios deseaba que este aroma se elevara al Cielo, el olor de un pueblo caminando en amor sacrificial. Y como resultado, Su pueblo llevó ese amor al parque. Compartimos las Buenas Nuevas de Jesús, que dio su vida para que todos pudieran obtener la salvación, ser sanos y libres. Muchos aceptaron la invitación de aceptar el regalo de Jesús, entregándole sus vidas. Las personas recibieron la sanidad en sus cuerpos y la liberación de las ataduras. Muchos experimentaron personalmente el poder del Espíritu Santo. Veinticuatro personas decidieron seguir a Jesús a través del bautismo en agua.
La lluvia de Dios cayó ese verano sobre Asbury Park. Era Su plan, Su provisión, Su gloria. Fue la recompensa de Jesús. Dios quiera que todos vivamos diariamente a la expectativa de las cosas que están más allá de lo que podríamos hacer con nuestra propia capacidad, asociándonos con Dios y viendo cómo Su fama se extiende por toda la tierra.
Sobre la autora
Sarah Williams
Sarah Williams y su esposo, George, han servido juntos en el ministerio desde que se casaron en 2006. Su trayectoria comenzó como misioneros urbanos, lo que los llevó a fundar y pastorear conjuntamente la Iglesia CityLight Church. En 2016, Sarah fundó el «Centro de Transformación» (Transformation Center), donde ella y su equipo han ayudado a cientos de personas a encontrar la plenitud y la libertad en Cristo. Su pasión es que Jesús reciba Su recompensa a través de la salvación, la sanidad y la liberación de las personas. El equipo del Centro de Transformación les da la bienvenida a los ministros que deseen reservar una estadía para recibir ministración personal o para visitarlos y unirse a ellos para alcanzar a la comunidad.